La primera batalla est¨¢ ganada
La C¨¢mara de Diputados argentina discute si le da o no media sanci¨®n a la legalizaci¨®n del aborto
La primera batalla est¨¢ ganada porque ahora se habla y discute p¨²blicamente, en el congreso y en la calle, sobre el aborto, y tanto las posturas a favor y en contra han tenido la posibilidad de manifestarse libremente.
La primera batalla est¨¢ ganada porque durante el ¨²ltimo d¨ªa de exposiciones en la C¨¢mara por parte de organizaciones sociales y figuras reconocidas, estuvieron presentes el actual ministro de salud y dos exministros de salud, todos a favor de la legalizaci¨®n del aborto esgrimiendo argumentos fundados en la evidencia. B¨¢sicamente, que los pa¨ªses donde el aborto es legal han conseguido reducir la mortalidad materna y han disminuido la cantidad de abortos que se practican.
La batalla est¨¢ ganada porque los mismos que hoy se oponen a la legalizaci¨®n se opon¨ªan a la educaci¨®n sexual integral en las escuelas y a la distribuci¨®n gratuita de anticonceptivos por parte del Estados. Dos herramientas fundamentales para evitar embarazos no deseados; aquellos que en la mayor¨ªa de los casos acaba en abortos. Esto demuestra que, como m¨ªnimo, aquellos que se oponen al aborto son incoherentes en sus argumentos o, peor a¨²n, hip¨®critas. Y que no est¨¢n a favor de la vida, como les gusta decir, sino en contra de la libertad de la mujer de decidir sobre sus propios cuerpos.
La batalla est¨¢ ganada porque se habl¨® de aborto en la calle, en las casas, en los medios, en las escuelas. Porque independientemente de qu¨¦ suceda en el Congreso (aunque todos los que hemos militado la causa esperamos que se apruebe) qued¨® p¨²blicamente expuesto que la postura de quienes estamos a favor de la legalizaci¨®n del aborto basamos nuestra posici¨®n en datos concretos. Y que los que nos moviliza es la b¨²squeda de soluciones concretas y efectivas a un grave problema de salud p¨²blica.
Por ello, no estamos debatiendo si el aborto est¨¢ bien o mal, aunque por momentos pareciera que muchos no lo entienden. Yo no me siento con ninguna autoridad para decir si est¨¢ bien o est¨¢ mal. Pero s¨ª puedo fundamentar mi postura de porque, desde un punto de vista sanitario y de derechos humanos, estoy convencida de que el aborto debe legalizarse.
El aborto es un serio problema de salud p¨²blica. En Argentina el 15 % de los nacimientos anuales se produce en mujeres de menos de 20 a?os. Lo que es m¨¢s grave a¨²n, viene aumentando la cantidad de embarazo en ni?as entre 10 y 14 a?os, lo que en la mayor¨ªa de los casos se debe a abusos sexuales. Lo anterior deriva en abortos inseguros, que se encuentran entre las primeras causas de mortalidad materna. En el caso de Argentina, esta tasa contin¨²a siendo considerablemente alta, alcanzando 3,7 por cada 10.000 nacidos vivos, seg¨²n datos oficiales.
La problem¨¢tica del aborto se trata adem¨¢s de una cuesti¨®n de justicia social. Hay abortos de ricas y abortos de pobres. Las consecuencias para unas y otras son muy diferentes. El acceso a la salud por tratarse de un derecho debe estar garantizado por el Estado y por ello, la realizaci¨®n del aborto de forma gratuita, legal y segura como parte de los servicios de salud sexual y reproductiva, tambi¨¦n debe estar garantizada.
Estar en contra de la legalizaci¨®n del aborto es estar a favor del aborto clandestino y de un enorme negocio que existe por detr¨¢s de la clandestinidad de esta pr¨¢ctica. Pensar que no legalizarlo terminar¨¢ con el aborto es como pretender tapar el sol con una mano. El otro argumento en contra del aborto tambi¨¦n es una falacia: al legalizar el aborto las mujeres no saldr¨¢n a abortar de forma desmedida, sino que lo que se estar¨¢ garantizando es que quien decida realizar un aborto lo haga de forma segura y no ponga en riesgo su salud, incluso su vida. El aborto existe, existi¨® y seguir¨¢ existiendo, negarlo es ser hip¨®crita. La cuesti¨®n es qu¨¦ hacer al respecto.
Frente a un problema de esta magnitud hay dos caminos: hacer o no hacer nada. Ambas son una forma de manifestarse. Pero al tratarse de una decisi¨®n pol¨ªtica, no deber¨ªan influir las creencias personales, ya que las decisiones pol¨ªticas influyen en el conjunto de la sociedad.
Se?ores y se?oras legisladores, voten lo que voten har¨¢n historia. Antes de emitir su decisi¨®n final, piensen de qu¨¦ lado de la historia quieren estar.
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