Este barcelon¨¦s tiene 28 a?os y acaba de ganar un premio LVMH, 10.000 euros y un a?o en Givenchy
"No pensaba fundar mi marca. No quer¨ªa hipotecarme por perseguir un sue?o abocado al fracaso", confiesa el dise?ador catal¨¢n Archie Alled
Manel Archie Alled-Mart¨ªnez (Barcelona, 1990) piensa r¨¢pido, habla r¨¢pido y regala titulares: ¡°He sido mimado y sobreprotegido, pero no me averg¨¹enzo¡±. ¡°Empec¨¦ en esto como consumidor: de los 14 a los 17 solo llev¨¦ vaqueros de Dior Homme¡±. ¡°Hablamos de los dosmiles. Era la ¨¦poca de Paris Hilton, The simple life... Imag¨ªnate, iba con el bolso de Balenciaga al colegio. ?La normalidad de la sociedad barcelonesa y su norma de no ostentar solo me provocaron una megaloman¨ªa tremenda!¡±. R¨ªe. Alled se vende bien como un ca¨®tico diletante, pero el desfile con el que se gradu¨® en el m¨¢ster de moda de la prestigiosa escuela londinense Central St Martins, y por el que el grupo LVMH le ha dado uno de sus tres premios anuales para j¨®venes licenciados, fue un prodigio t¨¦cnico. Su colecci¨®n estaba hecha con tejidos que ¨¦l mismo desarrolla, y la silueta alargada y sexi estaba inspiraba en Jacques de Bascher, el guapo y oscuro arist¨®crata que enamor¨® a Yves Saint Laurent, puso de los nervios a su pareja, Pierre Berg¨¦, y muri¨® de sida en 1989 sin haber dejado de ser el mantenido de Karl Lagerfeld.
¡°A m¨ª, Saint Laurent y Lagerfeld me dan igual. Lo que me interesa es c¨®mo De Bascher crea su personaje y alimenta su propio mito sin dejar de ser m¨¢s que un bon vivant¡±, afirma el barcelon¨¦s, que lo descubri¨® en The beautiful fall, el libro de Alicia Drake que retrata el decadente glamur del Par¨ªs de hace medio siglo. Fue culpa de Fabio Piras, el director del m¨¢ster. ¡°Cuando empec¨¦, ten¨ªa el conocimiento t¨¦cnico pero me faltaba un estilo, una imagen. Las primeras semanas tienes que hacer un research sobre qui¨¦n eres, y yo pens¨¦: ¡®A ver: Salvador Dal¨ª, el Mediterr¨¢neo, la playa, Ibiza, Cadaqu¨¦s. ?Uf!¡±, exclama, con un gesto de pereza. ¡°Le cont¨¦ a Fabio que no sab¨ªa qu¨¦ hacer y me recomend¨® el libro. Me dijo que me gustar¨ªa, que era un follet¨ªn lleno de dandis decadentes. ?No sab¨ªa cu¨¢nto me retrataba!¡±. El dandismo suele brillar en tiempos de crisis. ?Se identifica con esa idea de bailar en la cubierta del Titanic? ¡°Piensa que el segundo d¨ªa de clase Trump sali¨® elegido. Todo coincid¨ªa. Incluso cuando nada pod¨ªa ir peor, incluso cuando le diagnostican el sida, Jacques de Bascher decide seguir con su pantomima de fantas¨ªa¡±.
El trabajo de Alled es una reacci¨®n al imperio de las zapatillas, la sudadera con logo y dem¨¢s simplezas que se suelen asociar a su generaci¨®n. ¡°Yo veo estructuras de punto en mi cabeza. Como en Matrix, me sale natural. Lo m¨¢s importante es la t¨¦cnica. Mi referente es Azzedine Ala?a, que hac¨ªa vestidos incre¨ªbles, pero de punto. Yo defiendo una prenda sofisticada, un Ala?a para hombre. Un poco Saint Laurent, un poco Walter Albini y algo sleazy, tipo Montana¡±, a?ade, aludiendo a tres dise?adores de los a?os setenta y principios de los ochenta cuyos respectivos estilos personales ¨Celegantes, ambiguos, incluso sexuales¨C resumen la ¨¦poca. Con todo, su colecci¨®n no es nost¨¢lgica. ¡°Hay que aportar algo. Yo nunca hab¨ªa visto sastrer¨ªa tejida. Esa es mi novedad¡±. La b¨²squeda del lujo y del valor en una prenda es algo que tiene en com¨²n con su coet¨¢neo Palomo Spain, le digo. ¡°Puede, pero yo estoy empe?ado en que ese mensaje sea m¨¢s comercial. Quiero que la gente desee las prendas y quiera pon¨¦rselas¡±, responde, aludiendo a la arriesgada propuesta del andaluz.
Alled se acaba de instalar en Par¨ªs. El premio LVMH le ha supuesto ganar 10.000 euros y una estancia de un a?o en Givenchy junto a su directora creativa, la brit¨¢nica Clare Waight Keller. ¡°Entro partiendo de que no s¨¦ nada. Clare me ha dicho que quiere ser mi mentora y que aprenda de tiempos, proveedores y dem¨¢s¡±. Planea retomar su colecci¨®n al terminar la beca. Una pausa merecida, especialmente despu¨¦s de un a?o, el del m¨¢ster, en el que la ¡°vida monacal¡± le ha hecho engordar 15 kilos. ¡°Ha valido la pena, pero creo que tengo que ir al psic¨®logo a hablar sobre ello y sobre todo lo que me ha pasado ¨²ltimamente¡±, admite. ¡°Yo pensaba que me fichar¨ªan en una empresa, no fundar mi marca. No quer¨ªa hipotecarme por perseguir un sue?o abocado al fracaso. Pero cuando ves que la gente te hace pedidos y hay tiendas interesadas¡ Cuando percibes una respuesta as¨ª, ese remoto plan B pensado para no hacerte ilusiones igual se convierte en el plan A¡±.
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