Por qu¨¦ no hay asesores cient¨ªficos en el Parlamento
Un grupo de investigadores consigue que el Congreso de los Diputados baraje crear una oficina de informaci¨®n cient¨ªfica como la que tienen las principales potencias europeas
La regulaci¨®n de la homeopat¨ªa como f¨¢rmaco va a debatirse pr¨®ximamente en el Congreso de los Diputados. Sea cual sea el resultado, hay algo que puede saberse ya: el di¨¢logo no estar¨¢ apoyado por asesores cient¨ªficos que expliquen las evidencias sobre la efectividad de estos productos, que es nula, aunque en ocasiones alg¨²n diputado haya defendido lo contrario. Espa?a es una rareza en Europa por la ausencia de una oficina de asesores cient¨ªficos en el Parlamento, pero ya ha dado los pasos para solventar esta deficiencia. Los grupos pol¨ªticos est¨¢n dispuestos a crearla.
La red europea de estas oficinas, EPTA, tiene 22 miembros, tanto de parlamentos nacionales de Alemania, Francia, Reino Unido, Grecia, Finlandia o Suecia, entre otros, como de regiones ¡ªValonia y Catalu?a¡ª y pa¨ªses asociados como Rusia, EE UU, Chile, M¨¦xico o Jap¨®n.
¡°Los pol¨ªticos, como el resto de los humanos, no toman decisiones basados solo en hechos, sino tambi¨¦n en sentimientos y creencias. Nuestra tarea es ayudarles a tomar esas decisiones aportando informaci¨®n cient¨ªfica imparcial y relevante sobre cualquier asunto que est¨¦n tratando¡±, explica Theo Karapiperis, jefe del Panel de Evaluaci¨®n de Opciones Cient¨ªficas y Tecnol¨®gicas del Parlamento Europeo (STOA), organismo que ostenta la presidencia de EPTA en 2018. ¡°Este tipo de oficinas comenzaron a crearse en Europa en los a?os 80 y 90 y cada vez m¨¢s pa¨ªses las est¨¢n poniendo en marcha. Espa?a e Italia son dos excepciones notables en Europa¡±, explica Karapiperis.
En este organismo trabajan 12 personas, ocho de ellos cient¨ªficos, y su presupuesto anual es de 650.000 euros, se?ala Karapiperis. El STOA realiza estudios prospectivos de temas que impactar¨¢n a la sociedad en el medio plazo y pueden quedar olvidados por los legisladores y su ciclo pol¨ªtico de cuatro o cinco a?os. En 2016 el servicio public¨® un estudio sobre la responsabilidad legal de veh¨ªculos aut¨®nomos y otros robots que contribuy¨® a que el Parlamento Europeo fuese el primero en legislar en este tema.
¡°Este tipo de oficinas comenzaron a crearse en Europa en los a?os 80 y 90 y cada vez m¨¢s pa¨ªses las est¨¢n poniendo en marcha. Espa?a e Italia son dos excepciones notables en Europa¡±
Uno de los ejemplos paradigm¨¢ticos en los que la asesor¨ªa cient¨ªfica result¨® importante fue el de los? beb¨¦s con tres padres. El Parlamento brit¨¢nico fue uno de los primeros del mundo en aprobar esta t¨¦cnica de reproducci¨®n asistida. ¡°Sab¨ªamos que este asunto iba a llegar alg¨²n d¨ªa al Parlamento as¨ª que empezamos a trabajar en el tema con dos a?os de antelaci¨®n¡±, explica Chris Tyler, director de la Oficina Parlamentaria de Ciencia y Tecnolog¨ªa (POST) entre 2012 y 2017. ¡°Todos los parlamentos tienen servicios jur¨ªdicos que realizan informes para los diputados, pero si no nos hubi¨¦ramos adelantado, los parlamentarios hubieran pedido estos informes solo unos d¨ªas antes de la votaci¨®n. Este era un asunto con una importante carga de detalles cient¨ªficos que hab¨ªa que entender para poner en contexto los argumentos de algunos grupos. Por ejemplo, la Iglesia Cat¨®lica se opuso a esta t¨¦cnica porque dec¨ªa que no es segura, pero nuestro informe citaba que la tasa de fallos es baja y, a cambio, permite eliminar el 100% de las enfermedades mitocondriales que, de lo contrario, las madres transmiten a sus hijos. Todo esto ayud¨® a que hubiese un debate de mucho nivel y finalmente el Parlamento aprob¨® la transferencia mitocondrial¡±, recuerda Tyler. ¡°Lo m¨¢s importante es que este tipo de asesor¨ªa no es solo sobre temas cient¨ªficos, sino sobre cualquier tema. En ausencia de este tipo de asesor¨ªa es muy f¨¢cil hacer afirmaciones infundadas y, si nadie lo vigila, el resultado es un debate parlamentario de baja calidad. Lo que hacen este tipo de servicios es asegurarle al ciudadano que sus impuestos generan un trabajo parlamentario de calidad. Lo ¨²nico que puede hacer da?o a la democracia es usar datos incorrectos o falsos¡±, asevera.
El producto estrella de POST son documentos de cuatro p¨¢ginas que re¨²nen toda la informaci¨®n fiable sobre un tema concreto. Los elaboran estudiantes de doctorado durante una estancia de tres meses en la oficina parlamentaria. Para cada documento realizan unas 30 entrevistas con expertos que despu¨¦s revisan unos 20 acad¨¦micos y expertos del Gobierno y el mundo empresarial. Es fundamental que la informaci¨®n sea imparcial y no entre en pol¨ªtica. ¡°Esto nos ha permitido ganar la confianza de los parlamentarios pero un solo con un error podemos perderla¡±, dice Tyler.
Actualmente Tyler trabaja en el University College de Londres investigando el impacto real de este tipo de servicios, que es dif¨ªcil de medir. ¡°S¨ª podemos decir que hemos tenido decenas de miles de interacciones entre pol¨ªticos y cient¨ªficos, por ejemplo en desayunos informales sobre temas espec¨ªficos en los que los parlamentarios no sienten verg¨¹enza de hacer preguntas tontas y, aunque es dif¨ªcil de demostrar, creemos que tiene un gran impacto¡±, se?ala.
Uno de los ejemplos paradigm¨¢ticos en los que la asesor¨ªa cient¨ªfica result¨® importante fue el de los ni?os con tres padres.
Este a?o, un grupo de 20 cient¨ªficos ha lanzado la campa?a Ciencia en el Parlamento para realizar encuentros entre cient¨ªficos y diputados similar a la que ya se hace en el Parlamento Europeo. El proyecto fue muy bien recibido por la presidenta del Congreso, Ana Pastor, en enero y el mes siguiente por la Mesa del organismo, en la que est¨¢n representados todos los grupos pol¨ªticos. Ya se ha aprobado celebrar dos d¨ªas de ciencia en el Parlamento en noviembre, dentro de los actos de celebraci¨®n del 40 Aniversario de la Constituci¨®n, que ser¨¢n financiados por el propio Congreso y ayudas econ¨®micas puntuales de la Fundaci¨®n Cotec y la Fundaci¨®n Espa?ola para la Ciencia y la Tecnolog¨ªa. La iniciativa ha recibido el apoyo de m¨¢s de 3.000 personas y 160 instituciones, explica Andreu Climent, investigador del Hospital Gregorio Mara?¨®n (Madrid) y uno de los promotores de la iniciativa.
¡°Nuestro primer objetivo es realizar reuniones peri¨®dicas entre cient¨ªficos y pol¨ªticos no para hablar de presupuestos ni pol¨ªtica cient¨ªfica, sino de c¨®mo la ciencia puede ser ¨²til en diversos asuntos, desde la gesti¨®n de carreteras a la salud, la energ¨ªa¡¡±, explica Climent. La propuesta incluye estudiar la creaci¨®n de un sistema permanente de asesor¨ªa cient¨ªfica en el Parlamento y, para ello, est¨¢ previsto que Tyler acuda a la C¨¢mara para explicar el funcionamiento de POST y las opciones de establecer un sistema semejante en Espa?a. ¡°No se trata de copiar el modelo de Reino Unido, sino de entender c¨®mo funciona su trabajo, pensar c¨®mo los cient¨ªficos podr¨ªamos ser de utilidad y que sean los parlamentarios los que decidan. Cuando lo propusimos, los miembros de la Mesa del Parlamento estuvieron de acuerdo en crear una oficina u otro sistema de asesoramiento cient¨ªfico permanente¡±, comenta.
La primera oficina de este tipo fue creada por el Congreso de EE UU en 1972 con un amplio consenso pol¨ªtico. El organismo produjo m¨¢s de 750 estudios sobre multitud de temas, desde la lluvia ¨¢cida al cambio clim¨¢tico pasando por la automatizaci¨®n del trabajo y las desigualdades que pueden crear las nuevas tecnolog¨ªas. Fue eliminada en 1995 tras una campa?a en contra liderada por el republicano Newt Gingrich.
Una oficina perseguida durante tres d¨¦cadas
En Espa?a la poca visibilidad de los cient¨ªficos en pol¨ªtica es acentuada, ya que tampoco existe una oficina de asesor cient¨ªfico del presidente del Gobierno similar a la de EE UU. Tradicionalmente esta tarea ha reca¨ªdo en organismos de investigaci¨®n, como el CSIC en el caso de la riada de lodos t¨®xicos de la mina de Aznalcollar en 1998 ¡ªel peor desastre medioambiental de la historia de Espa?a¡ª y el hundimiento del Prestige en 2002, o el Instituto de Salud Carlos III durante la crisis del ¨¦bola en 2014. Adem¨¢s existe el Consejo Asesor de Ciencia, Tecnolog¨ªa e Innovaci¨®n, adscrito al Ministerio de Econom¨ªa. Hasta ahora ha habido dos iniciativas anteriores para crear un sistema de asesor¨ªa cient¨ªfica en el Parlamento, el primero en 1989. "Yo era senador por el PSOE y propusimos al entonces presidente de las Cortes, F¨¦lix Pons, que se comprometi¨® a hacerlo, pero despu¨¦s hubo elecciones anticipadas y el tema nunca se retom¨®", explica Miguel ?ngel Quintanilla, que por entonces era senador del PSOE. El catedr¨¢tico de filosof¨ªa de la ciencia en la Universidad de Salamanca cree que ahora s¨ª ha llegado el momento de crear este organismo, que adem¨¢s deber¨ªa tener el objetivo de aumentar la participaci¨®n ciudadana. La segunda intentona, en 2003, trajo a Espa?a a los representantes de las oficinas asesoras de varios parlamentos de pa¨ªses europeos, pero finalmente no fructific¨®. "Es evidente que en Espa?a ambos poderes, ejecutivo y legislativo, tienen un d¨¦ficit grande en temas cient¨ªficos y tecnol¨®gicos que este tipo de iniciativas podr¨ªan reducir", explica Luis Sanz, investigador del Instituto de Pol¨ªticas y Bienes P¨²blicos del CSIC, que fue uno de los promotores de esa segunda iniciativa. Para el cient¨ªfico hay dos escollos fundamentales para conseguirlo. Uno, que la iniciativa debe contar con el apoyo de los letrados del Congreso de los Diputados, "que pueden ver con recelo la llegada de estos asesores cient¨ªficos". "El segundo es el propio Ejecutivo, ya que puede recelar de que el poder legislativo gane m¨¢s independencia y debilite su funci¨®n de apoyo al Gobierno de turno", se?ala.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.