Un pueblo de cuento en India
Casas y espacios p¨²blicos de Bhilar se han convertido en bibliotecas tem¨¢ticas con miles de obras. Una iniciativa ¨²nica, donde la literatura y la conservaci¨®n de la lengua aut¨®ctona se combinan por el bien com¨²n
Los hogares abiertos y los vivos murales de sus paredes invitan a leer las historias escondidas tras sus p¨®rticos, engalanados con carteles de libros y fresas. Frutillas del deseo, las hojas de los vol¨²menes maduran en las ramas de un ¨¢rbol dibujado en una tapia. Personificadas, fieras selv¨¢ticas se re¨²nen entorno a un ejemplar abierto pintado en otro muro. Como en una f¨¢bula de Kipling; literatura, animales y naturaleza salpican fachadas a lo largo de la serpenteante calle principal de esta aldea. A 250 kil¨®metros al sureste de la casa en la que naci¨® el autor de El libro de la selva, en Bombay, la diminuta localidad de Bhilar es la alegor¨ªa de un libro abierto. Casas particulares y espacios p¨²blicos son librer¨ªas a disposici¨®n de los amantes de la palabra escrita. Lejos del ruido de la gran ciudad, los lectores disfrutan de un entorno natural buc¨®lico, casi novelado, en el que se respira paz y tranquilidad. Y fresas. El olor principal de esta regi¨®n y ¨²ltima figura ret¨®rica de este pr¨®logo a un pueblo de cuento ¨²nico, en India.
¡°El lugar ten¨ªa que estar rodeado de naturaleza; para despertar calma. La localizaci¨®n tambi¨¦n deb¨ªa ser llamativa; para atraer a visitantes y lectores¡±, explica el responsable del proyecto, Vinay Mavlankar, sobre los criterios que llevaron a elegir a este peque?o municipio en el estado de Maharashtra como sede del primer y ¨²nico pueblo-biblioteca de India. Entre los puertos de monta?a de Mahabaleshwar y Panchgani, destinos tur¨ªsticos de la regi¨®n conocida por su cultivo de fresas; el pueblo de Bhilar fue rebautizado hace un a?o como Pustakanche Gao (pueblo-libro, en lengua regional marathi).
En mayo de 2017, el ministro de Educaci¨®n del estado de Maharashtra, Vinod Tawde, hizo realidad su sue?o de crear la r¨¦plica india del pueblo gal¨¦s de Hay-on-Wye; meca brit¨¢nica de los bibli¨®filos. As¨ª, 25 localizaciones de esta aldea en el distrito de Satara, incluidas casas particulares, templos y escuelas, se transformaron en puntos de lectura con m¨¢s de 15.000 ejemplares donados por el Gobierno y particulares. M¨¢s de medio centenar de artistas de Bombay decoraron las fachadas de estos espacios reconvertidos en peque?as bibliotecas con motivos que recuerdan las diferentes tem¨¢ticas literarias a las que dan refugio.
Las materias que abarcan las mini-librer¨ªas son diversas, pero todas tienen en com¨²n el marathi, lengua vern¨¢cula de Maharashtra
Poes¨ªa, religi¨®n, historia, biograf¨ªas o medio ambiente; las materias que abarcan las mini-librer¨ªas son diversas. Pero todas tienen en com¨²n el marathi; lengua vern¨¢cula de Maharashtra y otro de los pilares distintivos de esta iniciativa. Tambi¨¦n orientado a preservar el patrimonio cultural regional, el proyecto almacena vol¨²menes escritos en uno de los 122 principales idiomas del pa¨ªs. Posiblemente el ¨²nico municipio de la superpoblada India en que hay m¨¢s libros que personas, sus escasos 5.000 vecinos esperan alcanzar un total de 25.000 ejemplares ¡ªque incorporar¨¢n textos en hindi e ingl¨¦s¡ª con motivo del aniversario de la creaci¨®n del proyecto.
Decorado con esbozos pardos evocando las pinturas de las tribus warli que habitan la regi¨®n desde tiempos precoloniales, el del granjero Naran Warkare y su familia es hogar para los vol¨²menes dedicados a la cultura. ¡°Propuse mi casa como biblioteca porque quiero proteger nuestras tradiciones. La gente viene, lee, se toma un chai [t¨¦ indio] y charla con nosotros¡±, explica este vecino de 49 a?os. Su sal¨®n, abierto de nueve y media de la ma?ana a siete de la tarde, recibe a una decena de lectores diarios; que se duplican en el fin de semana. ¡°Vienen universitarios desde Bombay para consultar libros y sigo en contacto con algunos. Mis padres estar¨ªan orgullosos del uso que doy a su casa. Ellos eran granjeros como yo, pero no sab¨ªan ni leer ni escribir¡±.
Con un ¨ªndice de alfabetizaci¨®n de m¨¢s de 82%, el estado de Maharashtra supera la media de un pa¨ªs en que 273 millones de personas no saben leer ni escribir (el 21,84% de la poblaci¨®n), seg¨²n el ¨²ltimo censo. Aunque diferentes iniciativas han mejorado las estad¨ªsticas, generaciones de comunidades rurales ¡ªdonde solo el 64% de las mujeres pueden leer y escribir¡ª dif¨ªcilmente han tenido nunca la opci¨®n de sostener un libro en sus manos. Una tendencia imposible de revertir si los lectores tampoco hacen de su h¨¢bito, bandera.
¡°Otra premisa de esta idea era que los propios vecinos tomasen la iniciativa. Que fuesen ellos mismos los encargados de promover y preservar la cultura regional y el h¨¢bito de la lectura¡±, explica Balaji Narayan, coordinador de Pustakanche Gao. Seg¨²n el libro de visitas de la oficina del proyecto, anunciada con fresas y libros en su fachada, alrededor de 35.000 turistas se han acercado a Bhilar desde hace un a?o; algunos llegados desde ciudades tan al norte como Delhi. Aunque Narayan apunta que el total de visitantes debe superar los 75.000, ya que muchos colegios se acercan a esta aldea en grupos grandes. Independientemente de la cifra exacta, este diminuto pueblo vive una revoluci¨®n tur¨ªstica que tambi¨¦n beneficia a la econom¨ªa local.
¡°Antes los visitantes solo iban a Mahabaleshwar [principal ciudad del distrito] para probar sus fresas y derivados. Pero el turismo ha crecido mucho gracias a los tours escolares y familiares¡±, explica Rahul R. Bhilari, propietario del Hotel Anmol, uno de los primeros en recibir al viajero que llega a Bhilar por el norte. Equipado con sillas en la terraza y un estante con varios ejemplares donados por el Gobierno, el parador ha recibido turistas interesados ¨²nicamente en Bhilar como refugio de libros. ¡°Algunos fines de semana llegamos a estar completos. Algo raro antes¡±, confiesa el propietario de uno de los 20 establecimientos tur¨ªsticos del pueblo; cinco de los cuales son restaurantes y albergues abiertos durante este a?o.
Con un ¨ªndice de alfabetizaci¨®n de m¨¢s de 82%, el estado de Maharashtra supera la media de un pa¨ªs en que 273 millones de personas no saben leer ni escribir
Silpha Santosh Sawant, por ejemplo, convirti¨® dos de las habitaciones de sus hijos mayores en alojamientos para viajeros. ¡°Ahora gente se acerca a nuestro pueblo con otra mirada. Con respeto¡±, dice esta ama de casa de 39 a?os, que nunca hab¨ªa tenido una profesi¨®n remunerada. Aprovecha para ense?ar con vanidad una foto tomada con su m¨®vil, en la que posa con un famoso escritor local. La cara del personaje coincide con la de una de las caricaturas que decoran la baranda de entrada a su casa; refugio para biograf¨ªas de celebridades regionales. ¡°Deber¨ªa haber m¨¢s proyectos como este para promocionar la herencia cultural de nuestra tierra¡±.
Varios ni?os juegan junto al muro pintado de la casa contigua a la de Silpha. Dentro, una silueta colorida lee ajena al bullicio; concentrada en su territorio. Solitaria, una mujer, en una aldea de India, se aferra a un libro. No hay necesidad de preguntas. El tintineo de sus brazaletes acompa?a el paso orgulloso de las p¨¢ginas le¨ªdas y vencidas en cada p¨¢rrafo. En cada palabra. Decidida a descubrir y vivir la historia ¨²nica de un pueblo de cuento.
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