48 horas para convertir la ciudad en campo
Francia lanza el reto de llenar las urbes de vegetales este fin de semana
No s¨¦ si existe un pa¨ªs tan amante del terru?o y tan aficionado a la jardiner¨ªa como Francia. Muchos franceses de provincias cultivan su propio jard¨ªn y su huerto y se ensucian las manos con orgullo aunque sean ejecutivos de cuello blanco y bien planchado. La casa con jard¨ªn significa en realidad en la mente del franc¨¦s casa con jard¨ªn y huerto. Y me pregunto tambi¨¦n si hay un pa¨ªs m¨¢s obsesionado con la calidad de la alimentaci¨®n que el Hex¨¢gono. A los franceses les gusta comer bien, pero sobre todo les gusta cultivar bien. Las frutas y verduras del extranjero no son muy bienvenidas en el territorio ni en el imaginario franc¨¦s porque se sospecha que a lo peor habr¨¢n sido tratadas con kilos de pesticida.
As¨ª que no me ha sorprendido para nada descubrir que alguien ha inventado un evento ¡°verde¡± a escala nacional. ?Y si todos los amantes de la jardiner¨ªa, que son cientos de miles, se pusieran de acuerdo y armados de sus palas, sus semillas y sus carritos se dedicaran a adornar las ciudades con tiestos floridos, arbolitos frutales y dem¨¢s bondades vegetales? Esta es la idea de fondo del proyecto Les 48h de l¡¯agriculture urbaine (Las 48 horas de la agricultura urbana). En su web se lee que el D¨ªa de la M¨²sica llena cada a?o las calles de guitarras y de bandas. ?Por qu¨¦ no copiar el esp¨ªritu y la idea de fondo pero en este caso para embellecer las calles con flores, plantas y vegetales comestibles el 21 y el 22 de abril?
El evento se celebrar¨¢ durante todo este fin de semana en 14 grandes ciudades francesas adem¨¢s de en Bruselas. Para llevar a cabo la invasi¨®n ¡°verde¡± en 7 de esas grandes ciudades se lanz¨® una campa?a de crowdfunding en Kisskissbank con el objetivo de recaudar 3.000 euros por ciudad. Y en los 7 casos se ha conseguido superar el objetivo de recaudaci¨®n. La web del evento propone v¨ªdeos tutoriales para ayudar a vegetalizar tu ciudad, ideas sobre c¨®mo fabricar bombas de semillas, por ejemplo, o una hamaca vegetal o pistas para iniciarse en el vermicompostaje dom¨¦stico. Y si no te interesa apuntarte a una de las actividades previstas en tu municipio, siempre puedes proponer la tuya propia.
La alimentaci¨®n ya no es tarea del agricultor y del campo sino que ata?e tambi¨¦n a la ciudad y a los urbanitas
La idea es interesante porque parte de la base de que la ciudad es propiedad (y responsabilidad) de todos y no solo de los funcionarios administradores y de los pol¨ªticos de turno. Y el proyecto tambi¨¦n presupone que la alimentaci¨®n ya no es tarea del agricultor y del campo en exclusiva, sino que ata?e tambi¨¦n a la ciudad y a los urbanitas. De la misma manera que las ciudades ya no pueden estar compartimentadas, divididas entre barrios dormitorios, zonas de ocio y zonas de trabajo totalmente desvinculadas, la alimentaci¨®n ya no puede ser solo el asunto de los agricultores en el campo. Hay que acercar el campo a la ciudad y la ciudad al campo en el buen sentido de la expresi¨®n.
De hecho, cuando uno se pone a reflexionar sobre nuestro sistema de alimentaci¨®n y sobre la agricultura industrial, la verdad es que no tiene mucho sentido lo mires por donde lo mires. Nos llevamos a la boca verduras y frutas que no saben a nada, porque son especies que han sido escogidas no por su buen sabor sino por su resistencia a las enfermedades y su capacidad de realizar largos trayectos y conservarse en la nevera. Y que la fruta no tenga gusto no es lo peor de la historia. A lo peor los franceses llevan raz¨®n y gran parte de nuestra producci¨®n ha sido tratada con productos t¨®xicos nocivos que acabamos ingiriendo juntamente con las vitaminas y los minerales beneficiosos.
Visto de cerca esta cadena alimentaria no tiene ning¨²n sentido sobre todo cuando la tecnolog¨ªa permite hoy cultivar en espacios reducidos, en vertical, con poco agua, con poca tierra, dentro de un edificio sin luz solar pero con l¨¢mparas led, es decir, pr¨¢cticamente en cualquier sitio. Hablamos de todo ello en un post dedicado a los invernaderos de supermercado en Alemania y en otro post sobre los invernaderos familiares, que se instalan en el jard¨ªn de casa y pueden alimentar a una familia de hasta 4 personas. Estos ¨²ltimos est¨¢n proliferando como champi?ones por toda la geograf¨ªa francesa.
Y en cambio s¨ª tiene todo el sentido del mundo que los cientos de miles de jardineros y agricultores de fin de semana salgan a la calle y hagan crecer zanahorias en las azoteas, y fresas en los balcones y ensaladas en los supermercados. Y no solo para que nuestro paladar salga ganando, porque ser¨¢ un producto local, tratado sin pesticidas, recogido cuando toca y consumido en su punto exacto de maduraci¨®n.
Tiene todo el sentido del mundo tambi¨¦n si queremos tomarnos en serio nuestra salud y la del planeta. El domingo es el D¨ªa de la Tierra. ?No deber¨ªan todos los d¨ªas ser el D¨ªa de la Tierra? Me ponen triste estos D¨ªas que se escriben con may¨²scula. Sirven para se?alar verg¨¹enzas m¨¢s que para celebrar honores. Quiz¨¢ en realidad la mejor manera que tenemos de honrar la tierra es trabaj¨¢ndola, y haci¨¦ndolo bien, sin contaminarla, sin explotarla, sin ensuciarla. ?Y si todos nosotros sin excepci¨®n fu¨¦ramos llamados en realidad a convertirnos m¨¢s pronto que tarde en agricultores aunque agricultores de fin de semana y aunque vivamos en ciudades bien asfaltadas y vistamos cuellos blancos bien planchados? Me temo que los franceses tienen bastante que ense?arnos al respecto.
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