?tica para el estudio del cerebro
El autor defiende que resulta imprescindible involucrar a toda la sociedad en los aspectos neuro¨¦ticos de los avances en neurociencias
En las ¨²ltimas d¨¦cadas se produjeron importantes transformaciones en el campo de las neurociencias gracias a las nuevas herramientas y tecnolog¨ªas desarrolladas (como las neuroim¨¢genes) y el trabajo mancomunado de investigadores de diversas disciplinas. Este crecimiento extraordinario, que fue acompa?ado por un gran entusiasmo internacional, hizo que se consideraran a esos a?os como ¡°la d¨¦cada del cerebro¡±. Sin embargo, mientras que otras ¨¢reas de la ciencia cuentan con sus propios campos espec¨ªficos para reflexionar y analizar sobre la forma de hacer investigaci¨®n, as¨ª como tambi¨¦n para evaluar sus efectos y consecuencias (por ejemplo, la bio¨¦tica), a lo largo de estos a?os se plante¨® en menor medida el impacto y los alcances que podr¨ªan tener esos nuevos descubrimientos neurocient¨ªficos sobre la sociedad.
Es posible considerar que ciertas cuestiones de este campo incumben tambi¨¦n a la bio¨¦tica y pueden ser abordadas desde ella. Pero los profundos avances dados potenciaron la necesidad de un ¨¢rea espec¨ªfica: la neuro¨¦tica. Aunque algunos consideran que se trata simplemente de una ¡°bio¨¦tica del cerebro¡±, la neuro¨¦tica abarca el campo de la filosof¨ªa que discute los beneficios y peligros de las investigaciones sobre el cerebro humano. Y, en relaci¨®n a ello, considera lo t¨¦cnicamente viable con lo ¨¦ticamente aceptable.
En l¨ªnea con esta idea, en 2002 m¨¢s de 150 neurocient¨ªficos, bioeticistas, psiquiatras, psic¨®logos, fil¨®sofos, expertos en leyes y pol¨ªticas p¨²blicas se reunieron para discutir acerca de la ¨¦tica de los avances que se estaban produciendo en el ¨¢rea de las neurociencias. Esta conferencia celebrada en San Francisco, denominada Neuroethics: Mapping the Field, fue el punto de partida de la neuro¨¦tica como campo del saber. Luego, cuando el ¨¢rea fue creciendo cada vez m¨¢s, se cre¨® la International Neuroethics Society, se fundaron revistas cient¨ªficas, como Neuroethics y AJOB Neuroscience, dedicadas a la tem¨¢tica, se difundieron art¨ªculos especiales en las revistas cient¨ªficas m¨¢s prestigiosas y se public¨® el libro El cerebro ¨¦tico (The Ethical Brain), del prestigioso profesor Michael Gazzaniga.
En 2013, fueron lanzados dos ambiciosos proyectos para los que se invirtieron much¨ªsimos recursos: Human Brain Project (HBP) y BRAIN Initiative, en Europa y Estados Unidos respectivamente. El HBP propone establecer una infraestructura de investigaci¨®n cient¨ªfica con tecnolog¨ªa de punta que aborde todo lo respectivo a la investigaci¨®n del cerebro, las neurociencias cognitivas y la computaci¨®n inspirada en el cerebro. BRAIN apunta a desarrollar y aplicar tecnolog¨ªas innovadoras para crear una imagen din¨¢mica de c¨®mo funciona el cerebro. Si bien estos proyectos difieren en cuanto a su enfoque cient¨ªfico y su estructura, ambos son complementarios porque buscan ampliar y revolucionar nuestro conocimiento sobre el cerebro. En consecuencia, teniendo en cuenta el impacto que sus descubrimientos pueden causar en la vida de las personas, ambos han considerado la neuro¨¦tica desde sus comienzos.
En el caso de BRAIN, a pedido del expresidente Barack Obama, se tomaron en cuenta las consideraciones ¨¦ticas desde una comisi¨®n presidencial de bio¨¦tica (Presidential Commission for the Study of Bioethical Issues), que public¨® como resultado de su trabajo dos reportes que recomendaban que la neuro¨¦tica fuera considerada y estuviera integrada a lo largo de todas las actividades neurocient¨ªficas. Por ello, se organiz¨® un subcomit¨¦ de neuro¨¦tica dentro de los grupos de trabajo de BRAIN cuya funci¨®n es hacer recomendaciones acerca de c¨®mo esta iniciativa deber¨ªa encarar las cuestiones y problemas ¨¦ticos que surjan. As¨ª, se espera que este grupo pueda generar gu¨ªas de consulta o considerar las implicaciones ¨¦ticas de las ¨¢reas que se proponga financiar dentro del proyecto.
En los ¨²ltimos a?os hemos sabido m¨¢s sobre el cerebro que en toda la historia de la humanidad. Esta revoluci¨®n de los estudios sobre el cerebro requiere de una reflexi¨®n permanente y de una evaluaci¨®n profunda de su impacto para que se respete, se proteja y se desarrolle lo que es mejor para la humanidad
Por su parte, el HBP fue m¨¢s r¨¢pido en cuanto a las consideraciones ¨¦ticas puesto que estas estuvieron presentes ya desde el planteamiento inicial del proyecto. El subproyecto de ¨¦tica, llamado SP12 Ethics and Society, es parte del n¨²cleo de investigaci¨®n y no solo se limita a los aspectos filos¨®ficos y neuro¨¦ticos, sino que incluye el an¨¢lisis de las potenciales implicancias de los resultados obtenidos en las investigaciones sobre aspectos industriales, econ¨®micos y sociales. Adem¨¢s, este grupo estudia la percepci¨®n p¨²blica sobre estos temas y se encarga de realizar tareas de difusi¨®n a trav¨¦s de conferencias y workshops.
Es fundamental reconocer el inter¨¦s que hoy tiene la comunidad mundial sobre los prometedores resultados de los estudios sobre el cerebro. Por eso resulta imprescindible involucrar a toda la sociedad en los aspectos neuro¨¦ticos de los avances en neurociencias, porque esta se ver¨¢ directamente involucrada en esos desarrollos. Las novedades en el conocimiento y las consideraciones neuro¨¦ticas no deben limitarse a un panel de expertos, sino que debe implicarse a la sociedad en su conjunto. Claro que la divulgaci¨®n tambi¨¦n es clave en este proceso. Todos aquellos que tenemos la posibilidad difundir estos estudios no solo debemos comprender las expectativas y miedos, sino tambi¨¦n limitar las falsas esperanzas y los malentendidos que pueden resultar de informaci¨®n cient¨ªfica muy simplificada.
En los ¨²ltimos a?os hemos sabido m¨¢s sobre el cerebro que en toda la historia de la humanidad. Los adelantos tecnol¨®gicos prometen explorar a¨²n m¨¢s sobre su funcionamiento y dise?ar un sinf¨ªn de nuevas aplicaciones (la interfaz cerebro-m¨¢quina, por ejemplo). Esta revoluci¨®n de los estudios sobre el cerebro requiere de una reflexi¨®n permanente y de una evaluaci¨®n profunda de su impacto para que se respete, se proteja y se desarrolle lo que es mejor para la humanidad.
Facundo Manes?es doctor en Ciencias de la Universidad de Cambridge, neur¨®logo, neurocient¨ªfico, investigador del CONICET y del Australian Research Council (ACR) Centre of Excellence in Cognition and its Disorders, Presidente de la Fundaci¨®n INECO y profesor de la Universidad Favaloro (Argentina), University of California San Francisco -UCSF-, Medical University of South Carolina (EE. UU.) y Macquarie University (Australia).
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