¡®La Reina de la noche¡¯ tuvo la culpa

Ahora pone de largo la ¨®pera, Orph¨¦e et Eurydice, con la revisi¨®n que Gluck le dio en 1774 para llevarla hasta Par¨ªs, en franc¨¦s. Se estren¨® el 2 de agosto de aquel a?o y ahora, este 1 de junio, lo hace en el Teatro Victoria Eugenia de San Sebasti¨¢n. Eguilior es directora de escena de ¨®pera. "Una de las siete u ocho que hay en Espa?a", apunta. El viaje empez¨® en 2007.

Durante su ¨²ltimo a?o en la escuela de Arte Dram¨¢tico de Bilbao ¡ªEguilior naci¨® en Sevilla pero jam¨¢s vivi¨® all¨ª¡ª, su profesora de canto puls¨® un d¨ªa el play para mostrarles un v¨ªdeo, el del aria La reina de la noche, de La flauta m¨¢gica de Mozart. En un escenario imponente y azulado, Diana Damrau llenaba todo el espacio sonoro del Royal Opera House de Londres. A Eguilior se le desencaj¨® la mand¨ªbula: ¡°Vi aquella puesta en escena y me enamor¨¦, literalmente. Durante muchas noches me puse aquel v¨ªdeo y supe que aquello era lo que quer¨ªa hacer¡±.

No hay estudios reglados para Direcci¨®n esc¨¦nica de ¨®pera ni en Espa?a ni en Europa, as¨ª que se busc¨® las ma?as. Pidi¨® una beca que ofrec¨ªa la Diputaci¨®n de Vizcaya y en 2008 se march¨® a Buenos Aires, al Instituto Superior de Arte del Teatro Col¨®n, la capital oper¨ªstica de Latinoam¨¦rica, cuya Fundaci¨®n tambi¨¦n la bec¨®. All¨ª comenz¨® lo que ella llama su ¡°cruzada¡±.

Pero, en realidad, esa expedici¨®n comenz¨® muchos a?os antes, cuando se enredaba en mil trapos mientras su abuela le ense?aba los versos del Tenorio para que los recitase. Dibujaba, cantaba, tocaba la guitarra, hac¨ªa manualidades, declamaba. ¡°Tambi¨¦n pasaba una mosca y yo me entreten¨ªa. La verdad es que estaba claro que hab¨ªa una parte sensible muy desarrollada y enfocada al arte¡±.

Y de aquellas telas estos montajes. En Argentina aprendi¨® Direcci¨®n de escena, Escenograf¨ªa, Vestuario, Lenguaje musical¡­ ¡°Hay quien piensa que es igual que el teatro, pero no, no lo es. Hay que saber seguir una partitura, un coro, conocer las necesidades de los cantantes. La ¨®pera es otro mundo y hay que entenderlo con todas sus aristas¡±. Pas¨® tres a?os yendo y viniendo a Espa?a y en 2011 decidi¨® volver. Se mud¨® a Barcelona pensando que ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil empezar en una ciudad con cultura de ¨®pera. Pero no. ¡°Por lo general se entra desde la ayudant¨ªa de direcci¨®n, pero el 98% de los directores ya tiene sus ayudantes y no hubo manera. Pas¨® m¨¢s de un a?o hasta que encontr¨¦ algo, pero no como ayudante, sino como directora¡±.

Supo que estaban buscando alguien que dirigiese L'elisir d'amore, de Donizetti. Envi¨® el dossier y aceptaron. Estren¨® en Calella durante el verano de 2012. "Fue bastante bien, pero tambi¨¦n complicado. Yo era m¨¢s joven, ten¨ªa 26 a?os, soy mujer y adem¨¢s mido 1'57 y soy bastante menuda. Y todo esto tiene que ver. Me vi delante de un coro de 50 de personas a las que les costaba aceptarme como autoridad. Esto sigue siendo as¨ª". Al coro hab¨ªa que sumarle personal t¨¦cnico de iluminaci¨®n, vestuario, figurantes, cantantes... "Al final me hice entender, les mostr¨¦ la puesta y el enfoque y, aunque me cost¨® mucho sudor y alguna l¨¢grima, sali¨®".

Eso s¨ª, asegura que acab¨® agotada, f¨ªsica y mentalmente, de bregar contra los estereotipos machistas que se cruzan en cualquier profesi¨®n. En la suya quiz¨¢s un poco m¨¢s. Cuenta que a pesar de poner tiempo y trabajo en cualquier proyecto, al final las mujeres suelen quedar relegadas a lo que se llama "la segunda divisi¨®n". "Si conseguimos dirigir es ¨®pera infantil o pedag¨®gica, no de repertorio. Al final, el repertorio siempre se le encarga a gente de otro g¨¦nero, aunque tengan menos experiencia". En Espa?a, las directoras de escena en activo no llegan a la decena, y relativamente j¨®venes, seg¨²n Eguilior, solo hay un par. "Cuando llegas a dirigir es porque llevas a?os y a?os con un director, como ayudante, y es cuando a ¨¦l no le da tiempo a coger alg¨²n proyecto, te lo pasa. Para entonces tal vez ya tienes m¨¢s de 50 y llevas un par de d¨¦cadas o tres trabajando. A¨²n as¨ª, suelen ser obras de c¨¢mara peque?a".

A los pocos meses dirigi¨® Tosca, de Puccini, en la misma ciudad, Calella. Y despu¨¦s, otra vez la nada. Mientras preparaba las maletas para mudarse una vez m¨¢s, contact¨® con una asociaci¨®n de ¨®pera y les propuso un proyecto contempor¨¢neo, Der Kaiser Von Atlantis (El emperador de la Atl¨¢ntida), de Viktor Ullmann. "Dijeron s¨ª. Encontr¨¦ a los cantantes, al compositor, mont¨¦ el equipo y ensayamos en Barcelona y despu¨¦s montamos en el Teatro Principal de Zaragoza". Estren¨® en noviembre de 2013 y despu¨¦s se march¨® a Madrid.

Escribi¨® a directores de escena, a todos los que conoc¨ªa, y ninguno le contest¨®. "As¨ª que contact¨¦ con Jos¨¦ Martret y Alberto Puraenvidia, de La casa de la portera [aquel espacio ¨²nico de la escena off madrile?a que cre¨® una nueva forma de ver teatro y que consist¨ªa en una representaci¨®n que se mov¨ªa por las distintas estancias de aquella casa de Lavapi¨¦s y que cerr¨® en junio de 2015]. Eguilior quer¨ªa montar La voz humana, una tragedia l¨ªrica con m¨²sica de Francis Poulenc y libreto en franc¨¦s de Jean Cocteau estrenada en 1959 y basada en su obra hom¨®nima de 1930. Martret y Puraenvidia no solo aceptaron sino que la coprodujeron.

¡°La adapt¨¦ al castellano para que pudiese conectar de una forma m¨¢s directa con el p¨²blico, porque al final es lo que queremos, ?no? Conectar hoy para tener p¨²blico ma?ana¡±. Dice que hay que desestructurar la ¨®pera, ponerla cerca del p¨²blico. ¡°Eso es algo que en los teatros grandes se pierde, por eso la experiencia en La casa de la portera fue tan maravillosa. Se hizo con 30 personas m¨¢ximo como p¨²blico¡±. Y a?ade: ¡°Por cierto, con La voz humana estaremos en el Centro Bot¨ªn de Santander en septiembre¡±.

El tiempo fue pasando y el a?o pasado decidi¨® que no pod¨ªa m¨¢s. ¡°Me agotaba seguir llamando a puertas que no abr¨ªa nadie, impulsar proyectos, no conoc¨ªa a nadie, no ten¨ªa ning¨²n referente en el que apoyarme o reflejarme. Los hombres programan a hombres, y ya si eso meter¨¢n una mujer al a?o¡­ Llevaba a?os proponiendo y proponiendo. Nadie nunca me llam¨®. As¨ª que decid¨ª que estaba cansada, de verdad, mucho¡±. Y entonces la llamaron desde San Sebasti¨¢n.

¡°Alucin¨¦. Hab¨ªa participado en una entrevista para una traviata y fui finalista, pero qued¨® ah¨ª. Y casi tres a?os despu¨¦s, Ainhoa Garmendia, la mujer que capitanea la compa?¨ªa Opus Lirica, me ofreci¨® la direcci¨®n de Orph¨¦e et Eurydice¡±. La han montado en tiempo record. ¡°Estrenamos el viernes¡±, dijo hace un par de d¨ªas. El viernes es hoy, este 1 de junio.

Le ha puesto ¡°rock and roll¡±. ¡°No me he salido del protocolo, soy siempre muy fiel a la m¨²sica, pero s¨ª le he dado una relectura¡±, cuenta, emocionada, al otro lado del tel¨¦fono. ¡°Un viaje que Orfeo emprende hacia el infierno para recuperar a su esposa muerta. Hay fuego y hay pasi¨®n. Es imposible encarar eso desde lo naif, le he puesto un poco de oscuridad, algo g¨®tico. La parte real, visceral, de las historias es lo que me interesa. Y adaptarlo al presente¡±. En su Orph¨¦e et Eurydice, la muerte es el hilo conductor y la encarna una mujer. Sobre el escenario juega ella y juega el amor, los respectivos ¨¢lter ego de Orfeo y Eur¨ªdice. Una danza que se convierte en un baile de m¨¢scaras. Eso s¨ª, de cuero, de perro. La coreograf¨ªa del amor, y de la muerte, tras una capucha de sadomaso.