Clamor mundial contra Trump
El abandono estadounidense del acuerdo con Ir¨¢n representa una amenaza a la paz
Con su decisi¨®n de denunciar el acuerdo nuclear con Ir¨¢n, Donald Trump ha asestado un duro golpe a la estabilidad internacional.
No se trata solo de que el mandatario prosiga con la destrucci¨®n de un sistema de relaciones internacionales ¡ªcomerciales y de seguridad¡ª que, con mayor o menor ¨¦xito, ha funcionado razonablemente desde el fin de la II Guerra Mundial. Sucede que, adem¨¢s, el abandono unilateral de un acuerdo en el que se han implicado las principales potencias del mundo convierte a EE UU en un socio imprevisible, y por tanto poco fiable, para sus aliados.
El acuerdo con Ir¨¢n detuvo ¡ªy estableci¨® los medios para poner fin a¡ª una peligrosa carrera que iba a desembocar en la proliferaci¨®n nuclear en una de las zonas m¨¢s inestables del planeta. Sus repercusiones pol¨ªticas y econ¨®micas alcanzar¨ªan a todo el mundo. Por eso mismo, toda la comunidad internacional se comprometi¨® a encontrar una soluci¨®n viable a un problema que parec¨ªa irresoluble por la v¨ªa diplom¨¢tica. La culminaci¨®n de un tratado tras dos largos a?os de negociaciones constituy¨®, sin duda, una victoria del esfuerzo com¨²n a pesar de los intereses dispares y una lecci¨®n de cara al futuro. Rusia, China, EE UU y la Uni¨®n Europea supieron sentarse en el mismo lado de la mesa y, en inter¨¦s de todos, plasmar por escrito un compromiso hist¨®rico con el r¨¦gimen de Teher¨¢n.
Hasta la fecha, y as¨ª lo ha acreditado la Agencia Internacional para la Energ¨ªa At¨®mica (AEIA), encargada de verificar el cumplimiento del acuerdo, Ir¨¢n ha cumplido con sus obligaciones.
Pero Trump ha decidido, sin escuchar a nadie ¡ªincluyendo prestigiosas voces en su propio pa¨ªs y a los mandatarios de Francia y Alemania que le han visitado estos d¨ªas en Washington¡ª, destruir la credibilidad de su pa¨ªs y la confianza en su pol¨ªtica exterior. Parece como si el actual inquilino de la Casa Blanca estuviera obcecado en acabar con el legado de su predecesor, Barack Obama, sin entender que el pacto con Ir¨¢n va mucho m¨¢s all¨¢ de Obama.
Para evaluar la acci¨®n del presidente de EE UU basta preguntarse si hoy, con el Tratado herido de muerte a merced de su voluntad, Oriente Pr¨®ximo est¨¢ m¨¢s cerca de la paz o de la guerra. La respuesta es evidente. Y por eso Europa debe reaccionar de forma clara y contundente.
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