El dec¨¢logo de los pediatras de EE UU para educar sin azotes ni humillaciones

Los pediatras de Estados Unidos quieren acabar con los azotes como m¨¦todo correctivo en las casas. As¨ª lo han decidido en la ¨²ltima actualizaci¨®n del protocolo de actuaci¨®n, la primera que hacen en dos d¨¦cadas y que presentaron el pasado 5 de noviembre con el t¨ªtulo:?Disciplina efectiva para criar ni?os sanos. Para estos expertos, y para la evidencia cient¨ªfica, est¨¢ demostrado que los azotes, bofetadas, gritos y humillaciones hacen que los ni?os sean m¨¢s agresivos; vean afectada su capacidad cognitiva y su autoestima, adem¨¢s de otros efectos.

Para evitar este tipo de conductas los pediatras sugieren que a la hora de educar los padres apliquen lo que definen como disciplina positiva, que ayuda al ni?o a modificar su comportamiento y su tolerancia a la frustraci¨®n, permiti¨¦ndole, adem¨¢s, un desarrollo saludable. Un m¨¦todo que explican en 10 pasos:

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1. Imitaci¨®n. Ense?ar a los ni?os la diferencia entre el bien y el mal siendo un ejemplo puede hacer ver al peque?o las consecuencias de su comportamiento.

2. Poner l¨ªmites?a la hora de poner normas a los ni?os, los padres deben ser claros y realistas para que estos sean capaces de seguirlas. El lenguaje es fundamental. Hay que adaptarlo a cada edad para as¨ª asegurarnos que comprenden las tareas.

3. Explicar las consecuencias de las conductas,?de forma calmada y firme hay que ser capaces de explicar a los ni?os las consecuencias de sus actos. Por ejemplo: ¡°Si no recoges los mu?ecos ahora, no podr¨¢s jugar con ellos despu¨¦s. Los padres deben ser firmes y no cambiar de parecer a los pocos minutos. Y a?aden: ¡°Nunca debes chantajear a tu peque?o con algo que realmente necesite, como comida¡±.

4. Escucha a tu hijo.?Escuchar es fundamental. Espera que tu hijo termine de explicarte lo que le ocurre antes de ayudarle. Si el comportamiento se repite, intenta razonar con ¨¦l antes de decirle cu¨¢les ser¨¢n las consecuencias de su comportamiento.

5. Prestar atenci¨®n.?La herramienta m¨¢s poderosa para educar es prestar atenci¨®n, ya que ¡°refuerza los comportamientos positivos frente a los negativos¡±.

6. Fortalecer sus comportamientos positivos.?Los padres deben evitar fijarse exclusivamente en lo negativo.

7. Ignorar un mal comportamiento.?Puede ser una buena opci¨®n algunas veces, ya que puede otorgar al ni?o cierta autonom¨ªa para ser el mismo el que descubra las consecuencias de su mal comportamiento.

8. Hay que estar preparado para el enfrentamiento.?Cuando somos conscientes de lo que hace que nuestros hijos se comporten mal, nos hace ser previsores y reaccionar de una manera m¨¢s calmada y firme.

9. Reconducir el mal comportamiento, ya que?muchas veces nuestros hijos se portan mal porque est¨¢n aburridos, cansados o no lo saben hacer mejor. Intenta buscar otra actividad que el ni?o domine o con la que se lo pase bien.

10. Tiempo fuera. A pesar de la controversia que produce el tiempo fuera entre ciertos sectores educativos, los pediatras de EE UU lo recomiendan cuando alguna norma estipulada por la familia se rompe. Aunque aconsejan avisar al ni?o antes de aplicarla. Seg¨²n estos expertos, la duraci¨®n debe ser de un minuto por a?o del ni?o. Por lo que si el peque?o tiene tres a?os, ser¨ªan tres minutos. Seg¨²n explican, tambi¨¦n se puede intentar hacer que lo gestione el peque?o: ¡°Vete al cuarto y cuando te encuentres mejor y m¨¢s calmado, vuelve¡±.

Adem¨¢s de seguir estas pautas, los pediatras coinciden en que los padres deben ser conscientes de que no es lo mismo hablar con un beb¨¦ que con un adolescente y que ¡°tienen que adaptar su lenguaje y normas a la edad de sus hijos¡±.

Seg¨²n explican, con los ni?os de 0 a 3 funciona mejor el ejemplo, ya que aprenden por imitaci¨®n y el lenguaje positivo; mientras que con m¨¢s de tres, ¡°lo mejor es reforzar lo bueno e ignorar lo malo¡±. Para los mayores de seis a?os, los pediatras dicen que ¡°cuando hagan algo mal, hablemos con ellos de las opciones buenas y malas que tienen ante esa situaci¨®n problem¨¢tica¡±. En cambio, con los adolescentes aconsejan ¡°que se ponga en una balanza lo que esperamos de ellos y lo que son capaces de hacer y se act¨²e en consecuencia y de forma realista¡±.

En resumen, para educar sin azotes ni gritos ni humillaciones hay tres vertientes fundamentales: la escucha activa, que permite que tanto el ni?o como nosotros comprendamos por qu¨¦ sucede el mal comportamiento; la empat¨ªa, para ser capaces de ponernos en el sitio del otro y el respeto, para huir de cualquier vejaci¨®n y as¨ª promover el desarrollo saludable del menor y fomentar las relaciones familiares sanas.