La amarga vida de las hijas de Marx
Jenny muri¨® joven. Laura y Eleanor se suicidaron. Vivieron a la sombra de los hombres, sin duda en un siglo equivocado
?RASE UNA VEZ vez tres hermanas, las ¨²nicas que llegaron a la edad adulta de los siete hijos que tuvieron sus padres. ?rase tres hermanas, Jenny, Laura y Eleanor. La primera muri¨® de c¨¢ncer a los 38 a?os, las otras dos se suicidaron; Laura junto con su marido, Paul Lafargue, uno de los introductores del marxismo en Espa?a y autor del famoso El derecho a la pereza. La pareja hab¨ªa llegado a la conclusi¨®n de que la vida no merec¨ªa la pena a partir de esa edad en la que no puedes disfrutar de los placeres de la existencia y te conviertes en una carga para los dem¨¢s.
La m¨¢s joven, Eleanor, se envenen¨® a los 43 quiz¨¢ asqueada y descorazonada por los enga?os de su compa?ero, el socialista Edward Aveling, a quien hab¨ªa cuidado durante una larga enfermedad, aunque sab¨ªa de sus infidelidades. Al parecer no pudo soportar el descubrimiento de que Aveling se hab¨ªa casado en secreto con una amante.
Todas ellas atravesaron etapas de aut¨¦ntica miseria ¡ªno solo en la infancia¡ª y de persecuci¨®n pol¨ªtica. Las tres se casaron o vivieron con activistas de izquierda. Pero el inter¨¦s de estas tres hermanas no se debe solo ni principalmente a sus vicisitudes personales, sino a su contribuci¨®n al desarrollo del movimiento obrero y a su trabajo intelectual.
Un detalle revelador sobre Jenny: al cumplir 13 a?os su hermana Laura le regal¨® un diario y, en lugar de dedicarlo a ni?er¨ªas, se puso a escribir un ensayo sobre la historia de Grecia. En 1870 public¨® varios art¨ªcu?los sobre el tratamiento dado a los presos pol¨ªticos irlandeses, otro sobre los abusos de la polic¨ªa francesa cuando fue detenida junto a su hermana Eleanor; tambi¨¦n fue secretaria de su padre en la Asociaci¨®n Internacional de Trabajadores.
Laura tuvo una vida particu?larmente dif¨ªcil, atravesando etapas de depresi¨®n quiz¨¢ debido a la muerte temprana de sus tres hijos. Acuciada por la pobreza, trabaj¨® de profesora de idiomas y acompa?¨® a su marido por varios pa¨ªses huyendo de la polic¨ªa y colaborando con los movimientos socialistas. Esta mujer, que hab¨ªa ayudado a su padre investigando para ¨¦l, escribi¨® art¨ªculos pol¨ªticos (sobre el socialismo en Francia, por ejemplo), pero no lleg¨® a tener una obra notable, siempre a la sombra de dos hombres: su padre y su marido.
Eleanor, que hab¨ªa querido ser actriz, fue la m¨¢s intelectual de las tres: escribi¨® numerosos art¨ªculos, algunos interpretativos de la obra de su padre, otros sobre diferentes temas de importancia pol¨ªtica y ?social: uno de los m¨¢s interesantes es el que escribe sobre la situaci¨®n de las mujeres, tiranizadas por el capitalismo y por los hombres; consideraba que la llegada del socialismo las har¨ªa libres e iguales a los varones. Mujer pol¨ªglota, fue una dura cr¨ªtica del colonialismo y una apasionada defensora de la escolarizaci¨®n obligatoria.
Las tres, hijas de Karl Marx y Jenny von Westpahlen, sent¨ªan adoraci¨®n por el padre. La madre, igual que ellas, quedar¨ªa oscurecida y relegada en un mundo de hombres. Socialismo y feminismo no eran ni mucho menos equivalentes.
Ahora que se acerca el final de los festejos del segundo centenario del nacimiento de Karl Marx (con sus magn¨ªficas exposiciones en su ciudad natal, Tr¨¦veris, con congresos y celebraciones en su honor), es un buen momento para recordar a estas tres hermanas que, en una ¨¦poca m¨¢s igualitaria, habr¨ªan ?destacado en la vida pol¨ªtica e intelectual de cualquier pa¨ªs y no ser¨ªan citadas casi exclusivamente como ap¨¦ndices de los hombres que ?tuvieron cerca.?
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