Cuando los sentidos duelen
?A tu hijo le molestan demasiado los ruidos, los olores o la luz? O, por el contrario, cuando se pega ?no siente dolor? Puede que tenga dificultades de procesamiento sensorial
Vestirnos, un abrazo de buenos d¨ªas, el rayito de sol que nos despierta por la ma?ana a trav¨¦s de la ventana o salir a un restaurante o una fiesta de cumplea?os pueden ser gestos que a la mayor¨ªa, como padres, nos parecen habituales y sencillos. Sin embargo, pueden llegar a ser un aut¨¦ntico calvario para los ni?os que tienen dificultades de procesamiento sensorial, a veces llamadas Trastorno del Procesamiento Sensorial (TPS).
Integrar lo que vemos, o¨ªmos, olemos...
La integraci¨®n sensorial ¡°es un proceso neurobiol¨®gico que hace que registremos, organicemos y respondamos a los est¨ªmulos a trav¨¦s de los sentidos¡±, nos explica Ver¨®nica Alonso, terapeuta ocupacional del centro de terapia infantil Creare. Si bien todas las personas procesamos los est¨ªmulos externos de forma diferente, hay ni?os en quienes esta integraci¨®n no se desarrolla adecuadamente, lo que les produce problemas en la manera en que responden a la informaci¨®n captada a trav¨¦s de la vista, olfato, tacto, o¨ªdo y gusto, percibiendo las sensaciones de manera distorsionada. Esta alteraci¨®n afecta su vida cotidiana e impacta bastante sobre el nivel de alerta y atenci¨®n, autorregulaci¨®n, aprendizaje y su relaci¨®n con sus entornos habituales como la casa, el parque, el cole,... En definitiva, en su d¨ªa a d¨ªa.
Hipersensibles e hiposensibles
Hay ni?os que necesitan mucha m¨¢s estimulaci¨®n para elaborar una respuesta y otros que solo unas lucecillas o el olor de una colonia pueden causarles extrema molestia o, incluso, dolor. Quienes sufren estas dificultades pueden presentar una excesiva sensibilidad de sus sentidos, ser carentes de ella o navegar entre ambas. Por lo general, los ni?os hipersensibles, cuyo umbral (cantidad de est¨ªmulo para elaborar una respuesta) es muy bajo, reaccionan r¨¢pidamente y desean evitar lo que les molesta (lo que se conoce como evasi¨®n sensorial). Los hiposensibles, a diferencia de los anteriores, buscan m¨¢s estimulaci¨®n (b¨²squeda sensorial), ya que su umbral es muy alto y necesitan mayor cantidad de est¨ªmulo para reaccionar. En su caso, pueden querer presionar m¨¢s todo lo que tocan, llegando a veces a apretarlo fuertemente. Puede que tambi¨¦n tengan una tolerancia al dolor muy alta, lo que es un arma de doble filo, ya que no se dan cuenta cuando se hieren al caerse, por ejemplo, porque no les duele. De la misma manera, no entienden cuando est¨¢n lastimando a otros, sin querer durante el juego. Para comprenderlo mejor, si imaginamos lo que sentimos al tocar un horno caliente, nos acercaremos a cu¨¢l es la sensaci¨®n de un ni?o hipersensible cuando se pone una prenda de ropa o su piel toca la etiqueta. O cuando vamos a un concierto y la m¨²sica est¨¢ a un volumen elevado, puede ser m¨¢s o menos la percepci¨®n que tiene un ni?o hipersensible al sonido, cuando le hablamos normalmente. En el lado opuesto, un ni?o hiposensible, en el caso del horno caliente, correr¨ªa el riesgo de quemarse ya que, al no registrar dolor o tardar mucho en detectarlo, seguramente no retirar¨ªa la mano a tiempo.
?C¨®mo podemos detectarlo?
La terapeuta ocupacional de Creare nos gu¨ªa por algunos de los s¨ªntomas que podemos observar en caso de sospechar dificultades del procesamiento sensorial en nuestro hijo: poca conciencia del esquema corporal, torpeza motora, dificultades de atenci¨®n y en la escritura, problemas de sue?o, rechazo a ciertos alimentos debido a su textura, demasiada actividad o muy poca, problemas para aprender a montar en bici, atarse cordones o usar los cubiertos, tendencia inusual a trepar, saltar o tirarse al suelo¡±. Adem¨¢s, si notamos que a nuestro hijo le molesta exageradamente la luz o los ruidos de la calle o no se inmuta al hacerse una herida tambi¨¦n son una pista. Ver¨®nica nos advierte que los signos suelen ser enga?osos, porque podr¨ªan corresponder a otros diagn¨®sticos.
Pueden ser pistas de TDAH o TEA
Se estima que cerca de un 3% de los ni?os est¨¢ afectado por dificultades de procesamiento sensorial y son especialmente habituales en ni?os con Trastorno de D¨¦ficit de Atenci¨®n con Hiperactividad (TDAH) y Trastorno de Espectro Autista (TEA). En ambos casos, pueden ser muy sensibles o muy poco sensibles a la informaci¨®n sensorial. O puede que no respondan a la informaci¨®n sensorial, como ser tocados en el hombro, por ejemplo. Sin embargo, hay que matizar que las dificultades del procesamiento sensorial pueden ser un diagn¨®stico por s¨ª solas, aunque a menudo coexisten con estas dos condiciones
TDAH
En la web de Fundaci¨®n Cantabria Ayuda al D¨¦ficit de Atenci¨®n e Hiperactividad (CADAH) indican que seg¨²n evaluaciones de terapeutas ocupacionales especializados en integraci¨®n sensorial muchos ni?os diagnosticados con TDAH son hipersensibles al tacto, por ejemplo. Adem¨¢s, que en un estudio con ni?os diagnosticados con TPS o TDAH, se encontr¨® que el 60% de dichos ni?os padec¨ªa en realidad ambos trastornos.
TEA
En el libro El cerebro autista (RBA), Temple Grandin, una mujer con Trastorno del Espectro Autista quien se convirti¨® en los a?os 60 en una de las cient¨ªficas m¨¢s brillantes de su tiempo, cita los datos de Walker y Whelan, que se?alan que un 80% de los ni?os con TEA tiene hipersensibilidad al tacto, 87%, al sonido, 86% problemas visuales y 30% tiene problemas de sensibilidad del olfato o el gusto.
La dieta sensorial: una ayuda para la vida cotidiana
La experta de Creare nos cuenta que una de las herramientas que trabaja la terapia ocupacional en estos ni?os, es la dieta sensorial, que consiste en ¡°aportar, en el d¨ªa a d¨ªa diaria, la cantidad necesaria de est¨ªmulo sensorial al ni?o para que sus respuestas sean adaptadas. Es decir, una serie de actividades para que los ni?os se puedan ir regulando la intensidad de las sensaciones y, a la vez, ganando autonom¨ªa y participaci¨®n en sus rutinas. Por ejemplo, que una caricia no le resulte dolorosa o que el ruido de una clase normal no sea demasiado molesto para ¨¦l¡±, indica la especialista. Por lo tanto, una dieta sensorial puede ser un excelente recurso para organizar el sistema nervioso dentro de las rutinas del ni?o, sin que el exceso o d¨¦ficit de sensibilidad interfieran ni angustien o frustren al ni?o.
7 claves de una dieta sensorial
Es importante destacar que cada una de estas actividades tienen su raz¨®n de ser. Por eso ha de ser el terapeuta ocupacional el profesional que elabore la dieta sensorial adecuada para cada ni?o y cada necesidad (¡°una soluci¨®n para un ni?o, puede no serlo para otro¡±). Es imprescindible contar con la colaboraci¨®n de las familias y los profesores, que son quienes podr¨¢n aportar el conocimiento que tienen del ni?o y lo acompa?an en sus rutinas. As¨ª se podr¨¢ descubrir qu¨¦ informaci¨®n busca o evita el ni?o. Algunas de las claves que contienen las dietas sensoriales son:
1. Cuando se saben los desencadenantes de una dificultad de integraci¨®n sensorial, es m¨¢s f¨¢cil elaborar una dieta sensorial, con elementos que minimicen la tensi¨®n y frustraci¨®n.
2. La antelaci¨®n es un factor muy importante. Si preparamos al ni?o cont¨¢ndole su rutina, calmaremos su ansiedad y dejar¨¢ de pensar que va a suceder algo que le molesta. As¨ª reducimos su estr¨¦s y evitamos que sufra por adelantado.
3. Desde Ocupatea, Sabina Barrios, diplomada en Terapia Ocupacional, doctora y profesora en la Universidad de Extremadura, y especialista en Integraci¨®n Sensorial nos cuenta que entre las estrategias que se pueden incluir en una dieta sensorial, destacan las que ayudan a tranquilizar al ni?o o a estimularlo, seg¨²n su estado de alerta est¨¦ alto o bajo. Tambi¨¦n una dieta sensorial cuenta con apoyos o fidgets (elementos para que los ni?os tengan un poco de movimiento si lo necesitan) y kits antiestr¨¦s con pelotitas de goma, tapones o cascos, m¨²sica relajante, masilla o plastilina...
4. Hay adaptaciones que podemos establecer en los espacios habituales: un asiento ergon¨®mico, con coj¨ªn de aire, poner una banda el¨¢stica en las patas de una silla para que el ni?o tenga m¨¢s libertad de movimiento, a¨²n sentado, una almohadilla con peso para poner sobre las piernas, alejarlo de la ventana, puertas o luces intensas...
5. Dar lugar a unos descansos sensoriales o tiempos en los que el ni?o puede hacer una pausa, le permitir¨¢ detenerse en la actividad que est¨¦ haciendo y volver a regularse de tal manera que se pueda adaptar al medio.
6. Tambi¨¦n es buena idea incluir un refugio sensorial, que es un lugar donde el ni?o puede acudir incondicionalmente cuando se sienta abrumado, molesto, enfadado o asustado. Un tipi, por ejemplo, donde haya elementos que le ayuden a autorregularse. All¨ª puede estar su kit antiestr¨¦s.
7. Conviene tener muy en cuenta que cada d¨ªa supone un desaf¨ªo para un ni?o con estas dificultades. Una dieta sensorial realizada por un terapeuta ocupacional puede permitir que los ni?os afectados puedan aprender, socializar y disfrutar de su vida cotidiana.
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