Refrescos, ¡®ganchitos¡¯ y chucher¨ªas: la comida basura llega a los ind¨ªgenas
Un estudio analiza los cambios en la dieta de las comunidades chort¨ª , en Guatemala, que se relaciona con enfermedades como el sobrepeso y la obesidad

Para los ind¨ªgenas mayas chort¨ª, la comida de verdad es el ma¨ªz. En concreto, las tortillas. Si acaso, con algo de frijoles y alg¨²n cazo de caf¨¦. Eso es lo que quita el hambre, lo que da fuerzas, lo que alimenta. Cualquier otra cosa que uno ingiera puede servir para alegrar el cuerpo, o para divertirse, o para entretenerse. Pero sin sus tortillas, en realidad, no puede decirse que est¨¦ aliment¨¢ndose. O al menos as¨ª era hasta hace bien poco. Ahora, en una regi¨®n como Chiquimula, en Guatemala ¡ªdonde en algunas zonas siete de cada 10 menores de cinco a?os no comen lo suficiente¡ª los refrescos azucarados, ganchitos y otros ultraprocesados se est¨¢n haciendo un hueco en la dieta de los chort¨ª.
"No... Hay bolsas en las tiendas, pero nosotros no se las compramos". La reacci¨®n habitual a preguntas de los investigadores era negar la mayor. Lorenzo Mariano, doctor en Antropolog¨ªa de la Universidad de Extremadura, explica que la gran mayor¨ªa de la poblaci¨®n chort¨ª guatemalteca se sent¨ªa avergonzada y, al ver a extranjeros haciendo preguntas, aseguraba que no consum¨ªa productos chatarra, ni mucho menos se los daba a sus hijos. "Pero en los lugares donde ten¨ªamos m¨¢s confianza nos confesaban que s¨ª que lo hacen con normalidad, aunque sepan que no es bueno", apunta.
Aunque los ¨²ltimos datos oficiales (de 2006) a¨²n no arrojaban un gran aumento del consumo de refrescos, ya se?alaban una subida del 13% respecto a 1999 en la ingesta de snacks y otras chucher¨ªas ultraprocesadas en la regi¨®n. Los algo m¨¢s de 50.000 mayas chort¨ª guatemaltecos viven en la regi¨®n de Chiquimula, al este del pa¨ªs, frontera con Honduras y el Salvador. Estas comunidades registran tasas de desnutrici¨®n infantil un 13% superiores a la media nacional, que es la peor de Centroam¨¦rica. Y se relaciona la habitual talla baja de estos ind¨ªgenas con la falta de alimento suficiente en los primeros cinco a?os de vida. La zona es conocida por haber sufrido una hambruna en 2001 que, en diversa medida, se viene repitiendo peri¨®dicamente. Pero ahora tambi¨¦n se registran all¨ª casos de sobrepeso y obesidad. Y el foco se coloca sobre el mayor consumo de grasas y az¨²cares.
"Las principales causas de la doble carga de la malnutrici¨®n [cuando conviven hambre y obesidad] son las condiciones sociales y la baja calidad de la alimentaci¨®n", explica Rub¨¦n Grajeda, experto de la Organizaci¨®n Panamericana de Salud (OPS). "Los productos con alto contenido cal¨®rico y bajo valor nutricional es decir, altos en az¨²car, sal y grasa, est¨¢n ampliamente distribuidos, son sabrosos, convenientes y de muy bajo precio", a?ade.
¡°En Am¨¦rica Latina es posible encontrar bebidas gaseosas o boller¨ªa industrial? a precios bajos en lugares donde a veces no llegan las escuelas ni el agua potable¡±
Pese a que muchos se muestran convencidos de que son malos, la presencia de estas galguer¨ªas como patatas fritas, ganchitos, galletas azucaradas o refrescos se ha multiplicado en la tierra de los chort¨ª. "El consenso es que ha crecido el n¨²mero de tienditas de comunidad: todas las aldeas tienen una", se?ala Mariano, coautor de un estudio sobre el tema para la ONG Acci¨®n contra el hambre. El trabajo de campo realizado por los investigadores muestra que en estos negocios los productos procesados y las bebidas azucaradas pr¨¢cticamente monopolizan la oferta.
"Con la sustituci¨®n de los mercados tradicionales por estas tiendas, y la presencia de estos alimentos en su d¨ªa a d¨ªa, los chort¨ª est¨¢n realizando una transici¨®n alimentaria hacia cosas m¨¢s procesadas. Pero sociedades como la espa?ola hicimos ese camino en cuatro d¨¦cadas: ellos la est¨¢n recorriendo pr¨¢cticamente en una", apunta el investigador. Son efectos colaterales del desarrollo, que permiten llevar estos productos a lugares antes inaccesibles. "Sus bajos costes de producci¨®n y la eficiente distribuci¨®n en ¨¢reas remotas y usualmente pobres hacen que sus precios sean frecuentemente m¨¢s bajos que alternativas saludables", se?ala Grajeda, de la OPS.

Esta realidad no es exclusiva de este territorio, sino que se extiende por Am¨¦rica Latina. "En toda la regi¨®n, hoy es posible encontrar bebidas gaseosas, boller¨ªa industrial, galletas y snacks nutricionalmente pobres vendidos a precios bajos en territorios muy alejados", explica Ricardo Rapallo, experto de la FAO (agencia de la ONU para la alimentaci¨®n y la agricultura). "Incluso en lugares donde a veces no llegan las escuelas, el agua potable ni los centros de salud"
El hecho de que la gente se averg¨¹ence de consumir esta chatarra ante los expertos demuestra, seg¨²n los autores del informe, que la educaci¨®n nutricional es acertada y llega. Pero la evidencia de que aun as¨ª se sigan consumiendo pone en duda su efectividad. M¨¢s a¨²n cuando estos elementos compiten con una arraigada cultura culinaria en la que una dieta variada es muchas veces percibida como s¨ªntoma de des¨®rdenes morales y sociales. "Esto nos sirve para reflexionar sobre los programas de cooperaci¨®n en materia de salud. Partimos siempre de que todo se soluciona con informaci¨®n, y que gracias a ella la gente elegir¨¢ lo m¨¢s saludable: vemos que no es as¨ª", reflexiona el experto.
La comida que las ONG repart¨ªan en las emergencias alimentarias no pod¨ªa competir con las cualidades nutritivas de las tortillas en el imaginario local. "Por eso, el mero hecho de que todos estos productos lleguen a competir con la dieta tradicional es muy sorprendente", opina Mariano. El estudio sostiene que los m¨¢s j¨®venes son los m¨¢s propensos a consumirlos, y apunta a las t¨¦cnicas de marketing como una de las claves para comprender el fen¨®meno: las chucher¨ªas se venden en paquetes peque?os de precio bajo, para intentar hacerlas asumibles a todas las capas de la poblaci¨®n, y en este caso se adaptan a los gustos locales, con una preferencia por el picante.

"Adem¨¢s est¨¢ la cuesti¨®n del prestigio, estas cosas se identifican como algo moderno", argumenta el antrop¨®logo. Los nombres y el empaquetado de lo que se ve en las tiendas?¡ªcasi siempre hasta arriba de publicidad de marcas¡ª tambi¨¦n tratan de acercarse a las nuevas generaciones, con colores y nombres atractivos.
¡°El hecho de que estos productos lleguen a competir con la dieta tradicional es muy sorprendente¡±
Otro estudio que compar¨® las exigencias de los etiquetados y mensajes nutricionales de M¨¦xico, Ecuador, Chile y Guatemala, revel¨® que la regulaci¨®n guatemalteca era la m¨¢s d¨¦bil en este sentido. Y advert¨ªa de que conseguir una informaci¨®n que fuera comprensible y ¨²til para todos era un reto mayor en un pa¨ªs tan heterog¨¦neo ¨¦tica y culturalmente. ?Valdr¨ªa para algo se?alar las calor¨ªas que contiene cada producto sin una formaci¨®n previa?
Rapallo lamenta la falta de informaci¨®n sobre las diferencias particulares de las comunidades ind¨ªgenas, y cree que las pol¨ªticas p¨²blicas en toda Am¨¦rica Latina pecan de falta de adaptaci¨®n a la realidad de estos pueblos. "Pero, aunque sin duda el tema cultural de la propia idiosincrasia ind¨ªgena tiene su importancia, otros factores de exclusi¨®n como la pobreza y la desigualdad pesan mucho en su situaci¨®n nutricional".
De ah¨ª la necesidad de tomar medidas por parte de los Estados. Mariano apuesta por el gravamen a su venta: "Al final vemos que lo que realmente frena el consumo de estas cosas es el precio". En M¨¦xico, uno de los pa¨ªses con mayores niveles de obesidad y sobrepeso, la venta de bebidas azucaradas cay¨® un 7,6% en dos a?os tras imponer una tasa especial.
Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter y Facebook e Instagram, y suscribirte aqu¨ª a nuestra newsletter.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.