De ¡®Intervi¨²¡¯ al himno: por qu¨¦ llevamos 32 a?os hablando de Marta S¨¢nchez
Es controvertida, pero tambi¨¦n lo m¨¢s parecido que hemos tenido en Espa?a a una estrella del pop absoluta. As¨ª de discutida ha sido desde el principio su carrera

Marta S¨¢nchez (Madrid, 1969) ha vuelto a estar esta semana en boca de todos tras cantar su versi¨®n con letra del himno de Espa?a por segunda vez, en esta ocasi¨®n en un acto de Ciudadanos. La primera, en un concierto en el Teatro de la Zarzuela, la llev¨® a ser figura central de las tertulias pol¨ªticas, el tema m¨¢s comentado en redes sociales y saludada por varios miembros del Gobierno. Si detr¨¢s de esto hab¨ªa un intento de volver a ser enormemente popular, lo consigui¨®.
En una entrevista en 1991 fue criticada por hablar a menudo en ingl¨¦s. En 2007 volver¨ªa a ser criticada (abucheada, m¨¢s bien) por leer en ingl¨¦s un preg¨®n en el Orgullo Gay de Madrid. Es chocante analizar eso ahora que est¨¢ tan asociada a una bandera espa?ola
Marta es una figura extra?a. Para empezar, es una cantante pop ultraproducida en un pa¨ªs que: a) siempre ha condenado el pop femenino al ostracismo, como si una mujer joven cantando sobre sentimientos encima de una base bailable fuese una cosa menor; y b) siempre ha premiado la figura del chico de al lado, de aquel que no parece haberse maquillado ni vestido para la foto. El artificio solo se lo hemos tolerado a Raphael. Marta pareci¨® re¨ªrse de ello en uno de los ¨¦xitos de Ol¨¦ Ol¨¦, Supernatural, cuya letra dec¨ªa: ¡°Nene, me puedes tocar. / Solo soy una chica normal, supernatural¡±. De hecho, la estrella no naci¨® en el primer disco de Marta S¨¢nchez con Ol¨¦ Ol¨¦ sino en el segundo (Los caballeros las prefieren rubias, 1987), cuando Juan Gatti (el dise?ador gr¨¢fico y fot¨®grafo que esculpi¨® los ochenta en Espa?a) le recomend¨® que se ti?ese de rubio platino. En un pa¨ªs que adora la falsa naturalidad, Marta S¨¢nchez se elev¨® al estrellato tras una transfiguraci¨®n.
Marta tambi¨¦n es una superviviente en una industria que ha visto c¨®mo todas las figuras del pop de los ochenta ca¨ªan en el olvido y, en el mejor de los casos, sobreviv¨ªan en conciertos nost¨¢lgicos en festivales que tienen secci¨®n de guarder¨ªa. "Las discogr¨¢ficas siempre quieren el artista latino haga m¨²sica latina", declar¨® una vez a este periodista. "Ha habido siempre mucho miedo a que un artista latino haga m¨²sica con inspiraci¨®n anglosajona", a?adi¨®.?Ella lo hizo, pero a la vez tambi¨¦n cumpli¨® ciertos c¨®digos que se le exig¨ªa a una figura patria: Marta pod¨ªa alternar con Madonna, Prince y el bater¨ªa de Duran Duran (al que volveremos en breve), pero tambi¨¦n se relacion¨® con un torero (Javier Conde) y decor¨® varias portadas de Hola.?
En resumen, Marta S¨¢nchez lleva entreteni¨¦ndonos desde 1986. Y aunque hoy sea vista por sus detractores como la imagen de cierta Espa?a trasnochada, ella contribuy¨® a que el mundo del entretenimiento en Espa?a se pareciese m¨¢s al de Estados Unidos o Inglaterra. Hoy puede presentarse como una patriota, pero todo su valor art¨ªstico se lo debe a ser, en el sentido musical, una expatriada desde el principio.?
En 1990 Marta S¨¢nchez, en la cumbre de su popularidad, fue una emigrante de verdad. Rompi¨® lazos con Ol¨¦ Ol¨¦ y se mud¨® a Nueva York. All¨ª se relacion¨® con Duran Duran e inici¨® un romance con el bater¨ªa del grupo entonces, Sterling Campbell. La relaci¨®n fue portada de revistas y, a su regreso a Espa?a, la pareja fue recibida como una extra?a representaci¨®n de la alianza entre dos potencias.
Los medios pusieron en marcha una suerte de?Bienvenido Mr. Marshall que alcanz¨® su cumbre en una entrevista a dos idiomas de la pareja con Jes¨²s Hermida. Una entrevista en la que fue criticada por hablar a menudo en ingl¨¦s. En 2007 volver¨ªa a ser criticada (abucheada, m¨¢s bien) por leer en ingl¨¦s un preg¨®n en el Orgullo Gay de Madrid. Hoy, cuando ella est¨¢ tan asociada a un discurso patriota, resulta chocante que la abucheasen por hablar en otro idioma.

Volviendo a su romance con Campbell: parte de toda esta extra?a fascinaci¨®n se deb¨ªa a que Campbell era... negro. El peri¨®dico ABC, en una prosa que hay que leer con cierta indulgencia por la cosa del tiempo, se refiri¨® a Sterling como ¡°el novio negro que ha encontrado en las Am¨¦ricas¡±. La revista Lecturas lo denomin¨® ¨Cen portada¨C "un bater¨ªa de color¡±. La relectura de Adivina qui¨¦n viene esta noche era obvia: la cr¨®nica rosa espa?ola se enfrentaba a su primer romance interracial.
Unos a?os despu¨¦s de todo esto, en 1993, Marta estren¨® una pel¨ªcula. Y qu¨¦ pel¨ªcula. En otro pa¨ªs, probablemente, Supernova?(del fallecido Juan Mi?¨®n) ser¨ªa una de esas que, al estilo de The Rocky Horror Picture Show o Showgirls, se proyectan en sesiones de medianoche para que j¨®venes la celebren y coreen sus di¨¢logos con ayuda de palomitas y cerveza. Atenci¨®n a la trama: un conde que es a su vez el due?o de una multinacional de flanes se obsesiona con F¨¦nix, una cantante intergal¨¢ctica y se empe?a en fabricar una r¨¦plica exacta de ella. Mezcla de musical,?Frankenstein,?Metr¨®polis,?Barbarella y n¨²mero er¨®tico de medianoche, la pel¨ªcula fue un fracaso estrepitoso de cr¨ªtica y p¨²blico.
La famosa entrevista de Jes¨²s Hermida a Marta S¨¢nchez y a su pareja de la ¨¦poca, el bater¨ªa de Dudan Duran, Sterling Campbell. La cantante fue criticada por hablar en ingl¨¦s.
¡°Me siento tan avergonzada de esa pel¨ªcula", confes¨® a?os despu¨¦s en una entrevista a Vanity Fair. "Sobre el papel ten¨ªa buena pinta y hab¨ªa un reparto curioso, pero luego se estrope¨® porque solo quisieron utilizar a la sex symbol¡±.
Ese t¨¦rmino, "utilizar", ha aparecido a menudo en las entrevistas que la cantante concedi¨® a lo largo de su carrera, especialmente en los ¨²ltimos a?os. "He sido una marioneta toda mi carrera", dijo a Risto Mejide en Viajando con Chester en 2014. En esa misma entrevista sentenci¨®: "Estoy harta de Marta S¨¢nchez. Estoy matando a ese personaje que me ha dado mucho, pero no puedo soportar m¨¢s".
La cantante reconoc¨ªa al personaje de Marta S¨¢nchez como un ente independiente, algo que exist¨ªa fuera de ella. En la vida de toda artista pop superviviente siempre ha habido varias versiones de s¨ª misma, como si se necesitase multiplicar para atender a diferentes flancos de la popularidad. Es posible que Madonna no fuese una fuerza todav¨ªa tan influyente hoy si a sus canciones pegadizas no hubiesen acompa?ado un discurso visionario forjado a base de esc¨¢ndalos, o que Alaska no fuese tan enormemente popular si no hubiese extendido sus tent¨¢culos m¨¢s all¨¢ de la m¨²sica en debates televisivos, prensa y cine.?

A Marta S¨¢nchez todo esto le ocurri¨® sin pedirlo. Cuando en 1990 el entonces ministro de Defensa Narc¨ªs Serra le sugiri¨® ir a cantar para las tropas espa?olas desplazadas en el golfo P¨¦rsico, su figura salt¨® de las p¨¢ginas de m¨²sica y sociedad y las de pol¨ªtica y opini¨®n. Francisco Umbral la nombr¨® de forma habitual, con especial inquina, en sus columnas de El Mundo. "Hortera". "Criada". "Mu?eca hinchable". "Marilyn de provincias". Pero una frase con la que terminaba una de sus tribunas era demoledora y sorprendente a d¨ªa de hoy: "Criticar a Marta S¨¢nchez es de derechas".?
Casi todas las pol¨¦micas en las que se ha visto envuelta Marta S¨¢nchez en los ¨²ltimos tiempos han tenido un sesgo pol¨ªtico y casi siempre ha recibido cr¨ªticas por parte de la izquierda (ella reconoci¨® haber votado al PP en las elecciones de 2011, por cierto). De ah¨ª la sorpresa ante la afirmaci¨®n de Umbral (que se centraba, en aquella frase, en las cr¨ªticas a la cantante por su desnudo en al revista Intervi¨², que ¨¦l defendi¨®). Ya en 2012 se granje¨® las cr¨ªticas de los funcionarios en huelga despu¨¦s de que ¨Ctras verse afectada por un par¨®n en la circulaci¨®n cuando iba con su madre por el centro de Madrid debido a una manifestaci¨®n¨C la cantante espetase en el programa de Mar¨ªa Teresa Campos: "La crisis no se arregla jodiendo al pr¨®jimo, sino trabajando".?
Tal vez sea una imprudente y una escritora regular (la letra del himno es francamente mejorable), pero tambi¨¦n es alguien dispuesto a llevarse palos a cambio de seguir siendo lo que ella siempre so?¨® de s¨ª misma
Despu¨¦s pidi¨® perd¨®n por eso y call¨®. La pol¨¦mica pol¨ªtica la eludi¨® de nuevo hasta ahora. Cantar el himno nacional fue un golpe de efecto que, aunque a muchos haya disgustado, ha funcionado. Hac¨ªa mucho que no se hablaba de Marta S¨¢nchez musicalmente (aunque no ha dejado de hacer giras, aparecer en programas televisivos y sacar discos). De repente, volv¨ªa a ser el tema de conversaci¨®n, como si fuese de nuevo 1991. Y, en su pretensi¨®n de inspirarse en las estrellas del pop internacionales, cantar el himno de su pa¨ªs no era nada tan fuera de lugar. El himno de los Estados Unidos, por ejemplo, lo han cantado Diana Ross, Natalie Cole, Jewel, Cher, las Dixie Chicks (ellas, cuyas cr¨ªticas a Bush casi terminan con su carrera), Beyonc¨¦, Christina Aguilera, Lady Gaga o Pink. (Una curiosidad: Madonna, la gigantesca y eterna sombra sobre S¨¢nchez, jam¨¢s lo cant¨®).
Pero, claro, el himno estadounidense,?Star-Spangled Banner, es habitual en celebraciones deportivas y eventos de todo tipo y tiene m¨¢s de folclore que de pol¨ªtica. Lo que le ocurre al himno espa?ol en pleno 2018 tiene otras connotaciones. Y eso deja dos posibilidades: que Marta no fuese consciente de ello o de que lo fuera y, a¨²n as¨ª, decidiese dar un doble salto mortal y alienar, probablemente, a la mitad de sus fans al meterse en ese asunto en el que ella cree.
Esta segunda opci¨®n, la m¨¢s probable, convierte a Marta tal vez en una imprudente y, si queremos, en una escritora regular (la letra es francamente mejorable), pero desde luego en alguien dispuesto a llevarse palos a cambio de seguir siendo lo que ella siempre so?¨® de s¨ª misma. Para tratarse de una artista pop llena de artificio, este giro le ha salido de lo m¨¢s aut¨¦ntico.?
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