C¨®mo financiar mejoras educativas en ?frica
El continente no est¨¢ aportando suficientes fondos para lograr uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible m¨¢s ambiciosos. La autora propone nuevas estrategias
?frica atraviesa una crisis educativa. Pese a las promesas de mejorar el acceso a educaci¨®n para todos los ni?os antes de 2030, muchos gobiernos africanos no est¨¢n financiando suficientemente este ambicioso componente de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. Todav¨ªa estamos a tiempo de resolver la falta de fondos, pero solo con la adopci¨®n decidida de nuevas estrategias de inversi¨®n.
Hoy, m¨¢s o menos la mitad de los j¨®venes del mundo, entre ellos unos 400 millones de ni?as, no reciben una educaci¨®n adecuada a los trabajos del futuro. El desaf¨ªo se agudiza en ?frica: si bien el 75% de las ni?as en la regi¨®n subsahariana empieza la escuela, solo el 8% termina la secundaria. ?frica subsahariana es la ¨²nica regi¨®n donde la tasa de inscripci¨®n y graduaci¨®n de las mujeres en educaci¨®n terciaria todav¨ªa es menor a la de los hombres.
Son problemas bien conocidos (aunque no siempre encarados). Pero hay una cuesti¨®n menos comprendida: el efecto contradictorio que tendr¨¢ el crecimiento futuro de ?frica sobre la disponibilidad de fondos para educaci¨®n.
Se prev¨¦ que en 2030 casi treinta pa¨ªses africanos hayan alcanzado el nivel mediano bajo de ingresos, que el Banco Mundial define como un Producto Interior Bruto (PIB) per c¨¢pita de entre 1.026 y 4.035 d¨®lares. Conforme los pa¨ªses se acerquen a este nivel de desarrollo, se necesitar¨¢n nuevas inversiones para financiar mejoras sanitarias y educativas, y movilizar la recaudaci¨®n tributaria local ser¨¢ un elemento central de las estrategias presupuestarias.
Si bien el 75% de las ni?as en la regi¨®n subsahariana empieza la escuela, solo el 8% termina la educaci¨®n secundaria
Pero por ahora, se estima que en la mayor¨ªa de los pa¨ªses la recaudaci¨®n tributaria no ser¨¢ suficiente para cubrir los costos asociados con la mejora de resultados educativos. Existe por tanto el riesgo de que una crisis de financiaci¨®n educativa anule las esperanzas de obtener un crecimiento veloz sostenido y prosperidad duradera.
Las formas tradicionales de asistencia internacional seguir¨¢n teniendo un lugar en el desarrollo del sector educativo de ?frica. Sin embargo, por el aumento previsto del PIB, la mayor¨ªa de los pa¨ªses de ingreso mediano bajo perder¨¢n el acceso que hoy tienen a ciertas subvenciones y pr¨¦stamos con tasa de inter¨¦s baja o nula. Eso llevar¨¢ a que millones de j¨®venes africanos sufran los efectos de una paradoja del desarrollo internacional: pa¨ªses que ser¨¢n demasiado pr¨®speros para acceder a las mejores opciones de financiaci¨®n, pero demasiado pobres para satisfacer por s¨ª mismos las necesidades educativas de sus ciudadanos.
Felizmente, la Comisi¨®n Internacional para el Financiamiento de Oportunidades Educativas Globales, de la que soy integrante, ayud¨® a elaborar una soluci¨®n, llamada Facilidad Financiera Internacional para la Educaci¨®n. Esta innovadora estrategia busca ayudar a los pa¨ªses de ingreso mediano bajo a generar inversiones m¨¢s sostenibles en educaci¨®n (especialmente, en programas destinados a mujeres y ni?as).
La idea es usar 2.000 millones de d¨®lares en donaciones como garant¨ªa para ofrecer a los pa¨ªses que m¨¢s lo necesitan unos 10.000 millones en subvenciones y financiaci¨®n en condiciones favorables para invertir en educaci¨®n. Con una salvedad: los gobiernos que quieran acceder a estos fondos deben antes demostrar inter¨¦s en encarar una reforma educativa a largo plazo y capacidad para implementarla.
Cada d¨®lar invertido en educaci¨®n en pa¨ªses de ingreso mediano bajo aumenta cuatro d¨®lares los futuros ingresos de los graduados
Esta estrategia est¨¢ pensada para aumentar la eficacia de las subvenciones y ayudar a los pa¨ªses a reforzar sus econom¨ªas mediante la educaci¨®n de la fuerza laboral. Est¨¢ comprobado que cada d¨®lar invertido en educaci¨®n en pa¨ªses de ingreso mediano bajo aumenta cuatro d¨®lares los futuros ingresos de los graduados. Es decir, nuestro objetivo a largo plazo va m¨¢s all¨¢ de construir escuelas o ense?ar matem¨¢ticas: se trata de crear condiciones para un cambio socioecon¨®mico duradero.
Estrategias de financiaci¨®n similares ya se probaron con ¨¦xito en el sector sanitario. Por ejemplo, el Instrumento Financiero Internacional para la Vacunaci¨®n, creado para proveer financiaci¨®n a Gavi (la Alianza para la Vacunaci¨®n), logr¨® movilizar miles de millones de d¨®lares de financiaci¨®n nueva para ayudar a vacunar a m¨¢s de 640 millones de ni?os y salvar m¨¢s de nueve millones de vidas. Los resultados econ¨®micos tambi¨¦n fueron espectaculares: en un estudio que incluy¨® 73 pa¨ªses se hall¨® que por cada d¨®lar invertido en vacunaci¨®n se ahorraron 18 en atenci¨®n m¨¦dica. El instrumento de financiaci¨®n educativa del que hablamos puede producir un efecto similar.
Millones de j¨®venes en todo el mundo, y en particular las ni?as africanas, no consiguen destacarse porque siguen teniendo negado el acceso a educaci¨®n de calidad. Faltando apenas 12 a?os para que se cumpla el plazo de los ODS, es hora de poner la crisis educativa africana como primera prioridad de la agenda de desarrollo. Los gobernantes siempre dicen que los ni?os son nuestro futuro. Si de veras lo creen, deben dar a programas como la Facilidad Financiera Internacional para la Educaci¨®n la prioridad que merecen.
Gra?a Machel es fundadora del Gra?a Machel Trust, es integrante del Africa Progress Panel y del grupo internacional de l¨ªderes The Elders. Traducci¨®n: Esteban Flamini. Copyright: Project Syndicate, 2018.
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