Palomo Spain: ¡°Si alguien se siente raro, que se venga con nosotros y se sentir¨¢ normal¡±
El cordob¨¦s de 26 a?os present¨® anoche en el Museo de Ciencias Naturales una colecci¨®n m¨¢s sobria que de costumbre, pero igual de espectacular, y con la mayor capacidad de convocatoria de la ciudad
Anoche, el Museo Nacional de Ciencias Naturales en Madrid no solo revalid¨® su t¨ªtulo de Wunderkammer espa?ol por antonomasia gracias al nombre con el que el dise?ador hab¨ªa bautizado su desfile, o con las osamentas suspendidas del techo y los ejemplares de taxidermia de las vitrinas que jalonaban el camino de los modelos, sino sobre todo por el p¨²blico all¨ª congregado. Ni siquiera sus cr¨ªticos m¨¢s enconados niegan a Alejandro Palomo (C¨®rdoba, 1992) un par de m¨¦ritos, uno de los cuales es su habilidad para atraer la atenci¨®n de gentes diversas y llamativas. Norberto G¨®mez y Manoli Palomo (padres del modisto), Brianda Fitz-James Stuart, Jaime de los Santos, Topacio Fresh, Boris Izaguirre, Elena Benarroch, Juan Gatti, Luis Galliussi, Paco Le¨®n, Samantha Vallejo-N¨¢jera, Gorka Postigo y Nono V¨¢zquez, Clara Courel o, de nuevo, Pedro Almod¨®var (hay que destacar la proeza de haberlo tra¨ªdo, considerando que el director est¨¢ en capilla del inicio del rodaje de Dolor y gloria) tomaban asiento mientras sonaba una m¨²sica de sitar que anunciaba todo tipo de fantas¨ªas orientalizantes. ?No es esta la idea m¨¢s parecida a un gabinete de curiosidades a la que podemos acceder en la Espa?a de 2018? ¡°Creo que s¨ª tengo parte de m¨¦rito en la convocatoria¡±, me admit¨ªa Alejandro G¨®mez Palomo observando la llegada de los invitados tras la cortina del backstage. ¡°Se debe a mi facilidad para relacionarme con todo tipo de gente. Esta mezcla que ves no es m¨¢s que personas que conozco y me conocen a m¨ª, y con las que tengo cosas en com¨²n. Me puedo relacionar por igual con el m¨¢s conservador o con el underground, con la aristocracia o con los pobres. Son todos amigos y punto¡±.
Pero habl¨¢bamos de dos m¨¦ritos indiscutibles de Palomo, y el otro es el sentido del espect¨¢culo, algo que desde luego agradecemos quienes consideramos que un poco de puesta en escena, de imaginaci¨®n y de generosidad escenogr¨¢fica nunca est¨¢n de m¨¢s. As¨ª, durante el desfile pudimos apreciar, juntas o por separado, referencias a las reinterpretaciones saharianas de Yves Saint Laurent, las ilustraciones del Mahabh¨¢rata, las odaliscas de Ingres, los habitantes del monte Olimpo, la jet-set setentera, la moda masculina del siglo XVIII (donde una t¨ªpica casaca de la ¨¦poca puede sin embargo aparecer ribeteada de botones de color caramelo), los pierrots y arlequines picassianos, los folletines de Louis Feuillade y quiz¨¢ el Judex de Georges Franju. Edward Said, autor del c¨¦lebre ensayo Orientalismo, tendr¨ªa para todo un nuevo cap¨ªtulo de su libro con lo visto aqu¨ª. Los tejidos ricos y las yuxtaposiciones sorprendentes ¨Cun penacho de plumas plantado en un salacot o un bolso-huevo forrado de piel de reptil te?ida ilustran bien esta idea- funcionan como constante. Lo que por otro lado llama a cuestionarse la coherencia del conjunto. ¡°Me inspiro desde los a?os 20 hasta el siglo XVII, luego vuelvo al isabelino o victoriano del XIX o los a?os 80¡¡±, defin¨ªa ¨¦l. ¡°Todo viene de una batidora de im¨¢genes que tengo en la cabeza, y el modo en que lo plasmo no tiene por qu¨¦ resultar demasiado entendible. Pero al final es Palomo, algo que la gente ve y lo identifica. Eso es lo mejor que hemos conseguido en estos a?os, una imagen muy potente gracias a la cual todo el mundo sabe lo que somos y qu¨¦ hacemos¡±. Al poco de iniciado el desfile, las luces del recinto se apagaron ¨Ccabe pensar que debido a un fallo t¨¦cnico- y el propio p¨²blico ilumin¨® el paso de los modelos con las linternas de sus m¨®viles, en lo que supuso un momento de rara emotividad que dur¨® un par de minutos y que a¨²n sirvi¨® para aumentar unos cuantos kilovatios de la potencia el¨¦ctrica ambiental.
Curiosamente, toda esta apoteosis de la diversidad ten¨ªa lugar cuando a¨²n se libraban las batallas contra las ¨²ltimas resacas por las celebraciones del Orgullo Gay madrile?o. Sin embargo, Palomo me aseguraba que ¨¦l jam¨¢s hab¨ªa asistido a estos desfiles, ni en Madrid ni en Londres. Lo que no quiere decir que ¨¦l carezca de voluntad reivindicativa: ¡°Otros a?os hemos tra¨ªdo 'ni?os' [modelos, se entiende] de Rusia, que al terminar el desfile me han abrazado, y al d¨ªa siguiente pon¨ªan un post en Instagram diciendo que hab¨ªa sido el d¨ªa m¨¢s feliz de su vida, porque se hab¨ªan sentido libres para ser quien son. Esto me parece m¨¢s bonito que eso de que los maricas estamos todo el d¨ªa en tanga y sudados y petados¡±. ?Considera entonces que esto tambi¨¦n es una forma de activismo? ¡°Yo hago un activismo diferente. Nunca he hablado de revoluci¨®n sexual ni de genderless, y sin embargo todo eso se ha hablado de m¨ª. Me han dado premios por mi aportaci¨®n al tema LGTB, lo que he hace muy feliz, pero al ver premiados anteriores me he encontrado gente con un historial de sufrimiento y lucha, y yo he sido lo contrario. He crecido vi¨¦ndolo totalmente normal todo. Para mis padres no hab¨ªa ning¨²n problema en que yo tuviera una novia o un novio. Para m¨ª eso es lo bonito. Si alguien no te acepta, el problema es de ¨¦l, no tuyo. Y si alguien se siente raro, que se venga con nosotros que se sentir¨¢ normal¡±.
Hablando de no aceptar, le pregunt¨¦ por algunas de las cr¨ªticas que ha recibido, sobre todo las que cuestionan la calidad del acabado final de sus prendas. ¡°A los que dicen que la ropa est¨¢ mal cortada les dir¨ªa que acercaran a verla, porque justo ah¨ª es donde nos sentimos m¨¢s seguros. Tenemos a la mejor gente de Espa?a trabajando para nosotros, son los talleres que le cosen a Chanel¡±. Tom¨¦ aire y me atrev¨ª a resumir otra corriente cr¨ªtica hacia su trabajo con dos palabras: travestismo historicista. ¡°?Historicista? Pero si es lo m¨¢s actual que hay. Criticar es muy f¨¢cil, pero actuar muy dif¨ªcil. Criticar algo que est¨¢ afectando a una generaci¨®n y est¨¢ ayudando y ha despertado algo¡ Como m¨ªnimo deber¨ªas respetarlo. Me parece necesario que haya cr¨ªtica, por supuesto, pero s¨ª veo que los que me critican a m¨ª son gente shady [turbia], maricas bastante acomplejados de su propia trayectoria personal. Porque no creo que haya nada malo en lo que yo hago¡±.
Hay algo conmovedor en su aparente falta de filtros. Raquel S¨¢nchez Silva, presentadora del programa Maestros de la costura del que el dise?ador fue jurado y que tiene ya abierto el casting de la nueva temporada, me dec¨ªa que ¡°inesperadamente, ¨¦l fue el m¨¢s c¨¢ndido de todos. Me sorprende ese contraste entre su f¨ªsico tan marcado y su esp¨ªritu un poco infantil, porque en el fondo es un ni?o¡±. Le pregunt¨¦ entonces a Palomo si su aparici¨®n en un programa que segu¨ªan dos millones de personas hab¨ªa supuesto un antes y un despu¨¦s en su vida personal o profesional. ¡°En realidad toda mi vida es un cambio constante. Aunque ahora m¨¢s, porque te expones a un p¨²blico mucho m¨¢s mainstream y la cosa cambia por completo. En general positivamente, aunque a veces pueda ser un poco m¨¢s co?azo por el hecho de entrar en la casa de todas esas personas para m¨ª son desconocidos. Hay una confianza extra?a por su parte, y eso a veces es un choque, pero en general ha sido todo bastante bonito. Por ejemplo me llegan ni?os de ocho a?os que ya cosen y hacen sus cosas, y no son el t¨ªpico ni?o marica sino ni?os normales y corrientes, con curiosidad. Y eso me parece una aportaci¨®n cuando menos interesante¡±.
No son pocos los que sugieren que los planes de Palomo deber¨ªan pasar en este punto por ponerse al frente de alguna maison internacional de alta costura, pero ¨¦l parece m¨¢s preocupado en afianzar la marca que ha construido con bastante esfuerzo y tambi¨¦n algo de inconsciencia. ¡°Estamos formando un equipo. En la empresa hab¨ªamos construido un ¨¢rbol precioso, pero con una ra¨ªz superd¨¦bil. ?ramos un grupo de amigos que hab¨ªamos hecho esto sin saber demasiado de c¨®mo funciona la industria. Ahora tenemos nuevo director general, una nueva directora de comunicaci¨®n, gente nueva en el equipo, un sistema de producci¨®n capaz de atender los pedidos¡ La temporada pasada llegamos tarde a las tiendas y hubo cancelaciones, y ese es un problema que cualquier dise?ador ha tenido, pero que hasta que no te pasa a ti no te das cuenta. Es un mundo muy feroz y muy dif¨ªcil. Y yo quiero moverme c¨®modo y caminar con pasos muy firmes, sin perder el tiempo en chorraditas. Estamos orgullosos de jugar en la liga en que jugamos¡±.
Al t¨¦rmino del desfile, en la bara¨²nda del backstage, entre modelos desprendi¨¦ndose de las pieles de seda salvaje para volver a sus camisetas y vaqueros, hab¨ªa ambiente triunfalista (¡°?Ha sido el mejor, el mejor!¡±, clamaba alguien) y el propio Alejandro no ocultaba su satisfacci¨®n. ¡°?Ha estado bien, verdad? M¨¢s comedido que los anteriores¡±.
?Entonces, siente Palomo que ya ha llegado a alg¨²n sitio, sea el que sea? ¡°Esto no es nada todav¨ªa, porque el recorrido en la moda es largu¨ªsimo. Tenemos vida para seguir creciendo y madurando¡±.
El otro glamour: Pedro del Hierro volvi¨® a los a?os setenta en la MBFWM
Ayer desfil¨®, con menos ambig¨¹edad de g¨¦nero pero igual vocaci¨®n de glamour, Pedro del Hierro. La firma espa?ola present¨® su colecci¨®n del pr¨®ximo invierno dentro del calendario oficial de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid en una pasarela mixta con una clara inspiraci¨®n: los setenta, o m¨¢s bien la visi¨®n de los setenta que hubo en los noventa. El hombre Pedro del Hierro lleva flequillo, gafas de aviador, un traje burdeos con camisa abierta sobre un cuello vuelto, esmoquin con chaqueta de terciopelo en azul vivo o un traje blanco con abrigo beis. La colecci¨®n se llamaba Puro Arte y el dise?ador de la ropa de hombre de la casa, Alex Miralles, firm¨® una clara declaraci¨®n de intenciones con mucho de Tom Ford y su sexual idea del lujo, bien arraigada en la d¨¦cada disco (a su vez, d¨¦cada en la que Pedro del Hierro, el fundador de la casa, desfil¨® por primera vez). Pero no solo eso. Para quienes los pantalones acampanados y las chaquetas entalladas de ante fueran demasiado audaces, tambi¨¦n hab¨ªa jers¨¦is de punto gordo, abrigos jaspeados de corte recto y una variedad de pantalones entallados o de pinzas, pulcros y con lo justo de intenci¨®n. Miralles se atrevi¨® incluso a relajar el sacrosanto c¨®digo formal: un pantal¨®n de esmoquin negro, combinado con un twin-set azul marino, es, desde ya, la manera m¨¢s c¨®moda de asistir a un evento black tie jam¨¢s inventada. Recuerden que el twin-set es la combinaci¨®n de jersey de punto y rebeca a juego que las mujeres llevan un siglo utilizando cuando quieren ir c¨®modas, correctas e invisibles. Tambi¨¦n el culmen del estilo femenino conservador. Y tiene una lectura felizmente subversiva cuando se lo pone un hombre, claro. En el c¨®ctel de despu¨¦s del desfile, Ana Boyer o Boris Izaguirre brindaban por ello enfundados en looks de blanco de Pedro del Hierro, dejando claro que a veces el mensaje, m¨¢s que las excentricidades sobre la pasarela, es recompensar a quienes hacen el esfuerzo de vestir para la ocasi¨®n.
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