El fr¨ªo activa un mecanismo para adelgazar, pero tambi¨¦n puede hacer da?o al coraz¨®n

El fr¨ªo ha llegado de golpe y antes de tiempo, y parte de Espa?a se ha cubierto de un manto blanco m¨¢s propio del invierno que de la primera mitad del oto?o. Aunque puedan haber sido inesperadas y, probablemente, indeseadas para muchos, las bajas temperaturas tienen sus beneficios, como por ejemplo que nos ayudan a adelgazar. Y todo gracias ¡ªaunque a priori suene parad¨®jico¡ª a un tipo de grasa que tenemos en el cuerpo: la parda.

A diferencia de la blanca, que "tiene como funci¨®n almacenar energ¨ªa en forma de l¨ªpidos, la grasa parda se considera buena porque utiliza estos l¨ªpidos para producir calor quem¨¢ndolos: Es capaz de utilizar el exceso de energ¨ªa que almacenamos para aumentar nuestra temperatura corporal", explica a BuenaVida Guadalupe Sabio, integrante del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC). El problema est¨¢ en que mientras el fr¨ªo pone en marcha este sistema para mantener la temperatura corporal, no solo perdemos peso, tambi¨¦n exigimos demasiado a nuestro coraz¨®n, seg¨²n las conclusiones de un reciente estudio, liderado por Sabio y publicado en PLOS Biology.

Para calentarnos, el fr¨ªo acelera el coraz¨®n

"El mecanismo molecular de la activaci¨®n es id¨¦ntico al que hace que el coraz¨®n lata m¨¢s r¨¢pido y pueda tener arritmias (cuando la frecuencia cardiaca funciona de forma irregular)", afirma Sabio. Esto ocurre porque "al exponerse a las bajas temperaturas el cuerpo intenta prevenir la p¨¦rdida de calor encogiendo los vasos sangu¨ªneos y se incrementa la presi¨®n arterial y el ritmo cardiaco", aclara Shingo Kajimura, investigador en el campo de la diabetes de la Universidad de California en San Francisco (UCSF). Que esto ocurra supone un verdadero reto para la ciencia, asegura Sabio: "Uno de los problemas a los que nos enfrentamos es c¨®mo activar la grasa parda sin producir efectos secundarios en el coraz¨®n".?

Un enigma m¨¢s para la colecci¨®n que rodea a la grasa parda que, hasta hace muy poco, se pensaba que solo la ten¨ªamos cuando ¨¦ramos beb¨¦s y la perd¨ªamos al crecer. Como ya contamos en BuenaVida, no fue hasta 2009 cuando, el investigador Jan Nedergaard, del Departamento de Biociencias Moleculares del Instituto Wenner-Gren, de Estocolmo (Suecia), se?al¨® en el ¨²ltimo Congreso Internacional de Nutrici¨®n que los adultos tambi¨¦n tenemos grasa parda.

Lo que se sabe por ahora es que , aparte de que se activa con el fr¨ªo, el deporte tambi¨¦n podr¨ªa ayudar a activarla, seg¨²n una investigaci¨®n publicada en la prestigiosa revista Nature. "Se ha visto que el ejercicio secreta hormonas que podr¨ªan activarla", apunta Sabio aunque aclara que, por ahora, se sigue investigando.??

No hay una dieta que active este proceso

La experta alerta en contra de los tratamientos espec¨ªficos para activar la grasa parda: "No se ha probado que funcione ninguno. Ni siquiera hay evidencia cient¨ªfica de que los entrenamientos con fr¨ªo extremo o con artilugios como los chalecos de agua helada funcionen, pero s¨ª pueden tener efectos secundarios como los problemas cardiovasculares". Y sobre las dietas, tampoco. Simplemente, seguir la recomendaci¨®n habitual: "Llevar una dieta saludable y no engordar", dice Sabio porque, a?ade, "s¨ª hay una relaci¨®n negativa entre el sobrepeso y la capacidad para activar la grasa parda".

La experta aporta un consejo para intentarla activarla: "No mantener muy alta la temperatura en nuestra casa ¡ªno abusar de la calefacci¨®n¡ª podr¨ªa ser una forma sencilla y econ¨®mica de poner en marcha este mecanismo". Aunque recuerda que tampoco hay suficiente evidencia.