Cloacas siempre
Por las cloacas del Estado transitan, desde siempre, servidores de ese Estado que se sirven a s¨ª mismo o a sus instintos aviesos. Unos, como Gonz¨¢lez Pacheco, daban rienda suelta a su demostrada e infame brutalidad disfrazado de forajido de leyenda. Otros, como Jos¨¦ Manuel Villarejo, evidenciando las terribles miserias de esos supuestos l¨ªderes que nos deber¨ªan servir de ejemplo.
Ambos han dejado un reguero de v¨ªctimas. Las de aquel, inocentes torturados en una ¨¦poca dictatorial; las de don Jos¨¦ Manuel, todopoderosos incautos en tiempos de democracia. Es por eso que algunos nos horrorizamos de la existencia de esos poderes malvados, de esos negros poderes, de esos poderosos torpes. De esa cr¨®nica infecci¨®n que, a nuestro pesar, nos recorre.
Jos¨¦ A. Mart¨ªnez Lamoca
Madrid
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