Los cient¨ªficos logran por primera vez regenerar ¡®in vivo¡¯ la piel de un mam¨ªfero
Una investigaci¨®n en ratones abre v¨ªas para tratar grandes quemaduras, ¨²lceras cut¨¢neas y otras heridas muy graves
Es justo lo que los mam¨ªferos no podemos hacer: regenerar nuestros ¨®rganos, como hacen la salamandra o el ajolote mexicano. Y tambi¨¦n es el sue?o de la medicina regenerativa, o de la medicina en su conjunto. En alg¨²n momento de la evoluci¨®n animal, los mam¨ªferos perdimos ese talento vivificador y curativo. Pero los cient¨ªficos han logrado recuperarlo, al menos en ratones, y al menos para un ¨®rgano esencial, la piel. Si la t¨¦cnica resulta extrapolable a las personas, supondr¨¢ un salto de gigante para tratar grandes quemaduras, ¨²lceras cut¨¢neas y otras heridas muy graves. Tambi¨¦n para reparar los efectos del envejecimiento sobre la piel.
La investigaci¨®n en medicina regenerativa se ha centrado hasta ahora en obtener c¨¦lulas de un animal ¨Ca veces de un paciente¡ª, reprogramarlas fuera del cuerpo (¡®ex vivo¡¯, en la jerga), diferenciarlas en los tejidos necesarios y reimplantarlas al cuerpo. Esta es la primera investigaci¨®n que logra hacer todo eso ¡®in vivo¡¯, reprogramando las c¨¦lulas dentro del cuerpo, de modo que sean ellas mismas quienes proliferen y regeneren el ¨®rgano da?ado, la piel en este caso. Es lo m¨¢s parecido al estilo del ajolote que la ciencia ha alcanzado de momento.
¡°El trabajo se centra en la posibilidad de regenerar grandes superficies de piel para tratar grandes quemados, grandes ¨²lceras como, por ejemplo, en determinados casos de diabetes y otras¡±, dice Juan Carlos Izpis¨²a, del Instituto Salk de California, autor principal de la investigaci¨®n que se presenta en Nature. ¡°Son problemas cl¨ªnicos muy graves, para los que hoy no existe un tratamiento adecuado y que muchas veces llevan a la muerte del paciente¡±.
El cient¨ªfico del Salk prosigue: ¡°La posibilidad de regenerar la piel in vivo, en el propio paciente, si se pudiera llevar a la pr¨¢ctica en humanos, ser¨ªa un avance importante para la medicina en general, no solo en el campo de la medicina regenerativa sino en otros campos como puede ser la cirug¨ªa pl¨¢stica, c¨¢ncer de piel, o el deterioro natural de la piel como consecuencia del envejecimiento¡±. Esto ¨²ltimo dar¨ªa escalofr¨ªos si uno lo pusiera en euros, cosa que nadie ha hecho de momento.
Las ¨²lceras cut¨¢neas que se extienden por todas las capas de la piel (epidermis en la parte exterior, endodermis en la interior) pueden tratarse ahora con implantes de piel de otra parte del cuerpo, pero esto es inviable con ¨²lceras muy grandes, porque no tenemos tanta piel sobrante, o prescindible. La opci¨®n que queda ah¨ª, todav¨ªa experimental, es extraer c¨¦lulas madre de la piel (es decir, las c¨¦lulas madre que generan todos los tipos celulares de la piel), cultivarlas en el laboratorio y reimplantar la piel resultante al paciente. Esto lleva mucho tiempo, a veces m¨¢s del que le queda de vida al paciente.
Izpis¨²a y otro de los autores de la investigaci¨®n, Masakazu Kurita, que fue cirujano pl¨¢stico antes que investigador del Salk, sab¨ªan que el elemento clave de la reparaci¨®n de una ¨²lcera o una quemadura, en condiciones naturales, es que unas c¨¦lulas llamadas ¡°queratinocitos basales¡± ¨Clas c¨¦lulas madre de la piel¡ª migren desde las zonas sanas adyacentes hasta la herida. Como su funci¨®n es proliferar y producir todos los tipos celulares de la piel, pueden regenerarla en condiciones favorables.
Pero, como es obvio, esto no funciona con heridas graves. Y funciona cada vez peor con la edad, incluso con heridas leves. ¡°Nos propusimos hacer piel donde no hab¨ªa piel para empezar¡±, dice Kurita con concisi¨®n oriental.
Reprogramaci¨®n
La b¨²squeda de los factores necesarios para la reprogramaci¨®n de las c¨¦lulas de la herida en queratinocitos (las c¨¦lulas madre de la piel) ha sido un trabajo detectivesco y extenuante. La gen¨®mica les permiti¨® detectar primero 55 mol¨¦culas (prote¨ªnas, ARN) candidatas a lograr la reprogramaci¨®n, y luego la combinatoria de prueba y error ha estrechado el cerco hasta solo cuatro mol¨¦culas esenciales.
Basta la aplicaci¨®n t¨®pica de esos cuatro factores sobre la herida para que las c¨¦lulas se conviertan en queratinocitos y estos regeneren una piel sana en 18 d¨ªas. Despu¨¦s, esa piel nueva se expande y se conecta con la piel normal circundante. Y todo sigue bien seis meses despu¨¦s, por toda clase de criterios gen¨¦ticos, bioqu¨ªmicos y citol¨®gicos.
La aplicaci¨®n a humanos no va a ser inmediata. ¡°Antes de llegar a ensayos cl¨ªnicos¡±, dice Kurita, ¡°tenemos que hacer m¨¢s estudios de seguridad a largo plazo y aumentar la eficiencia todo lo posible¡±.
Para Izpis¨²a, lo m¨¢s importante es que esta es la primera vez que se consigue la regeneraci¨®n en un mam¨ªfero. ¡°Se supone, al menos eso dicen los libros de texto, que los mam¨ªferos no se regeneran. Pero ahora tenemos un tejido tridimensional formado in vivo por distintos tipos celulares, a partir del propio organismo, y sin necesidad de un trasplante externo¡±. Es el sue?o del ajolote.
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