Mi hijo est¨¢ en percentil 3, ?qu¨¦ hago?
Muy pocos ni?os con bajo peso y estatura sufren alguna patolog¨ªa, afirman los pediatras, que recuerdan que la delgadez no es una enfermedad
¡°Cuando era beb¨¦, sufr¨ªa con la familia, en el pediatra, en la guarder¨ªa, con las amigas y hasta en las salas de lactancia, cuando las mam¨¢s comparaban a sus nenes de triple michel¨ªn y fardaban de percentiles. Que si mi hijo est¨¢ en el 90, que si el m¨ªo usa la talla de nueve meses y tiene tres¡ y as¨ª todo el rato, como si fueran a vender a sus reto?os por kilos en la carnicer¨ªa¡±, recuerda Beatriz Jim¨¦nez, mam¨¢ de un ni?o de cuatro a?os que, desde que naci¨®, se ha movido en los l¨ªmites de la normalidad, rozando el percentil 3 de talla y peso. Eso s¨ª, ¡°sano como una pera¡±. Su hijo, que no fue prematuro, naci¨® peque?o: 2,250 kilos y 46 cent¨ªmetros. Y as¨ª sigue. ¡°Encima, siempre ha sido muy mal comedor¡±, se lamenta esta madre, que no ha parado hasta descartar cualquier tipo de patolog¨ªa.
?Qu¨¦ significa estar en percentil 3? Que de cada 100 ni?os, 97 son m¨¢s altos y pesan m¨¢s. Iv¨¢n Caraba?o, m¨¦dico adjunto de Digestivo y Nutrici¨®n Infantil del hospital 12 de Octubre de Madrid, prefiere verlo en positivo: ¡°Quiere decir que su hijo pesa m¨¢s que el 3% de la poblaci¨®n¡±. ¡°El percentil 3 tiene su derecho a existir, es tan elegante o m¨¢s que otros. Un ni?o por estar en un percentil bajo no est¨¢ ni menos ni m¨¢s sano que otro en el 97¡±, le quita tambi¨¦n hierro el pediatra Jos¨¦ Mar¨ªa Paricio, subdirector m¨¦dico del hospital Francesc de Borja (Gand¨ªa) y autor de T¨² eres la mejor madre del mundo (Ediciones B, 2013). El pediatra Carlos Gonz¨¢lez, que escribi¨® Mi ni?o no me come?(Temas de hoy,?1999) entre otros muchos libros de crianza, alimentaci¨®n y salud infantil, sentencia: ¡°El percentil 3 es tan normal como otro cualquiera¡±.
Sin embargo, los padres lo viven con mucha preocupaci¨®n, en parte porque ¡°sobreestiman la cantidad de alimento que deben ingerir sus hijos¡±, seg¨²n Caraba?o, en parte porque todo padre quiere que su hijo sea ¡°guapo, alto y listo¡±, opina Carlos Casabona, pediatra especializado en alimentaci¨®n infantil y autor de T¨² eliges lo que comes (Paid¨®s, 2016). Y en parte, tambi¨¦n, porque muchos pediatras tuercen el gesto cuando pesan a un beb¨¦ que va justo. Los expertos consultados coinciden en que hay m¨¦dicos "no actualizados" que ¡°asustan¡± a los padres sin raz¨®n. Pero, ?cu¨¢ndo s¨ª la hay? ¡°El peso debe ser adecuado a la talla. Si un ni?o estuviera en el percentil 90 de talla y en el 3 de peso, tendr¨ªa que verlo el m¨¦dico. Y si es al rev¨¦s, tambi¨¦n. Pero si est¨¢ en el 3 de peso y de talla, lo ¨²nico que hay que hacer es dejarlo en paz¡±, recomienda Gonz¨¢lez.
¡°El problema¡±, subraya Paricio, ¡°no es estar en un momento determinado en un percentil determinado, sino la evoluci¨®n¡±. ¡°Si siempre ha estado en torno a ese percentil, a veces algo por arriba y otras, algo por abajo, como el dibujo de los dientes de una sierra, es normal. Lo que puede no ser normal es haber bajado de modo exagerado, eso hay que vigilarlo¡±, recomienda, para subrayar que ¡°se debe valorar si juega, se cansa, se r¨ªe, no para, c¨®mo y qu¨¦ come¡¡±. Caraba?o ahonda en esta l¨ªnea: ¡°Deben saltar las alarmas si un ni?o de dos o tres a?os est¨¢ mantenidamente por debajo del 3, no de forma aislada sino en dos mediciones en tiempos distintos, y tambi¨¦n si naci¨® con un peso normal y se cr¨ªa bien pero cae dos o m¨¢s percentiles a lo largo del tiempo¡±. El especialista del 12 de Octubre a?ade ¡°un dato que los padres no saben: si naci¨® con bajo peso, hasta los 3/4 a?os se va a mantener por debajo de la curva porque las tablas usan como punto de normalidad el ni?o est¨¢ndar nacido con tres kilos¡±.
Las causas de esta ca¨ªda por debajo del percentil 3 o ¡°fallo de medro¡± se pueden agrupar en cuatro grupos, explica Caraba?o, que son la ¡°ingesta insuficiente de nutrientes, la reducci¨®n de apetito, cuadros malabsortivos de alimentos, dentro de los que est¨¢ la enfermedad celiaca, y las necesidades aumentadas de nutrientes por ejemplo por c¨¢ncer o hipertiroidismo¡±. En Espa?a, se estima que ¡°hay fallo de medro en entre el 5% y el 10% de los ni?os de menos de tres a?os¡±, indica el m¨¦dico del 12 de Octubre, aunque ¡°lo m¨¢s frecuente es que sea un ni?o flaquito y no haya problemas de base¡±. Esta cifra proviene de datos hospitalarios, pero en un estudio en Asturias, hecho en poblaci¨®n sana, solo hab¨ªa 1% de fallo de medro, matiza Casabona. ¡°Hay que averiguar si hay o no un problema de salud¡±, sentencia Paricio.
Trucos para padres angustiados
Para evitar que la hora de la comida se convierta en un infierno, Iv¨¢n Caraba?o, m¨¦dico adjunto de Digestivo y Nutrici¨®n Infantil del hospital 12 de Octubre de Madrid, recomienda en primer lugar "fuera pantallas, no tele, no tablet, no m¨®vil", as¨ª como "introducir una din¨¢mica conversacional y no centrada en el acto de comer". "Por ejemplo, compartir el momento favorito del d¨ªa en plan Mr. Wonderful", aconseja el doctor, que pide que se abandone la rutina de repetir como un disco rayado "come, come, come".
Tambi¨¦n se puede a?adir calor¨ªas a lo que ingieren, contin¨²a este pediatra, ¡°como sustituir los yogures normales por griegos, perderle el miedo a los rebozados, que son una buena ruta para que tomen aceite de oliva virgen extra, introducir una peque?a cantidad de nata o quesitos en los pur¨¦s, dar frutos secos a los mayores de tres a?os, rellenar la carne asada con frutas desecadas¡¡±. ¡°Los ni?os con percentil bajo tienen que comer sano, como todo el mundo¡±, zanja Basulto.
?C¨®mo? ¡°Se le hace una historia cl¨ªnica y una exploraci¨®n completa para descartar signos de alarma de enfermedad, una encuesta diet¨¦tica para evaluar lo que come y una exploraci¨®n complementaria con varias pruebas, entre ellas la inmunoglobulina ¡ªmedir sus defensas¡ª y los anticuerpos de la celiaqu¨ªa, un hemograma y un cultivo de orina, porque las infecciones en los ni?os a veces se expresan en inapetencia¡±, detalla Caraba?o, quien considera ¡°prudente llevar a cabo un seguimiento durante unos meses, aunque la mayor parte de los casos se autorresuelve¡±.
Junto con la talla y el peso, lo que termina por desquiciar a los progenitores es que estos ni?os suelen ser mal comedores. ¡°?Qu¨¦ veh¨ªculo consume m¨¢s gasolina: un cami¨®n o un 600?¡±, se pregunta Julio Basulto, dietista-nutricionista y autor del libro sobre alimentaci¨®n infantil Se me hace bola?(Debolsillo, 2013). ¡°Los ni?os con percentiles bajos por supuesto que comen poco, porque al ser m¨¢s peque?os necesitan menos calor¨ªas que el que tiene m¨¢s masa, aunque hay excepciones, ese ni?o palillo que come como una lima. El metabolismo de los ni?os es muy variable, lo que s¨ª sabemos es que su apetito es un buen marcador de las calor¨ªas que necesita salvo excepciones, no como los adultos, que somos del club del plato limpio¡±, explica.
Todos los expertos coinciden en que nunca ¡°hay que intentar engordar a un ni?o y, mucho menos, forzarlo a comer¡± y todos?borrar¨ªan del imaginario paterno la expresi¨®n "mal comedor", que?Casabona sustituye por "poco necesitador o ahorrativo". ¡°Si una persona de 50 kilos se come un filete, un ni?o de dos a?os que pesa 12 kilos tiene que comer un cuarto¡±, subraya Caraba?o, que a?ade que ¡°los padres eligen qu¨¦ comen los ni?os y ellos, la cantidad¡±. Tambi¨¦n coinciden en la necesidad de tranquilizar a los progenitores una vez descartada toda patolog¨ªa. ¡°Lo que nos preocupa es la obesidad, no la delgadez. La delgadez no es una enfermedad, ni en adultos ni en ni?os. Hay enfermedades que causan delgadez como la anemia ferrop¨¦nica, la celiaqu¨ªa o las alergias, y trataremos esa enfermedad, no la delgadez¡±, hace hincapi¨¦ Basulto. Casabona recuerda que "el 40% de la poblaci¨®n pedi¨¢trica tiene sobrepeso u obesidad y est¨¢ diagnosticado menos de un 10%".?
Cuando nos preocupa m¨¢s un percentil 3 que la obesidad
Pero, ?por qu¨¦ nos preocupa m¨¢s un ni?o en percentil 3 que uno con obesidad? ¡°Hay muchos motivos y algunos, heredados. Esta sociedad por tradici¨®n alaba la gordura, hace 100 a?os estar delgado era sin¨®nimo de estar enfermo, pero ya no. Otro factor es la publicidad, que muestra ni?os rechonchitos y crea modelos que se quedan en la retina y un tercer factor son los propios sanitarios que en muchas ocasiones asustamos injustificadamente a los padres y madres¡±, opina Basulto.
Los expertos alertan de que detr¨¢s del abandono de muchas lactancias est¨¢ la percentilitis y la "peligrosa y absurda" man¨ªa de pesar con frecuencia a los ni?os. ¡°Si tuvi¨¦semos que priorizar algo en la alimentaci¨®n de un ni?o con bajo peso no ser¨ªan las frutas, ni hortalizas, ni las legumbres, ni las papillas, sino la leche materna a demanda o, en su defecto, de f¨®rmula, durante el primer a?o. Es el alimento que aporta m¨¢s calor¨ªas en menos tiempo al ni?o, son calor¨ªas l¨ªquidas saludables. Es justo lo contrario que lo que se suele aconsejar¡±, se lamenta Basulto.
Para Casabona, la informaci¨®n sobre el percentil no deber¨ªa aparecer en la cartilla de los ni?os porque es ¡°una herramienta de los m¨¦dicos y no de los padres¡±. Haber empezado a comunicarles estos datos ha hecho que?los progenitores?est¨¦n ahora ¡°m¨¢s preocupados por la talla y el peso que por el desarrollo motor o cualquier otro aspecto de la salud de sus hijos¡±. Dicha herramienta, recuerda, ten¨ªa ¡°importancia hace 100 a?os, cuando la mortandad infantil era alta y era una manera de detectar enfermedades serias, pero hoy en d¨ªa no es un dato de salud, sino estad¨ªstico¡±. "En la Espa?a de hace 40, 50 o 60 a?os se miraba con envidia a los extranjeros, porque eran mucho m¨¢s altos, pero ya hemos alcanzado el l¨ªmite de talla.?A los padres de hoy hay que decirles que es muy probable que sus hijos no les superen, no podemos pedir que cada generaci¨®n supere en cuatro o cinco cent¨ªmetros a la anterior", concluye.
C¨®mo evitar que tu hijo tenga complejo de bajito
Una cosa es ser peque?o y otra tener un complejo y, ah¨ª, la actitud de los padres es "fundamental", destaca la psic¨®loga infantil Silvia ?lava, autora de Queremos hijos felices (JdeJ, 2014), que recomienda cuatro normas b¨¢sicas: aceptar, no comparar, no juzgar y subrayar los puntos positivos.
¡°Hay ni?os que pueden tener m¨¢s tendencia a compararse, ser m¨¢s inseguros y tener menos autoestima, pero el complejo suele partir de los padres. Son ellos los que est¨¢n acomplejados porque tienen un hijo bajito o porque ellos mismos son bajitos¡±, explica la experta.
Para evitar que el ni?o acabe acomplejado, ¡°lo primero es aceptar la diversidad y los primeros que tienen que hacerlo son los padres que, sin quererlo, pueden estar fomentando un problema en su hijo¡±, subraya ?lava. Los padres deben "ense?ar al ni?o a aceptarlo tambi¨¦n¡± y ¡°aprender a no juzgar y a no comparar¡±. ¡°Producto de nuestra preocupaci¨®n, es muy posible que acabemos compar¨¢ndolos todo el d¨ªa y en negativo, cuando lo que debemos hacer es destacar las fortalezas del ni?o, que puede ser bajito, pero tambi¨¦n es inteligente, perseverante, amable, agradable¡±. "Si juzgas y comparas, t¨² te sientes mal y el ni?o se siente mal¡±, a?ade. ¡°Ser diferente no implica ser menos¡±, recuerda la psic¨®loga.
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