Reforma rectificada

Uno de los compromisos m¨¢s firmes del Gobierno de Pedro S¨¢nchez es el de derogar la reforma laboral de Mariano Rajoy. El anuncio p¨²blico de que los sindicatos y el Ministerio de Trabajo han avanzado en un posible acuerdo que permita modificar aspectos importantes de la legislaci¨®n laboral vigente, tales como devolver la primac¨ªa a los convenios sectoriales sobre los de empresa, restituir la ultraactividad (vigencia del convenio vigente mientras se negocia otro distinto), imponer una regulaci¨®n m¨¢s estricta a la subcontrataci¨®n o pagar el subsidio de 430 euros a los parados mayores de 52 a?os, permite concebir la esperanza de que en los primeros meses del a?o se concreten por fin cambios sustanciales en la reforma laboral de 2012. Todav¨ªa se est¨¢ a tiempo de mejorar, siquiera parcialmente, las condiciones de trabajo en el mercado espa?ol.

Pero el anuncio citado ha provocado una protesta de la patronal CEOE, con el argumento de que el pacto vulnera los principios del di¨¢logo social. Se tratar¨ªa, en su opini¨®n, de un pacto bilateral del que no habr¨ªan sido informados directamente. Pero como la patronal ha participado en las negociaciones con el Gobierno y los sindicatos, tendr¨¢ que precisar un poco m¨¢s las razones de su ¡°indignaci¨®n¡±. No est¨¢ de m¨¢s recordar que la reforma laboral de 2012 fue aprobada imperativa y unilateralmente por el Gobierno sin tener en cuenta las objeciones de los sindicatos sobre los modelos de contrataci¨®n; no es razonable que se pretenda convertir la oposici¨®n de la patronal a los cambios que van adelantando el Gobierno y los sindicatos en una situaci¨®n de bloqueo permanente.

Casi nadie duda hoy sobre el fondo de la cuesti¨®n: la reforma laboral de 2012 ha deteriorado la calidad del empleo en Espa?a. Los da?os principales son un aumento de la precariedad laboral, un descenso pronunciado de los salarios y el enquistamiento del paro juvenil en tasas que duplican la media europea. Son los efectos contrarios de los que pretend¨ªa el Real Decreto Ley de 2012. Tal situaci¨®n es insostenible en t¨¦rminos de estabilidad social y tiene que ser corregida con la rapidez que permita la b¨²squeda de un acuerdo entre los agentes sociales. No hay que olvidar que lo que se conoce de las negociaciones es solo una parte de la rectificaci¨®n necesaria de la reforma laboral; y que es conveniente mantener viva la mesa de di¨¢logo social, con los empresarios sentados en ella, para completar, si la evoluci¨®n de la legislatura lo permite, una nueva legislaci¨®n laboral en 2019.

El Gobierno se encuentra ahora ante una decisi¨®n crucial que no podr¨¢ demorar demasiado, porque las circunstancias pol¨ªticas aprietan. O bien da un paso adelante e intenta transformar lo ya discutido (se trate de un pacto formal, de un preacuerdo o de avances significativos en la negociaci¨®n) en leyes mediante el recurso al decreto ley, o bien mantiene abierta la mesa de negociaci¨®n a la espera de que la CEOE se sume a los cambios propuestos, como ya ha sucedido en otras ocasiones. El movimiento de Comisiones Obreras publicando el avance en las negociaciones es claramente un intento de acelerar la ¡°reforma de la reforma laboral¡±; y la ¡°indignaci¨®n¡± expresada por la CEOE pretende influir en sentido contrario.