La lonja de pescado m¨¢s grande del mundo se muda
El colosal mercado japon¨¦s de Tsukiji se traslada a la isla artificial de Toyosu, en la bah¨ªa de Tokio
Tsukiji era un lugar ¨²nico. El mercado mayorista de pescado m¨¢s grande del mundo, donde 20.000 trabajadores manipulaban 1.600 toneladas de productos del mar a diario: una lonja que ha alimentado durante ocho d¨¦cadas a una ciudad de 13 millones de habitantes tan voraz como Tokio. No solo eso. Tsukiji logr¨® que una lonja de pescado se convirtiera en un im¨¢n para turistas, en un plat¨® de rodaje y en el escenario desde el que todo cocinero de altura aspira a escribir su cr¨®nica. Lo que suceda a partir de ahora es una inc¨®gnita. Tras una megamudanza que ha durado cuatro d¨ªas, este planeta del pescado ocupa ya un nuevo espacio a casi tres kil¨®metros de distancia, en la isla artificial de ?Toyosu: ni m¨¢s ni menos que 407.000 metros cuadrados.
La fecha de apertura estaba prevista para noviembre de 2016, pero una inspecci¨®n sanitaria encontr¨® all¨ª ars¨¦nico y benceno, entre otros agentes qu¨ªmicos. Toyosu es una isla artificial en la bah¨ªa tokiota a la que se puede llegar en una moderna l¨ªnea de metro elevada sin conductor, el Yurikamome, emplazada cerca de museos futuristas como el Miraikan. Pero los terrenos elegidos para el mercado albergaron hasta los a?os ochenta una planta de gas. Pocos d¨ªas antes del cierre de Tsukiji, el pasado 6 de octubre, hubo protestas entre los mayoristas. Les preocupaba la contaminaci¨®n del subsuelo y la posible p¨¦rdida de clientes, y rumiaban que tras el traslado se escond¨ªa la especu?laci¨®n inmobiliaria. Las autoridades defienden el cierre de la lonja por el envejecimiento de las instalaciones ¡ªel verano pasado un incendi¨® tard¨® 15 horas en extinguirse¡ª, la escasez de espacio y el desarrollo de infraestructuras para los Juegos Ol¨ªmpicos de 2020.
Frente al caos de Tsukiji y su ?tr¨¢fago de mercaderes, Toyosu ofrece una est¨¦tica fr¨ªa de palacio de convenciones. Sus instalaciones modernas sustituyen a una involuntaria obra de arte que funcion¨® desde 1935. El mayor reclamo para los turistas ¡ªla subasta de at¨²n que arranca a las 4.30¡ª se sigue ahora desde la primera planta en un observatorio acristalado con suelo de parqu¨¦. Ya no hay un cupo diario de 120 visitantes y se multiplican las posibilidades de acceso, pero se veta la entrada irrepetible a aquella vieja galer¨ªa alfombrada de atunes de 200 kilos. El suelo de la nueva sala de subastas es verde para que durante la puja los pescaderos, tipos recios armados con arpones a los que nunca convenci¨® la presencia de extra?os, puedan calibrar con exactitud la calidad del at¨²n.
A los rom¨¢nticos de las lonjas de pescado siempre les quedar¨¢ Katsuura, en Wakayama. En Tsukiji, mudado ya el bestiario de pulpos vivos, venenosos peces globo y atunes gigantes, permanecer¨¢ el mercado exterior de abastos y sus restaurantes aleda?os. Algunos establecimientos vinculados con los negocios de la lonja (unos 300 en total) ya echaron el cierre, pero otros permitir¨¢n a los visitantes continuar con la tradici¨®n de almorzar pescado crudo (sashimi, sushi, donburi) a las ocho de la ma?ana. Al menos, de momento.
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