El oto?o y sus urgencias pedi¨¢tricas

Acabaron las vacaciones, ya solo quedan 11 meses para otra escapada, y vuelvo a la consulta, saludos, besos y abrazos con las compa?eras, el ¨²nico compa?ero todav¨ªa no ha llegado, y r¨¢pidamente lo primero que hay que hacer es hablar con el inform¨¢tico, la contrase?a no s¨¦ por qu¨¦ motivo tambi¨¦n se tom¨® vacaciones y todav¨ªa no ha regresado, no hay forma de entrar al programa inform¨¢tico que, por cierto, han tenido a bien actualizarlo y tiene un aspecto diferente, o soy yo, que he olvidado como era.

No ha cambiado nada porque no ha habido suplente en mi ausencia, as¨ª que todo est¨¢ como estaba, salvo la lista de citados que revienta por ambos lados para contarme esos avatares peque?os y grandes ocurridos durante mi ausencia.

M¨¢s informaci¨®n

?Puede tu hijo ba?arse en la piscina o en el mar cuando tiene otitis?

Ante el maltrato infantil, los pediatras debemos estar alerta

Me he fijado que los futbolistas vuelven de las vacaciones de apenas cuatro semanas como yo, y han perdido la forma f¨ªsica, los partidos de verano parecen pachanguillas, salvo el Atleti en la supercopa que se lo tom¨® en serio y demostr¨® calidad y compromiso haciendo un gran partido. Pero al resto, se le convalida como a Casado, todo vale, hay que darles un tiempo para que se recuperen. Yo no, hoy tengo la lista llena y desde el primer ni?o que entre por la puerta de mi consulta merecer¨¢ que yo est¨¦ al cien por cien, ?c¨®mo les explico a los padres que estoy fuera de forma y que vuelvan otro d¨ªa a ver si ya me recuper¨¦?

Imagino a los peques y su vuelta al colegio, ?a ellos tambi¨¦n se les permitir¨¢ que vayan entrando poco a poco en el ritmo de actividad? O va a haber examen sorpresa el primer d¨ªa para ver el estado de forma.

Creo que soy el ¨²nico al que se le exige el 100% desde el minuto uno, o me lo exijo yo al menos. Ni siquiera las bacterias est¨¢n al m¨¢ximo en estos d¨ªas, como si de un reset se tratara, virus y bacterias que asolaron escuelas y guarder¨ªas durante el invierno y primavera y que aumentaron su fuerza y virulencia en las ¨²ltimas semanas de clase con otitis importantes, neumon¨ªas y otros cuadros severos, parecen haber desaparecido con el cierre patronal de los colegios. Se acaban las clases y virus y bacterias toman su descanso vacacional disminuyendo su masa y reduciendo sus ataques.

Como en esas pel¨ªculas de zombis donde cada vez hay m¨¢s y salen por todos lados, cuando parec¨ªa que el ataque era masivo y se amontonan cad¨¢veres vivientes como moscas a uno y otro lado de la carretera y de las vallas, el fin parece inminente y de repente... cierran los colegios y como si de una falta total de alimento los depredadores de mocos y diarreas empiezan a desaparecer, emigran a otras latitudes o simplemente se autoconsumen en su propia putrefacci¨®n, acerc¨¢ndose a su extinci¨®n.

Y de pronto, vuelve septiembre, sin dar tiempo suficiente a que desapareciera el enemigo, cuando ya casi le ten¨ªamos eliminado, resurge Terminator 2 y vuelve a reanudarse el proceso y las aulas vuelven a recibir el ataque y colonizaci¨®n de c¨ªborgs, trolls, virus y todo tipo de fauna y flora.

Aqu¨ª si, empezar¨¢n poco a poco, con un ataque perfectamente dise?ado por una inteligencia superior, como si todos los virus y bacterias infantiles estuvieran unidas en un ¨²nico cerebro que todo lo controla, como si siguieran un plan dise?ado por un paranoico que quisiera conquistar el mundo, o un cerebro viral interconectado a trav¨¦s de la red de escuelas del estado, p¨²blicas y privadas, concertadas y hasta las abominables que separan por sexos, todas unidas en una red neuronal que implementa microorganismos invisibles para diezmar y mochar a la infancia. Lo primero, una epidemia de gastroenteritis para debilitar, para ello ese Skynet microsc¨®pico que todo lo controla env¨ªa virus digestivos, que siguiendo un ciclo caca, mano que limpia pa?ales y no se lava y vuelve a tocar alimentos u otros culos, gracias a que los humanos no nos lavamos las manos lo suficiente esta epidemia, se extiende de centro en centro. Cuando todos est¨¦n ya flojos, vendr¨¢ un primer cambio de aire, unos d¨ªas de viento del norte que bajar¨¢ la temperatura unos pocos grados, suficiente para que las madres preocupadas saquen abrigos y bufandas, polares, y capas de ropa para mantener el cuerpo calentito y que los virus sigan estando c¨®modos y puedan multiplicarse.

El plan como est¨¢is viendo tiene dos fases, una b¨¢sicamente militar, ataques continuados con virus; primero digestivos, luego de mocos y toses, esto no es m¨¢s que estrategia de ataque de flancos, se aprende en primero de la mili, claro que ahora no hay, pero vamos que es b¨¢sico. La otra parte del plan, la fundamental, es la de inteligencia y ciberacoso a la poblaci¨®n para que baje sus defensas. Ya hemos visto que la primera y fundamental es crear en la poblaci¨®n la sensaci¨®n falsa de que las manos no se ensucian y que no precisan de lavado, que como sujetamos el pa?al con cuidado, o como vivimos en una esfera as¨¦ptica y tenemos todo barrido ya no hay g¨¦rmenes, y si, hay que estar atentos. Pero el gran ataque de inteligencia es precisamente eso, quitar el poder a los padres, ningunearlos, insistir en que no hagan nada, que no se defiendan, algunos hasta ni vacunan, que consulten con las autoridades que ellos saben lo que es bueno, que compren mil productos in¨²tiles que Skynet ha dise?ado para su seguridad y salud. Adocenar y anular voluntades manejando a la poblaci¨®n para que no tome decisiones sobre su propia salud o la de sus hijos, un plan para crear gentes d¨®ciles que no piensen, que crean ciegamente que todo tiene remedio y que toda soluci¨®n se compra y cuanto m¨¢s caro mejor.

Se acerca un oto?o caliente, muchos son los ataques del cerebro ¨²nico y mal¨¦fico contra la sanidad y los trabajadores de lo p¨²blico, la pediatr¨ªa est¨¢ al l¨ªmite, hay que hac¨¦rselo saber a la poblaci¨®n, que le est¨¢n quitando lo que es suyo. Quiz¨¢s una huelga indefinida no eliminar¨ªa el problema, pero podr¨ªa poner la semilla para mostrar la verdadera cara del Matrix en el que vivimos.