El talento de origen africano conquista el Mundial
M¨¢s de la mitad de la selecci¨®n francesa de f¨²tbol hunde sus ra¨ªces en el continente
En el restaurante Les Ambassades de Dakar, la capital de Senegal, estalla una algarada de j¨²bilo. El jugador franc¨¦s Pogba acaba de marcar el tercer gol contra Croacia en la final del Mundial de Rusia. El partido est¨¢ encarrilado, pero el cuarto tanto, obra de Mbapp¨¦, deja sellada la proeza. Al final del encuentro, muchos senegaleses lo celebran como si fuera un equipo africano el que se anot¨® la victoria. Y el caso es que pr¨¢cticamente lo era: 14 de los 23 jugadores de la selecci¨®n tienen su origen familiar en este continente, casi todos hijos de emigrantes llegados a Francia. Tambi¨¦n en B¨¦lgica e Inglaterra, equipos que alcanzaron las semifinales, el peso de la emigraci¨®n era m¨¢s que patente.
Esta no es una historia de la Europa que viene o del futuro; es la historia de la Europa que ya est¨¢ aqu¨ª, de manera notable en los pa¨ªses citados. Es una historia que tiene que ver con la construcci¨®n, a veces a trancas y barrancas y teniendo que superar m¨²ltiples problemas, de una sociedad a partir de personas de muy diversa procedencia. El origen africano de los 14 jugadores de la selecci¨®n francesa en este Mundial es una muestra de dicha variedad: Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo (Mandanda, Nzonzi, Matuidi, Kimpembe), Marruecos (Rami), Senegal (Mendy), Mal¨ª (Kant¨¦, Sidib¨¦ y Dembel¨¦), Guinea (Pogba), Camer¨²n (Umtiti), Togo (Tolisso), Argelia (Fekir) y Camer¨²n/Argelia (Mbapp¨¦).
Los reyes y presidentes que el 15 de noviembre de 1884 se sentaron a una mesa en Berl¨ªn para repartirse ?frica como si fuera un pastel nunca hubieran imaginado, m¨¢s de un siglo despu¨¦s, el alcance inesperado de aquel desprop¨®sito. No se descarta que al monarca belga Leopoldo II, que se qued¨® el Congo como una propiedad personal y dirigi¨® un genocidio brutal contra las poblaciones aut¨®ctonas, le diera un patat¨²s que lo devolver¨ªa a la tumba si hoy pudiera ver el colorido de su equipo nacional. No es s¨®lo B¨¦lgica. Francia e Inglaterra, los pa¨ªses que m¨¢s territorio colonizaron, tambi¨¦n son hoy m¨¢s mestizas, m¨¢s diversas, m¨¢s ricas.
Son decenas los jugadores africanos que han triunfado en el f¨²tbol europeo, desde el m¨ªtico Eusebio nacido en la actual Mozambique (entonces Portugal) hasta los m¨¢s recientes George Weah (Liberia), Samuel Eto¡¯o (Camer¨²n), Didier Drogba y Yahya Tour¨¦ (Costa de Marfil), Kanout¨¦ y Seydou Keita (Mal¨ª), Adebayor (Togo), Essien o los presentes en este Mundial de Rusia Sadio Man¨¦ (Senegal) y Mohamed Salah (Egipto). Sin embargo, en la actualidad asistimos a la explosi¨®n de jugadores nacidos ya en Europa, sobre todo en pa¨ªses como Francia y B¨¦lgica, de padres africanos.
Todos estos futbolistas, como Pogba o Mbapp¨¦ que este domingo marcaron la diferencia en la final de Mosc¨², son aut¨¦nticos ¨ªdolos, referentes para cientos de miles de j¨®venes africanos que sue?an con jugar en Europa. La ruta de la emigraci¨®n est¨¢ salpicada, all¨ª donde mires, de este mismo anhelo. Ya sea en Senegal, Camer¨²n, Mal¨ª o N¨ªger, en una oscura habitaci¨®n de Gao en la que se re¨²nen cada noche, en la estaci¨®n de autobuses de Niamey de donde salen los coches repletos de j¨®venes hacia Agadez, en el campo de refugiados de Dar Es Salaam junto al Lago Chad, en la hamada argelina donde son abandonados a su suerte o en lo m¨¢s profundo de la selva del Congo. El f¨²tbol es una pasi¨®n que les empuja a intentarlo.
¡°Claro que estamos contentos, si somos nosotros los que les hemos dado la victoria a los franceses¡±, asegura el joven senegal¨¦s Cheikh Niang, con una amplia sonrisa. A falta de un equipo al que apoyar en el Mundial tras la eliminaci¨®n de Egipto, Marruecos, T¨²nez, Nigeria y la propia Senegal, todos ellos en la primera fase, las preferencias se repart¨ªan entre los equipos con jugadores de origen africano. Otros, sin embargo, hubieran preferido que ganara Croacia por aquello de ver perder a la antigua metr¨®poli, un reflejo del amor/odio que sienten muchos ciudadanos de las excolonias hacia el pa¨ªs que les someti¨® durante d¨¦cadas.
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