Bestiario mar¨ªtimo
Julio Verne logra trasmitir su capacidad de asombro sumergi¨¦ndonos en las profundidades marinas, y lo consigue a bordo de un submarino bautizado como 'Nautilus'
En las profundidades marinas se hace veros¨ªmil la fantas¨ªa. Tal vez por ello, Julio Verne ide¨® una ficci¨®n donde poder mostrar la realidad que habita el fondo de los mares. De esta manera, en 20.000 leguas de viaje submarino se dan cita sirenas, unicornios marinos, calamares gigantes y un buen n¨²mero de seres propios de un bestiario m¨¢gico que el novelista pondr¨¢ al descubierto.
Cuando aparece el animal marino que va a alimentar el mito de las sirenas, la fascinaci¨®n que provoca se transmite en las palabras de uno de los personajes: ¡°No tiene la cola bifurcada como las ballenas o los cachalotes y sus aletas parecen miembros truncados ?V¨¦anlo ahora sobre el dorso, mostrando sus mamas al aire!¡± A continuaci¨®n, se aclara el encuentro cuando otro de los personajes, el Profesor Pierre Aronnax, nos desvela que se trata de un dugongo o vaca marina. ¡°Orden de los sirenios, grupo de los pisciformes, subclase de los monodelfos, clase de los mam¨ªferos, rama de los vertebrados¡±, corre a clasificarlo con acierto su criado Conseil.
En '20.000 leguas de viaje submarino' se dan cita sirenas, unicornios marinos, calamares gigantes y un buen n¨²mero de seres propios de un bestiario m¨¢gico que el novelista pondr¨¢ al descubierto
Esto es solo un ejemplo de las numerosas bestias que habitan la novela. Otro ejemplo es el del calamar gigante y para ello Verne se inspir¨® en la historia real del comandante Bouguer, ocurrida en 1861, al nordeste de Tenerife, cuando a bordo del Alecton vio a un monstruo gelatinoso cuyos tent¨¢culos se agitaban en el agua como nido de serpientes. Entonces, el comandante dio orden de que fuera atacado a golpes de arp¨®n y a balazos. Pero ni con esas. Porque ni arpones ni balazos de fusil pudieron acabar con la bestia. Tan solo atravesaban sus carnes blandas. Tras numerosos intentos, la tripulaci¨®n logr¨® atraparlo con un nudo corredizo alrededor del cuerpo. Pero el nudo resbal¨® y cuando se trato de izar al monstruo y subirlo a bordo, el monstruo se parti¨® en dos, desapareciendo una de las partes, la m¨¢s grande, en el fondo marino. Bien podr¨ªa haberse tratado de un diablo rojo, tambi¨¦n conocido como calamar Humboldt, animales que sienten placer al atacar y cuyo tronco se asemeja a la mitad trasera de un submarino.
El escritor franc¨¦s nos hace part¨ªcipes del proceso creativo que envuelve todo m¨¦todo cient¨ªfico
Con estas cosas, el escritor franc¨¦s nos har¨¢ part¨ªcipes del proceso creativo que envuelve todo m¨¦todo cient¨ªfico. A trav¨¦s de la voz ficticia del profesor Pierre Aronnax y de su criado Conseil, el escritor consigue derrumbar el mito en nombre de la ciencia. Llegados aqu¨ª, no est¨¢ de m¨¢s recordar que cuando el arte y la ciencia se unen, provocan una sensaci¨®n de intimidad con el infinito que los antiguos fil¨®sofos griegos denominaron ¡°asombro¡± y que antecede al deseo de conocimiento a la vez que lo hace posible.
Julio Verne logra trasmitir su capacidad de asombro sumergi¨¦ndonos en las profundidades marinas, y lo consigue a bordo de un submarino bautizado como Nautilus; una de las mayores obras de ingenier¨ªa imaginativa que ha dado la historia de la literatura de anticipaci¨®n. Propulsado por corriente el¨¦ctrica, originada por bater¨ªas de sodio y mercurio, el Nautilus nos conducir¨¢ a trav¨¦s de todo lo que subyace en las infinitas aguas de nuestra imaginaci¨®n. Pero lo que m¨¢s nos llama la atenci¨®n es la capacidad prof¨¦tica de Julio Verne, pues a?os antes de que Isaac Peral idease su submarino el¨¦ctrico, Verne puso el suyo a funcionar a trav¨¦s de las p¨¢ginas de su novela. Igual sucede con la fotograf¨ªa submarina. Cuando el capit¨¢n Nemo invita al profesor Aronnax a llevarse un recuerdo fotogr¨¢fico de la regi¨®n submarina, faltaban muchos a?os todav¨ªa para que tal asunto se hiciese realidad.
Lo que m¨¢s nos llama la atenci¨®n es la capacidad prof¨¦tica de Julio Verne
La novela de Julio Verne se public¨® en 1871 y fue en el a?o 1899 cuando Louis Boutan, con ayuda de su hermano y de un objetivo luminoso, fotografi¨® el fondo de los mares. Era como si la realidad, una vez m¨¢s, imitase a la ficci¨®n, pues los hermanos Boutan lo llevaron a cabo de manera parecida a lo descrito por Verne, cuando el Nautilus consigui¨® iluminar el fondo marino con una claridad perfecta. ¡°No hubiese sido el sol m¨¢s favorable a una operaci¨®n de esta naturaleza¡± escribe Verne, d¨¢ndole voz al profesor Pierre Aronnax.
En definitiva, con las novelas de Julio Verne se cumple el enunciado que se?ala que la ciencia es la forma que adquiere la literatura cuando trata de proyectar lo que a¨²n no est¨¢ escrito.
El hacha de piedra es una secci¨®n donde Montero Glez, con voluntad de prosa, ejerce su asedio particular a la realidad cient¨ªfica para manifestar que ciencia y arte son formas complementarias de conocimiento.
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