Seis se?ales de que est¨¢ siendo v¨ªctima de una persona "t¨®xica"
Y las t¨¦cnicas m¨¢s certeras para neutralizar sus manipulaciones
En apariencia, son personas normales. Con sus dos piernas y sus dos brazos. Visten como usted, caminan erguidos. Duermen, comen. Pero algo tienen. Es dif¨ªcil determinar qu¨¦ exactamente, pero sobre ellos planea una suerte de nube negra invisible. Se mueven con soltura entre las sombras, el des¨¢nimo, el sentimiento de culpa y la manipulaci¨®n. Una delicia. Pero ah¨ª est¨¢n, disfrazados de compa?eros de trabajo o, incluso, de amigos, dispuestos a succionar su alegr¨ªa contagi¨¢ndole sus penas. Llegando incluso a hacerle dudar de si ser¨¢ cosa suya; si realmente usted ser¨¢ el iluso, el sin sustancia. Son las personas "t¨®xicas".
"En ocasiones, creemos que este tipo de perfil es inusual, pero las estad¨ªsticas apuntan a que 1 de cada 100 personas presentan rasgos psicop¨¢ticos, 't¨®xicos", afirma Jes¨²s Matos, psic¨®logo experto en gesti¨®n de la tristeza. Y a?ade: "En las direcciones y esferas medias y altas de las empresas, la cifra sube al 70%". Pero hay algo con lo que ellos no cuentan: todo est¨¢ estudiado y catalogado y poniendo un poco de atenci¨®n se les puede desenmascarar.
"Meteculpas, envidiosos, profesionales de la herida¡ el 't¨®xico' ser¨¢ capaz, adem¨¢s, de lograr que pensemos que el error es nuestro y no suyo, minando nuestro autoestima", confirma Mar¨ªa ?ngeles Bastor, psic¨®loga experta en orientaci¨®n cognitivo conductual. Estos son los seis rasgos m¨¢s caracter¨ªsticos de una persona "t¨®xica" y, sobre todo, las t¨¦cnicas m¨¢s acertadas para lograr que su aura gris no descargue la lluvia sobre nuestras cabezas.
No dejan de hablar de ellos
Son profundamente egoc¨¦ntricos. "Normalmente, suelen tener poca consideraci¨®n por los sentimientos de los dem¨¢s porque son muy poco emp¨¢ticos", explica Matos. Su objetivo es instrumentalizar a los dem¨¢s para obtener su propio beneficio y, por eso, uno de sus rasgos m¨¢s comunes apunta a que siempre est¨¢n mir¨¢ndose el ombligo. Son maestros del "mimimi-yoyoyo".
Le contagian su pesimismo
Aunque a veces lo camuflen. "El perfil de persona 't¨®xica' es cambiante en cada caso, y no tienen por qu¨¦ responder a todas las se?ales", aclara la psic¨®loga Bastor. No obstante, la actitud pesimista es habitual, "a pesar de que no sea evidente y est¨¦ disimulada con una suerte de optimismo vac¨ªo", contin¨²a la experta. Al ser tambi¨¦n muy duchos en el dominio del lenguaje, sus frases presentar¨¢n un presumible buen humor aunque, en el fondo, el poso oscuro quedar¨¢ patente si se analizan sus palabras al detalle.
Termina d¨¢ndoles pena
Siempre victimiz¨¢ndose, siempre haci¨¦ndose los m¨¢rtires. Y lo peor: sin hacer nada por cambiar su situaci¨®n. Compartir conversaciones con ellos supone dejar que asolen nuestro buen humor puesto que, para ellos, todo ser¨¢ horrible. "Pretender¨¢n adem¨¢s que, habi¨¦ndonos levantado dolor de cabeza, seamos nosotros los que hagamos su 'trabajo sucio', estallando contra una realidad que, si bien a nosotros no nos perturba, termina por hacerlo despu¨¦s de habernos contagiado de su esp¨ªritu victimista", explica Bastor.
No le dejan ni a sol ni a sombra
Le quieren para usted, en exclusiva. Son profundamente dependientes y terminan minando sus derechos y su autonom¨ªa, secuestr¨¢ndoles. "Tanto emocional como f¨ªsicamente, puesto que nos quieren tener siempre a su lado", avanza Matos.
Primero, una llamada; despu¨¦s, un profundo enfado al no atender la segunda, para tratar de convertir esa conversaci¨®n telef¨®nica diaria en costumbre. "Para cuando queremos darnos cuenta, el 't¨®xico' nos ha aislado y separado de nuestras rutinas y amistades porque son, adem¨¢s, muy 'succionadores", confirma el psic¨®logo.
Minimiza cualquier ¨¦xito ajeno
La envidia es otra de las se?ales. "Al no tener empat¨ªa, minimizan y minusvaloran los ¨¦xitos de los dem¨¢s, y tambi¨¦n los de su 'v¨ªctima", afirma el experto en gesti¨®n de la tristeza Jes¨²s Matos. No saben gestionar sus emociones y carecen de capacidades para actuar de forma saludable, por lo que cualquier r¨¦dito logrado por los dem¨¢s es un factor a abatir.
Jam¨¢s sabe por d¨®nde le va a salir
Su estado emocional fluct¨²a constantemente, buscando que el otro no sepa bien por d¨®nde puede estallar y, de esta forma, procure tenerle siempre contento y satisfecho. "De hecho, ese es el problema: para mantener su estabilidad se le deja hacer, y eso es un boicot al resto, porque nadie se atreve a ponerle l¨ªmites", sostiene la psic¨®loga Bastor. Y as¨ª terminan por aflorar sentencias tipo "ya sabes c¨®mo es"; frases categ¨®ricas que le permiten seguir ejerciendo su papel dominante.
Y ahora, c¨®mo neutralizarlos
"Cuanto m¨¢s lejos, mejor, aunque es dif¨ªcil cortar con ellos porque suelen volver para vengarse", adelanta Matos. Al verse apartado, tendr¨¢ la necesidad de volcar sobre los dem¨¢s su frustraci¨®n, corroborar que usted es el loco, y para ello le seguir¨¢n atacando. Por eso, conviene no reaccionar con ira para no ponernos a su altura, no desgastarse pensando en ¨¦l constantemente, ponerle l¨ªmites y mantener la distancia.
"Tambi¨¦n es liberador practicar deporte, para canalizar el enfado al comprobar que estamos siendo manipulados", aconseja la psic¨®loga Bastor, que anima adem¨¢s a aprender de la experiencia y asumir las pautas para que la situaci¨®n se repita en el futuro. Que ya est¨¢ bien, que bastante tiene usted con sujetar su vela como para convertirse tambi¨¦n en el palo que sostenga la de los dem¨¢s.
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