?Qu¨¦ le ha habr¨¢ hecho Kazajist¨¢n al pobre Puigdemont?

El desaf¨ªo independentista catal¨¢n ya no es tal, o al menos no solamente. La actuaci¨®n de Puigdemont y de Torra se ha convertido en un desaf¨ªo sobre todo a la inteligencia, a las m¨ªnimas certezas sobre lo que es un Estado de derecho e incluso al sentido del humor. En ocasiones, ambos l¨ªderes parecen escribir guiones del g¨¦nero c¨®mico, y lo peor es que llenan la sala y nos re¨ªmos todos.

La demanda de Puigdemont contra el juez Llarena no solo acusa a Espa?a de ¡°vulneraciones sistem¨¢ticas de los derechos fundamentales¡± sino tambi¨¦n de que estas ¡°ponen a Espa?a al lado de Kazajist¨¢n entre los Estados delincuentes¡±.

Ya que sabemos que Espa?a no le ha hecho nada a Puigdemont ¡ª¨¦l ha huido voluntariamente para no responder de sus hechos ante la justicia, como est¨¢n haciendo la mayor¨ªa de sus compa?eros¡ª nos empiezan a entrar las dudas sobre el propio Kazajist¨¢n. ?Acaso el pa¨ªs exsovi¨¦tico ya no es ese lugar que se enquist¨® en algo parecido al feudalismo y las peores pr¨¢cticas dictatoriales? El dictador Nursult¨¢n Nazarb¨¢yev no solo sobrevivi¨® a la etapa comunista, que tambi¨¦n dirigi¨®, sino que continu¨® al mando de Kazajist¨¢n cuando la exrep¨²blica obtuvo la independencia en 1991, y ha superado todas las elecciones desde entonces. Apuntalado por el poder de su petr¨®leo, el r¨¦gimen persigue a sus disidentes hasta las calles de Madrid y ha llegado a provocar la absurda circunstancia de que la propia Organizaci¨®n para la Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa (OSCE), que ¨¦l mismo acababa de presidir en 2010, conden¨® la farsa de sus elecciones en 2011. Nazarb¨¢yev suele cosechar victorias del 95% que ya quisiera el PP, el PSOE o el propio Torra. En democracia, se?or Puigdemont, ni siquiera en esta tan ¡°delincuente¡± como la espa?ola, no ocurren esas cosas.

Pero el l¨ªder independentista huido ha redactado una demanda que sit¨²a a Espa?a a la altura de Kazajist¨¢n, llev¨¢ndonos una vez m¨¢s a un universo paralelo donde la persecuci¨®n de las violaciones del Estado de derecho que llevan a cabo los jueces no son tales, sino que son agravios en s¨ª mismos. El mundo al rev¨¦s. Y ni siquiera lo ha hecho bien, sino incluyendo un error de traducci¨®n que desmiente su propia acusaci¨®n.

Puigdemont se siente perseguido por el ¡°Estado delincuente¡± que ¨¦l precisamente desafi¨® impulsando dos leyes inconstitucionales para romperlo. Los Mossos d'Esquadra, utilizados como instrumento pol¨ªtico, est¨¢n hoy identificando a personas que se atreven a quitar lazos amarillos por ¡°da?o a la v¨ªa p¨²blica¡±, en un acto que se parece demasiado a los se?alamientos que realiz¨® la Alemania nazi contra los jud¨ªos. La estrategia independentista ¡ªlo ha dicho Torra¡ª pasa por ¡°atacar al Estado¡±. Interesante reflexi¨®n p¨²blica que parecer¨ªa bastante improbable en Kazajist¨¢n.