El talento afrodescendiente saca pecho en Tarifa

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El Festival de Cine Africano llama a las puertas de la afrodescendencia

14 a?os de cine en 14 kil¨®metros

¡°Cuantos m¨¢s seamos los enamorados de ?frica, mejor para contagiar a los dem¨¢s¡±

El Festival de Cine Africano volvi¨® a Tarifa y zarp¨® a T¨¢nger

"Pues si los dem¨¢s nacieron, ?qu¨¦ privilegios tuvieron que yo no goc¨¦ jam¨¢s?" Algunos de los versos m¨¢s importantes del Siglo de Oro de la literatura espa?ola han sido el reclamo contra los estereotipos y el racismo con los que se ha inaugurado este viernes la XV edici¨®n del Festival de Cine Africano Tarifa-T¨¢nger (FCAT). Son los del poeta Calder¨®n de la Barca, de su obra La vida es sue?o, recitados por los y las cineastas Astrid Jones, Silvia Albert, Marius Makkon, Armando Buika, Will Shepard y Angelo Torres. Los cinco han subido al escenario del teatro Alameda de Tarifa para dar el pistoletazo de salida a un certamen que se celebra de manera simult¨¢nea en esta ciudad gaditana y en la marroqu¨ª T¨¢nger, y que este a?o se ha dedicado al talento afrodescendiente. Al mando de la gala, otra hija de dos continentes: la periodista espa?ola de origen guineano Luc¨ªa Mbom¨ªo. "Es muy bonito escuchar estos versos de sus bocas, de sus teces, de sus or¨ªgenes diversos", dice la presentadora sobre los artistas.?

Los ¨²ltimos d¨ªas de abril son perfectos para visitar Tarifa: el tiempo es bueno y la ciudad a¨²n no est¨¢ colapsada por los turistas de la ¨¦poca vacacional. A¨²n se puede pasear por la medina sin agobios, sentarse en una terraza, disfrutar del silencio. En Tarifa, de 18.000 habitantes, en el verano de 2017 llegaron hasta los 150.000, se quintuplic¨® su poblaci¨®n porque este es un destino de moda para los amantes de los deportes n¨¢uticos. Pero este enclave andaluz quiere identificarse tambi¨¦n con la cultura y por eso acoge este FCAT, que aqu¨ª naci¨® y, salvo una breve temporada que se traslad¨® a C¨®rdoba, aqu¨ª sigue. "Entendemos que la promoci¨®n y el fomento de la cultura est¨¢ tambi¨¦n en el desarrollo de una sociedad que se precia por sus valores de convivencia y entendimiento", defiende el alcalde, Francisco Ruiz.

Durante la ¨²ltima semana de abril y la primera de mayo, hay revuelo. En las playas, lo habitual: los primeros ba?istas del a?o y alg¨²n que otro practicante de kite surf con todo el mar para ¨¦l. Pero muralla adentro se desarrolla toda la acci¨®n: por las estrechas callejuelas es f¨¢cil encontrar paredes forradas con el p¨®ster oficial del festival y a forasteros arrastrando maletas en busca de su hotel, cada uno con su acreditaci¨®n correspondiente colgada del cuello.

Los cineastas y actores piden justicia e igualdad de oportunidades porque tenemos el mismo derecho que el resto de personas a tener papeles, no un papel

El festival es un evento transfronterizo que pertenece a varias ciudades, a varios pa¨ªses y a varios continentes: Tarifa y T¨¢nger, Espa?a y Marruecos, Europa y ?frica. A partir de las siete de la tarde, bulle el interior del Alameda, donde Mbom¨ªo presenta la nueva secci¨®n que desde este a?o ser¨¢ permanente, Afrodescendencias, y recuerda por qu¨¦ es importante visibilizar a este colectivo. "Que nosotros mismos contemos nuestras historias, y no otros", exige. "Estamos reclamando nuestro lugar y nuestra sociedad; los cineastas y actores piden justicia e igualdad de oportunidades porque tenemos el mismo derecho que el resto de personas a tener papeles, no un papel".

A continuaci¨®n, desgrana todos los detalles de lo que se espera en la pr¨®xima semana a un lado y otro del Estrecho: una secci¨®n oficial, Hipermetrop¨ªa, con 15 pel¨ªculas. "En ficci¨®n hay muchas proyecciones ¨¢rabes, y el ?frica negra se ha centrado m¨¢s en los documentales, en la situaci¨®n pol¨ªtica y la relaci¨®n de la poblaci¨®n de distintos pa¨ªses con sus Gobiernos y de los movimientos activistas que han seguido los pasos de las primaveras ¨¢rabes".

T¨¢nger y Tarifa son dos ciudades que amanecen a diario mir¨¢ndose una a la otra y, sin embargo, no siempre se dan la mano. Por eso hacen falta actividades que permitan el acercamiento de ambas orillas, opina Miguel ?ngel V¨¢zquez, consejero de cultura de la Junta de Andaluc¨ªa. "Es un festival necesario porque apuesta por la cultura comprometida y ayuda a derribar fronteras y a acercar a los pueblos. Para combatir el rechazo a lo distinto", reivindica. "El FCAT permite dar voz a los que tienen m¨¢s dificultad para hacerse escuchar". Y gracias a esa voluntad y a ese esp¨ªritu de cohesi¨®n del festival se da la circunstancia de que estas comprometidas palabras de un representante pol¨ªtico son escuchadas desde las butacas del teatro por Frank Tutu y sus compa?eros del Centro de Acogida a Refugiados de la Cruz Roja. Llegaron hace apenas unas semanas en patera y se han animado a asistir. Impensable reunir a un pol¨ªtico y a un inmigrante sin papeles en la misma sala. En el FCAT pasa.

Y Tutu, que viene de Ghana, se queda muy sorprendido cuando tras las palabras de V¨¢zquez hacen acto de aparici¨®n la actriz Silvia Albert y la bailarina de danza flamenca contempor¨¢nea Yinka Esi Graves, porque su origen es, precisamente, ghan¨¦s. Su espect¨¢culo conjunto, las dos solemnes, rotundas en la danza y en la declamaci¨®n, poniendo movimiento y literatura a la reivindicaci¨®n del orgullo de ser mujer y negra, arranca los mayores aplausos del p¨²blico. La guinda del pastel es la proyecci¨®n de la pel¨ªcula No soy una bruja, opera prima de la directora zambiana Rungano Nyoni que trata sobre una ni?a hu¨¦rfana que, tras ser acusada de brujer¨ªa, es expulsada de su pueblo. Y de todo lo que le pasa despu¨¦s. "Era muy esperada, ha sido una de las revelaciones del a?o en Cannes", adelanta el cr¨ªtico de cine Javier Estrada para presentarla.

Anochece en Tarifa y desde esta orilla del mundo pueden verse las luces de ?frica. A 14 kil¨®metros, en Marruecos, la Cinemat¨¨que de T¨¢nger acoge una proyecci¨®n subtitulada al franc¨¦s. Y a las puertas del Alameda, los invitados del FCAT se retiran para descansar, pues les esperan unas intensas jornadas de teatro, m¨²sica, literatura, relaciones p¨²blicas y mucho, mucho cine.

Jam¨¢s pensar¨ªa Calder¨®n de la Barca, all¨¢ en su siglo XVII, que su poes¨ªa ser¨ªa estandarte del colectivo afrodescendiente para reclamar su visibilidad y el reconocimiento a su trabajo. Pero no existen poes¨ªa ni cr¨®nica que valga para demostrar el talento de la afrodescendencia, ya solo viendo a Yinka y Silvia sobre las tablas, se comprende todo.

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