El novelista en la butaca
Cines, comercios, restaurantes y bares que ya no existen est¨¢n en la pel¨ªcula tal como estaban antes. 'Roma' es un verdadero milagro
Siempre he imaginado al novelista como un director de cine, solo que, lejos del ajetreo de los estudios y de los rodajes a cielo abierto, trabaja en soledad, y es adem¨¢s guionista, camar¨®grafo, escen¨®grafo, y, por fin, editor, porque hace el montaje y corrige y suprime hasta conseguir la versi¨®n final.
En esa gran superproducci¨®n escrita que es Guerra y Paz, Tolstoi sube a la gr¨²a para tener una visi¨®n completa del campo de batalla de Borodin¨®, las tropas de Napole¨®n de un lado, y del otro a las del general Kutuzov: formaciones de soldados de infanter¨ªa en la lejan¨ªa, el fogonazo de los ca?ones, la caballer¨ªa. Pero tambi¨¦n quita los techos de los palacios de Mosc¨² para filmar los bailes de gala, y rebana las paredes a las alcobas para que la c¨¢mara no tenga estorbos en las tomas de primer plano de las escenas de amor.
Y, al rev¨¦s, el director de cine como novelista. Es la sensaci¨®n que he tenido al ver Roma de Alfonso Cuar¨®n, una minuciosa exploraci¨®n sentimental de la infancia, cada fotograma en blanco y negro una pieza infaltable. Cuar¨®n no ha querido correr riesgos con la fidelidad a su memoria, y por eso, como Tolstoi, adem¨¢s de director es el guionista, camar¨®grafo, editor, y no me cabe duda que tambi¨¦n responsable de la escenograf¨ªa, que es parte esencial del proceso de reconstrucci¨®n del pasado.
Una saga autobiogr¨¢fica que tiene su punto de irradiaci¨®n en la casa n¨²mero 21 de la calle Tepeji en la colonia Roma, construida en 1902 bajo la dictadura de Porfirio D¨ªaz, mansiones de estilo art noveau y neocl¨¢sico en el coraz¨®n del antiguo Distrito Federal, destinadas a las ¨¦lites, y que luego pasaron a ser ocupadas por familias de clase media acomodada.
Hay un doble relato en Roma: uno ¨ªntimo, que retrata la vida de una familia abandonada por el padre, cuando la madre debe sacar adelante a sus cuatro hijos varones, aunque la historia se desliza hacia la figura de Cleo, la empleada dom¨¦stica mixteca que es el alter ego de la nana que marc¨® la vida de Cuar¨®n, Libo Rodr¨ªguez, ¡°su segunda madre¡± y quien se convierte en el eje sentimental, y dram¨¢tico, de la pel¨ªcula.
El otro relato corresponde a la vida p¨²blica, y lo que ocurre puertas adentro del hogar est¨¢ conectado a los acontecimientos de la historia nacional. Se abre la d¨¦cada de los setenta con la ascensi¨®n al poder del presidente Luis Echeverr¨ªa, a quien Gustavo Diaz Ordaz, responsable de la masacre de estudiantes de Tlatelolco en 1968, escoge como sucesor.
Habr¨¢ entonces otra masacre de estudiantes el jueves de corpus de 1971, ejecutada por ¡°Los Halcones¡±, un grupo paramilitar, con 120 asesinados. ¡°El halconazo¡± entra en la vida de los protagonistas, y por tanto en la pel¨ªcula. ¡°Hay per¨ªodos en la historia que asustan a las sociedades y momentos en la vida que nos transforman como individuos", dice Cuar¨®n.
Otros art¨ªculos del autor
El novelista explora en su propia memoria, y utiliza las palabras para recrearla. El director de cine busca tambi¨¦n revivir el pasado a trav¨¦s de im¨¢genes, sin pasar por las palabras. Es aqu¨ª donde los dos oficios se separan, pero el proceso de reconstrucci¨®n viene a ser el mismo.
La escritura cambia al novelista una vez culminada su exploraci¨®n, y el cineasta que ha puesto el ojo en el visor de la c¨¢mara para filmar su propio pasado, cambia radicalmente tambi¨¦n. ¡°Es imposible seguir siendo la misma persona de antes despu¨¦s de hacer un experimento en el que te remites a tus recuerdos m¨¢s lejanos¡±, dice Cuar¨®n. ¡°Son como una grieta en la pared que tratas de tapar con capas y capas de pintura, pero no desaparece, contin¨²a all¨ª, aunque sientas que no existe¡±.
Es el poder inconmensurable de la obra de arte, cambiar a quien la ejecuta, y cambiar a los dem¨¢s en la oscuridad de la sala, o en el sill¨®n de lectura. En la penumbra, cuando pasan al final los cr¨¦ditos, mi sensaci¨®n es primero de asombro. He visto desplegarse ante mis ojos un pasado de relieves concretos, im¨¢genes hiperrealistas cuidadosamente detalladas que puestas en sucesi¨®n vienen a ser el todo.
¡°Esto es imposible¡± me dice al salir Gonzalo Celorio, quien vivi¨® de ni?o en la misma colonia Roma. Cines, comercios, restaurantes, bares que ya no existen m¨¢s, est¨¢n en la pel¨ªcula tal como ¨¦l los conoci¨® y los recuerda. Imposible porque se trata de un milagro. Roma es un verdadero milagro.
Sergio Ram¨ªrez es escritor y premio Cervantes de 2017.
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