Una vida de prensa y ciencia

Nadie sabe exactamente qu¨¦ despert¨® el amor de Jos¨¦ Cervera por la ciencia y por el periodismo. Ni siquiera ¨¦l estaba seguro. Tal vez esa pasi¨®n naciera cuando era un ni?o y se escapaba a la biblioteca p¨²blica de su Getafe natal para devorar con la mirada libros y revistas cient¨ªficas. O tal vez surgiera la primera vez que alguien le dijo que ten¨ªa el don de explicar con claridad ideas complejas.

El amor por la ciencia empuj¨® a Cervera a matricularse en la Facultad de Biolog¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid y, m¨¢s tarde, a especializarse en Paleontolog¨ªa, en un viaje que le llevar¨ªa hasta las excavaciones de Atapuerca, justo cuando el Homo antecessor sal¨ªa a la luz para decir al mundo que estaba equivocado sobre la evoluci¨®n humana.

Pero en alg¨²n punto de su carrera, el cient¨ªfico sinti¨® que su pasi¨®n era m¨¢s divulgativa que investigativa y decidi¨® convertirse en periodista. Curs¨® el m¨¢ster de El Pais / UAM y empez¨® a trabajar como redactor en pr¨¢cticas en el diario econ¨®mico Cinco D¨ªas, justo cuando Internet empezaba a asomar en todo el planeta con las caras de Yahoo!, Amazon y Google. Una vez m¨¢s, Cervera llegaba en el mejor momento.

Como divulgador y formador period¨ªstico visit¨® decenas de medios de Espa?a, Europa y America Latina, advirtiendo a sus trabajadores de que lo que ten¨ªan enfrente no era solo una tecnolog¨ªa m¨¢s, sino un cambio en la manera de hacer noticias y de publicarlas. Un cambio en la manera de hacer periodismo.

De hecho, fue el primer periodista espa?ol en darse cuenta de que la universalidad de la red y la llegada de nuevos actores informativos pon¨ªa en marcha una nueva 'econom¨ªa de la atenci¨®n' en la que la batalla por la audiencia no se librar¨ªa en los quioscos, sino en las pantallas, y de que la publicidad tradicional no ser¨ªa tan importante como la capacidad de los periodistas para convencer a los lectores de que gasten su escaso tiempo en venir a consultar sus noticias, y no las de las decenas de miles de medios que ya entonces hab¨ªa en internet.

Con esta idea en mente, Cervera cre¨® Baqu¨ªa, uno de los primeros medios exclusivamente digitales, en el que reuni¨® a una joven redacci¨®n que a¨²n hoy recuerda con admiraci¨®n y cari?o aquel proyecto. Pero Baqu¨ªa naci¨® en plena etapa de la burbuja ¡®puntocom¡¯, en la que las inversiones eran tan disparatadas como vol¨¢tiles, y el compromiso de los directivos no pesaba ni la mitad que el entusiasmo de los periodistas.

En el plano acad¨¦mico, fue profesor asociado de la Facultad de Ciencias de la Comunicaci¨®n de la Universidad Rey Juan Carlos, donde impart¨ªa las asignaturas relacionadas con el periodismo digital, tras la experiencia adquirida en Cinco D¨ªas, Baqu¨ªa, 20 Minutos, El Mundo, RTVE.es, El Confidencial, eldiario.es y varias decenas de diarios y revistas, impresas o digitales, en las que colabor¨® a lo largo de su prol¨ªfica carrera.

En su faceta como divulgador cient¨ªfico, fue colaborador en ¡®Canal C:¡¯ de Canal Sat¨¦lite Digital, en ¡¯Esto me suena, Las tardes del ciudadano Garc¨ªa¡¯, de Radio Nacional de Espa?a, y en el programa ¡®?rbita Laika¡¯ en La 2 de RTVE as¨ª como ponente habitual en el congreso Naukas de Bilbao.

Fundador y miembro del consejo organizador del Congreso de Periodismo Digital de Huesca, era una de sus figuras m¨¢s emblem¨¢ticas no solo sobre el escenario del Palacio de Congresos, sino tambi¨¦n en las tertulias nocturnas en las que muchos periodistas nos acerc¨¢bamos a hablar con ¨¦l, y sobre todo a escucharle.

Cuando conoci¨® su enfermedad reaccion¨® con serenidad y se volc¨® en su mujer, Pilar Cubas, bi¨®loga del Centro Superior de Investigaciones Cient¨ªficas y compa?era de aventuras en la gran pasi¨®n de ambos por el buceo.

Pepe Cervera nos deja el recuerdo de una curiosidad intensa, una sabidur¨ªa enorme y una sonrisa y una mirada tiernas con las que siempre evitaba los conflictos, pero nunca un buen debate. No hay mejor legado en el periodismo y en la ciencia.

Pedro de Alzaga, periodista