¡°Y mi calle, ?pa¡¯ cu¨¢ndo?¡±
En la gaditana Algodonales, un centenar de mujeres reivindica referentes femeninos en el callejero versionando 'El anillo', de Jennifer L¨®pez
Sobre la azotea de un edificio, barriendo la puerta de la calle, en el colegio, en una consulta veterinaria, en una peluquer¨ªa, en una cancha de baloncesto y en un bar¡ Las mujeres de Algodonales, en C¨¢diz, se preguntan para cu¨¢ndo sus nombres y para cu¨¢ndo esos nombres en el callejero, que est¨¢ repleto, hasta ahora y en todas partes, de lorcas, severos ochoas y machados¡ No quieren hacer desaparecer los nombres de historiadores, escritores o cient¨ªficos, sino que los de historiadoras, escritoras o cient¨ªficas aparezcan tambi¨¦n. Algo que tambi¨¦n ha ocurrido ya en otras ciudades como Pontevedra, que cambi¨® parte de su callejero el pasado diciembre.
Lo reivindican con una versi¨®n de El anillo, de Jennifer L¨®pez. A ellas la alianza no les importa, no quieren un anillo en el dedo, sino el reconocimiento p¨²blico de las mujeres que tambi¨¦n forman parte de la historia. Y lo cantan: ¡°Hay muchas mujeres que se lo merecen y que se preguntan ¡®?y mi calle pa¡¯ cu¨¢ndo? Tambi¨¦n somos poetas, somos juezas, somos santas, podemos hacer buen cine y la ciencia nos encanta¡±.
En una entrevista que concedieron, mientras bailaban sobre una azotea de esta localidad de 5.650 habitantes, a Andaluc¨ªa Directo, contaban que hasta hace relativamente poco no se hab¨ªan fijado en este tema: ¡°Yo no ten¨ªa ni idea de que pasaba esto con las calles de mi pueblo¡±. Medio centenar de mujeres que ha ensayado durante casi dos meses, de 20 a?os, de 30, de 40, de 50 y de 60; todas creen en esa m¨¢xima tan repetida como certera: lo que no se nombra no existe.
El v¨ªdeo, organizado y patrocinado por el ?rea de Cultura y de la Mujer del Ayuntamiento, se public¨® el pasado jueves y ya acumula m¨¢s de medio mill¨®n de reproducciones. Llevaban tiempo d¨¢ndole vueltas a la idea y, cuando se han lanzado, su petici¨®n ha llegado a Pleno. Lo debaten este 16 de octubre y est¨¢n convencidas de que la aprobaci¨®n para cambiar la nomenclatura ser¨¢ un¨¢nime.
Piden calles para las mujeres del campo, para las abuelas o para Rosal¨ªa de Castro y Mariana Pineda. Est¨¢n muy cansadas, entonan, ¡°de ver tantos nombres de ilustres personas y que sean todos hombres¡±. Quieren sus calles y las quieren ya.
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