Lo que todo activista de redes sociales debe saber
El activismo online puede impulsar la implicaci¨®n social o permitir expresarse a grupos minoritarios, pero tambi¨¦n crear falsa impresi¨®n de acci¨®n, aumentar los estereotipos o facilitar la represi¨®n
En la Historia encontramos abundantes casos de activismo social, como el movimiento de derechos civiles en Estados Unidos y la lucha contra el cambio clim¨¢tico. Se considera que la era de las redes sociales ha contribuido al ¨¦xito de algunas movilizaciones. Pero nuestra investigaci¨®n ha revelado algunos riesgos que los activistas deben analizar si quieren lograr que su mensaje llegue a la gente.
El activismo social se refiere a una gran variedad de iniciativas que entra?an beneficios para la sociedad en general o para grupos de inter¨¦s particulares. Los activistas funcionan en grupos para dar voz, educar y movilizar en favor del cambio.
Por ejemplo, existen grupos ambientalistas, como Greenpeace, que tienen por objetivo frenar el cambio clim¨¢tico, para lo cual dirigen su labor a los Gobiernos y los grandes fabricantes que prestan una atenci¨®n insuficiente a los aspectos ambientales.
Otro ejemplo es el movimiento de lucha contra los talleres de explotaci¨®n laboral, que empez¨® en el siglo XIX con un grupo de trabajadores que organizaban boicots orientados a mejorar las condiciones de los empleados de las f¨¢bricas que ofrec¨ªan bajos salarios, condiciones de trabajo deficientes y utilizaban mano de obra infantil.
Activismo social en l¨ªnea
En nuestros d¨ªas, los disidentes utilizan cada vez con m¨¢s frecuencia el cambiante medio de Internet para expresar sus opiniones. Los activistas sociales, desde #Metoo, #TimesUp y #WeStrike hasta #NeverAgain y #BlackLivesMatter, aprovechan las ventajas que ofrece la Red para ejercer presi¨®n sobre organizaciones poderosas.
Por ejemplo, el grupo 350.org, integrado por activistas de la lucha contra el cambio clim¨¢tico, utiliza las campa?as en Internet y la movilizaci¨®n popular para oponerse al desarrollo de proyectos relacionados con el carb¨®n, el petr¨®leo y el gas. Su objetivo es lograr que la sociedad adopte fuentes de energ¨ªa limpia.
El activismo en l¨ªnea permite organizar actos que logran un alto nivel de adhesi¨®n, atenci¨®n y difusi¨®n en las redes. Por un lado, algunos investigadores indican que el anonimato que ofrece la comunicaci¨®n en l¨ªnea permite expresar sus opiniones a grupos minoritarios marginales que, si se expresaran por otros canales, podr¨ªan resultar castigados o sancionados. Las actividades en l¨ªnea refuerzan la identidad colectiva, ya que logran que se preste menor atenci¨®n a las diferencias que existen dentro del grupo (como la educaci¨®n, la clase social o el origen ¨¦tnico).
Los peligros de Internet
Sin embargo, otra investigaci¨®n recogida en el libro To Save Everything, Click Here: The Folly of Technological Solutionism? sostiene que, si bien es cierto que esta moderna forma de activismo puede lograr una mayor participaci¨®n en las actividades en l¨ªnea, tambi¨¦n podr¨ªa estar creando cierta impresi¨®n de activismo. O incluso podr¨ªa tener consecuencias negativas, como la creaci¨®n de estereotipos sociales (por ejemplo, los que se refieren a las feministas y a los defensores del medio ambiente), o facilitar la represi¨®n contra los activistas (como ocurre en los pa¨ªses con Gobiernos autoritarios).
El objetivo de nuestra investigaci¨®n era obtener datos sobre el activismo en l¨ªnea, y para ello nos centramos en casos con relevancia social. Durante el estudio reunimos datos de acciones en l¨ªnea realizadas a trav¨¦s de YouTube.
Nuestras conclusiones indican que, en su fase inicial, el activismo en l¨ªnea afecta a las ¨¦lites dirigentes, ayuda a poner en marcha acciones colectivas y favorece que se formen movimientos sociales.
Las ¨¦lites contraatacan
Pero estos resultados iniciales hacen que las ¨¦lites reaccionen y tomen medidas tales como incrementar la vigilancia monitorizando a los activistas. Por ejemplo, algunos Gobiernos establecieron filtros en la Red, bloquearon el acceso a varios sitios web y redujeron la velocidad de conexi¨®n a Internet con el fin de reducir el efecto de las acciones de los activistas. Estas medidas hicieron que los movilizados se autocensuraran y que el p¨²blico perdiera inter¨¦s por su causa, y, con el tiempo, acabaron contribuyendo al declive del fen¨®meno.
Nuestro estudio cuestiona el exagerado optimismo con el que se afirma que el activismo en l¨ªnea favorece la creaci¨®n de movimientos sociales populares; el estudio apunta que existe una relaci¨®n compleja entre los activistas y los grupos a los que se dirigen que hace que resulte muy dif¨ªcil predecir los resultados. Dado que en este fen¨®meno intervienen diferentes partes con intereses diversos, en conjunto pueden tanto favorecer como inhibir el movimiento.
El activismo en l¨ªnea afecta a las ¨¦lites dirigentes, ayuda a poner en marcha acciones colectivas y favorece que se formen movimientos sociales
Mientras que las acciones alentadoras pueden adoptar olas de apoyo (como los miles de mujeres de todo el mundo que publicaron en las redes sociales sus historias con el hashtag #MeToo y en Latinoam¨¦rica #Cu¨¦ntalo), las acciones inhibidoras pueden producir respuestas como el establecimiento de filtros y vigilancia que benefician a las ¨¦lites, por ejemplo en los casos en que cuando la informaci¨®n es asim¨¦trica.
Las estrategias inhibidoras no las llevan a cabo exclusivamente los Gobiernos autoritarios. Los directivos empresariales tambi¨¦n vigilan la correspondencia electr¨®nica de sus empleados, establecen estructuras y jerarqu¨ªas para controlar el acceso a la informaci¨®n de sus empresas y utilizan datos suministrados por contratas opacas para controlar a sus empleados (por ejemplo, elaborando listas negras de trabajadores a los que se considera agitadores).
Menos emotividad y m¨¢s paciencia estrat¨¦gica
La manera de lograr un objetivo por parte de los activistas no tiene por qu¨¦ ser consecuencia del pensamiento cr¨ªtico, el aprendizaje permanente u otros mantas del compromiso c¨ªvico.
El periodista Nicholas Kristof ha explicado que el movimiento de lucha contra los talleres de explotaci¨®n laboral ¡°podr¨ªa perjudicar a los trabajadores empobrecidos a los que pretende ayudar¡±, ya que produce despidos colectivos.
Del mismo modo, la idea que queremos transmitir es que el activismo en l¨ªnea podr¨ªa provocar consecuencias permanentes no deseadas por los activistas implicados.
Un h¨¢bito com¨²n y frecuente es compartir informaci¨®n emocional a trav¨¦s de las redes sociales. Aunque se haga para captar la atenci¨®n de los seguidores y para movilizar a la mayor cantidad posible de personas, nuestro estudio sugiere que convendr¨ªa reflexionar sobre las consecuencias de ese intercambio y qu¨¦ tipo de informaci¨®n es aconsejable compartir.
En vez de diseminar mensajes con carga emotiva, los activistas tal vez deber¨ªan invertir m¨¢s tiempo y energ¨ªa en crear y compartir informaci¨®n que ayude a conocer las causas profundas del problema de que se trate. Los v¨ªdeos sobre activismo que hemos estudiado y que vemos con frecuencia en Internet apelan sobre todo a las emociones.
En lugar de centrarse en denunciar el problema y en la necesidad de lograr un cambio, lo eficaz ser¨ªa compartir informaci¨®n que explique por qu¨¦ y c¨®mo se ha llegado a la situaci¨®n que se denuncia y qu¨¦ lecciones se pueden extraer para el futuro.
De esa forma, el activismo en l¨ªnea podr¨¢ servir para que la gente genere nuevos conocimientos y herramientas que den respuestas y soluciones en entornos sociales cambiantes.
Sin embargo, para lograrlo es preciso cultivar la paciencia estrat¨¦gica, recurso que a menudo escasea entre los activistas, que desean lograr cambios inmediatamente.
Shahla Ghobadi es profesora de la Universidad de Manchester.
Este art¨ªculo fue publicado previamente en The Conversation.
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