Hambre Cero: nuestras acciones de hoy son nuestro futuro
El D¨ªa Mundial de la Alimentaci¨®n recuerda a la comunidad internacional su compromiso pol¨ªtico de erradicar todas las formas de malnutrici¨®n
Hace solo tres a?os, en septiembre de 2015, todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas aprobaron la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible. Los l¨ªderes de todo el mundo consideraron la erradicaci¨®n del hambre y todas las formas de malnutrici¨®n (el Objetivo n¨²mero 2) como fundamental de la Agenda y condici¨®n sine quan non para un mundo m¨¢s seguro, m¨¢s justo y m¨¢s pac¨ªfico.
Parad¨®jicamente, el hambre no ha parado de crecer desde entonces. Seg¨²n las ¨²ltimas estimaciones, el n¨²mero de personas subalimentadas aument¨® en 2017 por tercer a?o consecutivo. El a?o pasado, 821 millones de personas sufrieron hambre (el 11% de la poblaci¨®n mundial ¨C una de cada nueve personas en el planeta), en su mayor parte agricultores familiares y de subsistencia que viven en zonas rurales pobres en el ?frica Subsahariana y en el Sudeste Asi¨¢tico.
Sin embargo, el creciente nivel de subalimentaci¨®n en el mundo no es el ¨²nico reto al que nos enfrentamos. Tambi¨¦n van en aumento otras formas de malnutrici¨®n. En 2017, al menos 1.500 millones de personas sufrieron deficiencias de micronutrientes que socavan su salud y sus vidas. Al mismo tiempo, la proporci¨®n de obesidad entre adultos sigue aumentando, pasando del 11,7% en 2012 al 13,3% en 2016 (o 672 millones de personas).
El hambre se circunscribe principalmente a ¨¢reas espec¨ªficas, sobre todo aquellas azotadas por conflictos, sequ¨ªas y extrema pobreza; pero la obesidad est¨¢ en todas partes y sigue creciendo en todo el mundo. De hecho, estamos asistiendo a su globalizaci¨®n. Un ejemplo: las tasas de obesidad est¨¢n aumentando m¨¢s r¨¢pidamente en ?frica que en ninguna otra regi¨®n ¨C 8 de los 20 pa¨ªses con tasas de crecimiento m¨¢s r¨¢pido est¨¢n en ese continente. Adem¨¢s, en 2017 el sobrepeso infantil afectaba a 38 millones de ni?os menores de cinco a?os. Un 46% de estos ni?os viven en Asia y el 25% en ?frica.
Si no tomamos medidas urgentes para parar el aumento de la obesidad, pronto podr¨ªa haber m¨¢s gente obesa que malnutrida en el mundo. El crecimiento de la obesidad est¨¢ teniendo un coste socioecon¨®mico enorme. Es un factor de riesgo para muchas enfermedades no transmisibles, como las afecciones del coraz¨®n, los infartos, la diabetes y ciertos tipos de c¨¢ncer. Las estimaciones indican que el impacto global de la obesidad se sit¨²a en alrededor de 1,7 billones de euros anuales (2,8% del PIB mundial). Combinados, es un coste igual al del impacto del tabaco y los conflictos armados.
Si no tomamos medidas urgentes para parar el aumento de la obesidad, pronto podr¨ªa haber m¨¢s gente obesa que malnutrida en el mundo
Este a?o, el d¨ªa Mundial de la Alimentaci¨®n (que se celebra cada 16 de octubre), pretende recordar a la comunidad internacional su compromiso pol¨ªtico de erradicar todas las formas de malnutrici¨®n y para recordar que alcanzar el Hambre Cero en el mundo para 2030 (eso es, en 12 a?os), a¨²n es posible.
Seg¨²n estimaciones de la FAO, el hambre en Brasil se redujo del 10,6% de la poblaci¨®n total (unos 19 millones de personas) al inicio de los 2000, a menos de 2,5% en el trienio 2008-2010, que es el valor m¨ªnimo por el cual FAO puede hacer inferencias estad¨ªsticas fiables. Esta reducci¨®n en el n¨²mero de gente subalimentada fue posible principalmente al firme compromiso del expresidente Lula y de la puesta en marcha de pol¨ªticas p¨²blicas y de programas de protecci¨®n social que atajaron la extrema pobreza y el impacto de las sequ¨ªas prolongadas en la parte noreste del pa¨ªs.
De hecho, los Gobiernos tienen el papel m¨¢s fundamental en el logro del Hambre Cero al poder asegurar que la gente m¨¢s vulnerable tiene suficientes ingresos para comprar los alimentos que necesitan, o los medios para producirlos por s¨ª mismos, incluso en tiempos de conflicto.
Tenemos que abordar la obesidad como un asunto p¨²blico, no como un problema individual. Esto requiere la adopci¨®n de un enfoque multisectorial
Sin embargo, los l¨ªderes mundiales deben tener en cuenta que el concepto Hambre Cero es m¨¢s amplio y no se limita a la lucha contra la subalimentaci¨®n. Tambi¨¦n pretende garantizar que todo el mundo tenga los nutrientes necesarios para llevar a cabo una vida sana. El Hambre Cero incluye la erradicaci¨®n de todas las formas de malnutrici¨®n, as¨ª que no se trata solo de alimentar a la gente sino de que tambi¨¦n se nutra bien.
Los sistemas alimentarios actuales han aumentado la disponibilidad y el acceso a alimentos procesados muy cal¨®ricos, energ¨¦ticamente densos, altos en grasas, az¨²car y sal. Deben ser transformados de modo que todo el mundo pueda consumir alimentos sanos y nutritivos. Tenemos que abordar la obesidad como un asunto p¨²blico, no como un problema individual. Esto requiere la adopci¨®n de un enfoque multisectorial que involucre no solo a los gobiernos, sino tambi¨¦n a los organismos internacionales, la sociedad civil, el sector privado y los ciudadanos en general.
Las dietas saludables deben ser fruto de un esfuerzo colectivo que incluya, por ejemplo, la creaci¨®n de normas (como el etiquetado y la prohibici¨®n de algunos ingredientes da?inos), la introducci¨®n de la nutrici¨®n en los programas escolares, la adopci¨®n de m¨¦todos para reducir las p¨¦rdidas y desperdicios de alimentos, y el establecimiento de acuerdos comerciales que no impidan el acceso a comida fresca, nutritiva y cultivada localmente por agricultores familiares.
El lema del D¨ªa Mundial de la Alimentaci¨®n 2018 es ¡°Nuestras acciones son nuestro futuro¡±. Es hora de renovar nuestro compromiso y, a¨²n m¨¢s importante, el apoyo pol¨ªtico para lograr un mundo sostenible libre de hambre y de todas las formas de malnutrici¨®n.
Jos¨¦ Graziano da Silva es director general de la Organizaci¨®n de Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n y la Agricultura (FAO)
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