Dar una ¡®torta¡¯ a tiempo no soluciona nada
Aunque el castigo f¨ªsico est¨¢ prohibido en muchos pa¨ªses, es un tema que suscita pol¨¦mica entre padres que consideran que su regulaci¨®n supone entrometerse en su forma de educar
El caso reciente de un padre condenado por abofetear a su hija tras negarse a hacer los deberes nos demuestra que, aunque se haya luchado con ah¨ªnco los ¨²ltimos a?os por los derechos y respeto de todos los menores, la disciplina con violencia sigue vigente. Este progenitor ha sido condenado a 56 d¨ªas de trabajos en beneficio de la comunidad por las lesiones que le caus¨® a su hija que tardaron ocho d¨ªas en curar. Tambi¨¦n se le ha interpuesto una orden de alejamiento. El tribunal ha establecido en su sentencia que "en ning¨²n caso puede entenderse que el derecho de correcci¨®n justifique el que un padre golpee a una hija menor de edad". Pegar a tu hijo es ilegal y as¨ª lo indica la ley espa?ola. Pero, ?qu¨¦ ocurre con el hecho de dar un azote? Aunque el castigo f¨ªsico est¨¢ cada vez peor visto, sigue suscitando pol¨¦mica entre muchos padres que consideran que su regulaci¨®n supone entrometerse en su forma de educar.
Hoy los ni?os viven en una constante evaluaci¨®n. "Hay una colonizaci¨®n de la infancia que tiene unas consecuencias negativas en los menores, que les impide desarrollar adecuadamente su autonom¨ªa y creatividad", explica Jos¨¦ Ram¨®n Ubieto, psicoanalista y profesor colaborador de la Universidad Oberta de Catalu?a. "Todo esto conlleva que les sobreestimulemos y sobreprotejamos, creando una generaci¨®n a la que no se le permite evolucionar a su propio ritmo, llevando a la obsesi¨®n de muchos padres a controlar todo lo que hacen sus hijos", a?ade el experto.
Las afirmaciones como mejor una torta a tiempo est¨¢n basadas en la necesidad de poner l¨ªmites a los ni?os durante su desarrollo
Esta conducta puede llegar a que los progenitores pierdan las formas y usen el castigo f¨ªsico, aunque sea de forma puntual, como medida correctiva. Y ¡°a pesar de que son conscientes de que est¨¢ mal, muchos optan por dar un cachete¡±, a?ade el tambi¨¦n autor del libro Ni?os Hiper (NED ediciones). ¡°Soy de la creencia de que no hay penalizar un azote, pero tenemos que ser conscientes de que no conseguiremos el efecto esperado¡±, argumenta Ubieto.
Muchas veces, por ejemplo, ante una rabieta del peque?o en un supermercado, los padres sufren y terminan por darle un azote. ¡°En estas situaciones podemos evitar el cachete, alej¨¢ndonos, dej¨¢ndolos tranquilos, porque se les pasar¨¢. Si el ni?o nota que domina la situaci¨®n no va a parar y es cuando llega la torta, debido al sentimiento de impotencia de los padres, que responde al miedo inherente actual de los padres a perder el amor de sus hijos¡±, incide el experto. ¡°Lo mejor que se puede hacer, cuando perdemos el control varias veces, es buscar ayuda. Replantearnos la relaci¨®n familiar. Lo que est¨¢ claro es que las bofetadas no son el recurso, son cosas de otra ¨¦poca, no producen el efecto deseado¡±.
Una investigaci¨®n publicada en el Journal of Family Psychology?en 2016 apuntalaba que los azotes tienen el resultado opuesto al que buscan los padres. El metaestudio, que analizaba los datos recogidos durante 50 a?os con una muestra de 160.000 ni?os, conclu¨ªa que los cachetes est¨¢n asociados a una mayor probabilidad de desarrollar conductas desafiantes hacia los progenitores, de exhibir comportamientos antisociales y de sufrir problemas psicol¨®gicos, entre otros. Para el an¨¢lisis, se desech¨® el abuso f¨ªsico grave. ¡°Los azotes no solo duelen cuando se dan, sino que su efecto es prolongado en el tiempo¡±, aseguraban los autores del estudio de las universidades de Austin y Michigan.
No podemos justificar ning¨²n tipo de violencia, ni siquiera la que sucede tras perder los nervios o en una ocasi¨®n muy puntual
En esta l¨ªnea, Olga Carmona, psic¨®loga infantil del grupo Ceibe,?cree que no hay debate posible. "Nuestro objetivo es trabajar para extinguir de nuestra cultura que cualquier forma de violencia sea v¨¢lida¡±, explica rotunda Carmona. Para esta experta, ¡°aquellos padres que sostienen que funciona y defienden la bofetada a tiempo, lo creen porque obtienen la conducta deseada moment¨¢neamente, pero es un espejismo doloroso. Lo que ese ni?o est¨¢ haciendo es responder a unas expectativas por miedo, para evitar el golpe, no aprende nada".
Adem¨¢s, Carmona cree que el "menor, de aprender algo, es que la violencia es una herramienta v¨¢lida¡±. La psic¨®loga explica que el cachete tiene que ver con un impulso. ¡°Ning¨²n padre, o casi ninguno, planifica dar un cachete¡±, sostiene la experta. Y cree que estas situaciones ¡°suelen ser producto de la impotencia, de la falta de control y de recursos, del cansancio, del bloqueo". "Es cierto que a veces los ni?os nos llevan al l¨ªmite. Pero es nuestra responsabilidad aprender a no reaccionar. Cuando se les educa desde el amor y el respeto, los ni?os son capaces de detectar cuando no les est¨¢n tratando bien y defenderse¡±, concluye Carmona.
Ver¨®nica P¨¦rez, psic¨®loga infantil del centro Ra¨ªces, a?ade que ¡°el problema que nos encontramos es que hay muchas familias que todav¨ªa no conocen otra manera de poner l¨ªmites que no sea ejerciendo violencia f¨ªsica o verbal, por eso es tan necesario detectar estas carencias y ayudar a crear alternativas de actuaci¨®n en casa¡±. Esta experta asegura que ¡°los padres se sienten culpables tras pegar a sus hijos, pero en una situaci¨®n similar vuelven a ejercer violencia. Tienen que ser conscientes de la gran responsabilidad que conlleva educar y que busquen ayuda si no saben c¨®mo abordar estas situaciones".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.