La muerte de un hijo, seis pasos para transitar el camino del duelo
El fallecimiento no se olvida, sin embargo se puede integrar en la vida de forma que resulte una experiencia transformadora
La muerte y el nacimiento forman parte del ciclo natural de los seres vivos y son las dos ¨²nicas certezas que tenemos en la vida. Sin embargo, la muerte de un hijo es la peor de las pesadillas para los padres, con la que se aprende a convivir. ¡°El dolor de esta p¨¦rdida no desaparece, aunque s¨ª se puede transformar e integrar con el tiempo. Sin olvidar que no hay recetas, pautas, ni tiempos, porque cada caso es ¨²nico y lleva su propio proceso y ritmo¡±, explica Tew Bunnag, Tew Bunnag, fundador de la Asociaci¨®n Vinyana, dedicada a realizar cursos sobre el acompa?amiento espiritual durante la muerte y el duelo.
Las personas que pierden a un ser querido, en este caso a un hijo, viven un duelo o proceso de adaptaci¨®n que ayuda a restablecer el equilibrio personal y familiar roto por el fallecimiento y que se caracteriza por tres fases: tristeza, p¨¦rdida e integraci¨®n. En caso de que el ni?o o adolescente est¨¦ enfermo y haya previsi¨®n de muerte, el duelo de los padres comienza desde el momento en que se conoce esta circunstancia. Cuando el ni?o muere de manera repentina e inesperada, se produce un shock que sume en el caos y la depresi¨®n a los familiares. En ambos casos, ¡°el acompa?amiento espiritual, de car¨¢cter laico o aconfesional, por parte de una persona con formaci¨®n y experiencia sobre las emociones, conflictos familiares y proceso del duelo que se generan en torno a la muerte de un hijo resulta de ayuda en esos momentos tan dif¨ªciles¡±, explica Tew Bunnag.
La figura del acompa?ante espiritual de la persona moribunda y de los familiares que est¨¢n en duelo por la p¨¦rdida est¨¢ instaurada en hospitales de otros pa¨ªses europeos, como Inglaterra, pero en Espa?a no se contempla como tal. ¡°Es necesaria una formaci¨®n espec¨ªfica para ayudar a recorrer el camino de la muerte y del duelo desde la escucha y el respeto, que no incluye consejos ni frases hechas, como no pudiste hacer nada, el tiempo lo curar¨¢¡±, comenta Vicente Arraez, m¨¦dico especialista en cuidados intensivos durante 38 a?os y cofundador de la Fundaci¨®n Metta.
Cada duelo por la muerte de un hijo es diferente y personal
Cada padre y madre vivir¨¢ el duelo por la muerte de su hijo de una manera ¨²nica y diferente, pero existen algunas orientaciones, como las recogidas en la Gu¨ªa para familiares en duelo, recomendada por la Sociedad Espa?ola de Cuidados Paliativos (SECPAL), con orientaciones que comentan y completan Vicente Arraez y Tew Bunnag, entre ellas:
Aceptar que el duelo aparecer¨¢ y lleva su proceso y tiempo distinto para cada persona. Esta experiencia cumple la funci¨®n de ayudar a la adaptaci¨®n ante la p¨¦rdida del hijo y a mantener el v¨ªnculo afectivo con la persona fallecida para que resulte compatible con la realidad cotidiana de los padres. El duelo tambi¨¦n deja espacio para momentos de recuperar la alegr¨ªa, la sonrisa o el disfrute ante las nuevas experiencias de la vida y hay que permit¨ªrselos sin culpabilidad.
- Solicitar ayuda para transitar por el duelo si se necesita. En la muerte, como en la vida, se hace camino al andar y si en ese recorrido de la experiencia de la muerte de un hijo, los padres sienten que necesitan apoyo profesional, ?por qu¨¦ no solicitarlo?
- La comunicaci¨®n entre los padres para poder expresar lo que sienten ante la muerte de su hijo. Darse permiso, sin culpabilizarse, para vivir los sentimientos y emociones que aparecen de manera habitual en estos casos como: la tristeza, el p¨¢nico, la impotencia, el enfado, la rabia o incluso la sensaci¨®n de alivio por la muerte de su hijo al interpretar que de esa manera no sufre m¨¢s tras una larga enfermedad.
- Evitar las mentiras con el ni?o o adolescente que va a morir. Si el ni?o solicita informaci¨®n sobre su situaci¨®n, qu¨¦ le va a ocurrir o hace preguntas como ?voy a morir?, se puede adaptar el mensaje para que sea acorde a su edad o preguntarle, ?qu¨¦ te preocupa? para motivarle a explorar y expresar sus propias emociones al respecto. Todo se puede abordar desde la honestidad, el amor y la compasi¨®n. No obstante, hay que tener en cuenta que los ni?os viven su propia muerte de una manera m¨¢s sencilla y natural que los adultos, porque tienen menos prejuicios y experiencia sobre el tema.
- La vulnerabilidad o el coraje son dos opciones para despedir al hijo que va a morir. Cuando los padres est¨¢n en la traum¨¢tica y complicada situaci¨®n de despedirse de su hijo que va a fallecer, la autenticidad puede ser la forma m¨¢s respetuosa de decir adi¨®s. Aceptar todo lo que salga del coraz¨®n, como las l¨¢grimas y la tristeza, puede ser una opci¨®n, pero tambi¨¦n el hecho de hacer un ¨²ltimo esfuerzo de coraje al mostrar solidez para acompa?ar al hijo en sus ¨²ltimos pasos de vida.
- Ritualizar la despedida del fallecimiento del hijo con un acto ¨ªntimo familiar que ayude a integrar la p¨¦rdida y que sea diferente al entierro o la cremaci¨®n. Puede tratarse de la lectura de poes¨ªa, cartas o la escucha de determinadas canciones significativas. Un acto que conecte a la familia con el hijo que muri¨® y que se puede repetir tantas veces como sea necesario.
- Recoger y recordar el legado del hijo fallecido con una acci¨®n en su honor que se mantenga en el tiempo. Preguntarse ?qu¨¦ hubiese hecho mi hijo en esta vida de no haber fallecido? El abanico de posibilidades puede ser muy amplio, desde ser voluntario para ayudar en determinadas causas sociales a colaborar con una asociaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro. Continuar ese legado, conectado con el alma del hijo fallecido por parte de los padres, puede ayudar a integrar el duelo por la p¨¦rdida.
Situaciones que pueden acontecer alrededor de la muerte de un hijo
Los padres pueden experimentar diferentes sensaciones y vivencias cuando su hijo fallece. Algunas de ellas pueden ser los conflictos familiares fruto de los diferentes puntos de vista sobre c¨®mo abordar el duelo (hay quien quiere hablar sobre ello y quien prefiere no mencionarlo). Las sensaciones f¨ªsicas pasajeras asociadas a la fase del duelo tambi¨¦n pueden manifestarse, desde: alteraciones del sue?o, fatiga, falta de energ¨ªa, hipersensibilidad al ruido o sensaci¨®n de opresi¨®n en la garganta y en el pecho. Asimismo, las emociones que pueden aflorar de manera temporal cuando muere un hijo son variadas y personales. Algunas de ellas pueden ser: tristeza, culpa, enfado, rabia, bloqueo, ansiedad o insensibilidad.
La muerte de un hijo como experiencia transformadora y espiritual
La muerte de un ser querido, en este caso un hijo, puede resultar muy dolorosa pero tambi¨¦n transformadora, como en alguno de los casos que nos cuentan Vicente Arraez y Tew Bunnag, que han acompa?ado a ni?os a la hora de morir, as¨ª como a sus familiares.
¡°La enfermedad y la muerte nos pueden aportar una conexi¨®n con nuestra parte espiritual m¨¢s all¨¢ del cuerpo f¨ªsico, como en el caso de un ni?o reci¨¦n nacido con una enfermedad cong¨¦nita y que iba a morir. Su madre ten¨ªa la expectativa de su recuperaci¨®n, hasta que un d¨ªa me llam¨® y me dijo que se hab¨ªa dado cuenta de que su beb¨¦ se comunicaba con ella a trav¨¦s de la mirada y se establec¨ªa una gran conexi¨®n entre los dos. La madre entendi¨® que hab¨ªa llegado la hora de quitar el respirador a su hijo y despedirse. Cuando lleg¨® ese momento, con un silencio absoluto, quienes est¨¢bamos acompa?¨¢ndoles, sentimos una energ¨ªa alrededor de paz inmensa, amor y compasi¨®n¡±.
¡°Cuando llegan los ¨²ltimos instantes de la vida de un ni?o o adolescente se percibe en su rostro que alcanzan una gran serenidad y paz profunda, a pesar del dolor que hayan sufrido por una enfermedad. Suele ocurrir que experimenten episodios como que su abuelo les ha venido a visitar, aunque est¨¦ muerto. Y es que en la muerte, como en el nacimiento, se producen fen¨®menos inexplicables a trav¨¦s de la raz¨®n, que conviene no desechar ni racionalizar, porque entonces perdemos el valioso misterio que nos ofrecen esos momentos tan transformadores¡±.
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