Las ¨²ltimas horas de ?tzi, la momia de los Alpes
Nuevas revelaciones cient¨ªficas sobre los instrumentos que llevaba el Hombre de Hielo aclaran aspectos sobre su final
Un caso fr¨ªo es un asesinato que trata de resolverse mucho tiempo despu¨¦s de que se haya perpetrado, como ocurre desde hace 200 a?os con Jack el Destripador. Sobre ?tzi, la momia prehist¨®rica encontrada en un glaciar de los Alpes y que muri¨® de un flechazo por la espalda, podemos decir, con perd¨®n del chiste f¨¢cil, que es un caso congelado. Sin embargo, hallazgos cient¨ªficos, presentados recientemente, ofrecen una nueva perspectiva sobre las ¨²ltimas horas de aquel hombre asesinado en las cumbres alpinas hace 5.300 a?os.
Cada mil¨ªmetro del cuerpo de ?tzi ha sido analizado y este hombre, que ten¨ªa unos 45 a?os cuando muri¨® a 3.210 metros de altura, se ha convertido, desde su descubrimiento casual hace 26 a?os, en una fuente inagotable de informaci¨®n sobre el pasado remoto de Europa. El ¨²ltimo examen cient¨ªfico se ha centrado en las herramientas de piedra con las que viajaba el Hombre del Hielo, que se encuentra expuesto junto a todos sus objetos en un museo dedicado a ¨¦l en Bolzano (Italia). Permiten contemplar sus momentos finales desde una perspectiva novedosa: ?tzi era un hombre que hu¨ªa, cuyas armas y utensilios se encontraban agotados, al final de su vida ¨²til.
"Durante su ¨²ltimo viaje, ?tzi acarreaba un conjunto de herramientas l¨ªticas muy limitado", explica Ursula Wierer, directora de este nuevo proyecto de investigaci¨®n y arque¨®loga de la Soprintendenza Archeologia, Belle Arti e Paesaggio de Florencia y las provincias de Pistoia y Prato. Los resultados del trabajo, realizado por ocho investigadores de diferentes disciplinas, han sido publicados en junio por la revista PLOS ONE. Cuando fue asesinado, llevaba una daga con el filo muy gastado, s¨®lo dos puntas para 14 flechas, que no hab¨ªa podido acabar de montar, un raspador, tres herramientas de piedra chert (similar al s¨ªlex) y una especie de destornillador, que desconcert¨® en principio a los expertos y que result¨® ser un afilador. Acarreaba, adem¨¢s, un hacha de cobre y un arco tambi¨¦n sin terminar.
"La mayor¨ªa de los instrumentos ya hab¨ªan sido afilados varias veces y, por lo tanto, eran ya peque?os de tama?o, pero aun as¨ª segu¨ªan funcionando para cortar, raspar o perforar", prosigue Wierer. "Dos piezas fueron afiladas recientemente. Tal vez el Hombre de Hielo quiso llevar a cabo un trabajo que no tuvo la oportunidad de terminar. Las dos puntas de flecha que ten¨ªa en su carcaj estaban da?adas, y ni siquiera ten¨ªa ninguna materia prima de chert para terminar las otras 12 flechas. Da la impresi¨®n de que no tuvo acceso a ning¨²n tipo de s¨ªlex durante bastante tiempo, ni siquiera durante los ¨²ltimos dos d¨ªas cuando descendi¨® a las altitudes m¨¢s bajas, donde podr¨ªa haberlo buscado en los asentamientos". La forma en que tall¨® las piedras ha permitido, adem¨¢s, descubrir que el Hombre del Hielo era diestro, un dato hasta ahora desconocido.
Estos ¨²ltimos hallazgos confirman las l¨ªneas de investigaci¨®n anteriores, b¨¢sicamente que ?tzi ¨Csu apodo proviene de que fue descubierto en el macizo de ?tztal¨C era un tipo que estaba metido en un tremendo l¨ªo. El an¨¢lisis del polen que llevaba en su est¨®mago permiti¨® hace unos a?os identificar no s¨®lo lo que comi¨® en sus ¨²ltimas 33 horas sino los entornos naturales en los que se aliment¨® y el orden en el que hizo. Este trabajo permiti¨® saber que se movi¨® mucho: primero estuvo a 2.500 metros de altura, luego descendi¨® a una zona m¨¢s c¨¢lida, a menos de 1.200 metros, y luego volvi¨® a ascender a una zona con nieves perpetuas, por encima de los 3.000 metros donde alguien le dispar¨® una flecha por la espalda. Entre medias, cuando se encontraba en el valle, tuvo un enfrentamiento que le provoc¨® heridas en la mano derecha. ?Trat¨® de buscar repuestos en su comunidad y tuvo que huir? ?Por qu¨¦ en tan poco tiempo subi¨® y baj¨® dos veces una monta?a?
"Desgraciadamente nunca lo sabremos", se?ala Ursula Wierer. "Con este nuevo estudio hemos podido confirmar, gracias a sus herramientas l¨ªticas, que se encontraba en una situaci¨®n cr¨ªtica cuando parti¨® hacia su ¨²ltimo ascenso alpino porque su equipo era muy deficiente. Pero las razones de su partida, los motivos por los que sufri¨® dos agresiones en los ¨²ltimos dos d¨ªas de su vida, las circunstancias de estos eventos y las personas implicadas en su muerte son un misterio".
El extra?o mundo del comercio prehist¨®rico
Uno de las sorpresas que revel¨® el anterior estudio de las herramientas de ?tzi, realizado por la grupo de investigaci¨®n arqueometal¨²rgico de la Universidad de Padua, fue que su hacha de cobre proced¨ªa de Toscana, lo que sac¨® a la luz una misteriosa y muy interesante red de intercambios comerciales en el final de la prehistoria europea. Pese a que los desplazamientos no deb¨ªan ser precisamente sencillos, los bienes y las personas se mov¨ªan mucho hace 5.000 a?os, algo que ha confirmado el nuevo an¨¢lisis de las herramientas l¨ªticas.
"La existencia de comercio durante la edad del Cobre ya es conocida. El cobre, el nuevo metal, era por ejemplo objeto de intercambios, pero tambi¨¦n se exportaba chert del norte de Italia, a menudo en forma de dagas que se encuentran en el sur de Alemania y Suiza", explica la investigadora Ursula Wierer. "Los nuevos resultados sobre las ¨¢reas de procedencia de los cherts usados para construir las herramientas de ?tzi muestran que las rutas de circulaci¨®n de este material de buena calidad eran muy diversas. El material podr¨ªa haberse exportado desde los afloramientos en forma de bloques de materia prima o en forma de productos semiacabados, tal vez transportados por personas especializadas, que tambi¨¦n funcionaban bajo demanda".
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