Por qu¨¦ la portada de ¡®Vogue¡¯ M¨¦xico con Yalitza Aparicio es hist¨®rica

Es una de las actrices del momento. Yalitza Aparicio ha deslumbrado con su debut cinematogr¨¢fico en la aclamada cinta del mexicano Alfonso Cuar¨®n, Roma, premiada el pasado verano con el Le¨®n de Oro en el Festival de Venecia y disponible en streaming desde este pasado fin de semana en Netflix. Aparicio interpreta a la sirvienta de una familia de clase media alta en la convulsa Ciudad de M¨¦xico de los a?os setenta del siglo pasado. Su trabajo ha recibido elogios un¨¢nimes, la revista Time la ha nombrado ¡°la mejor interpretaci¨®n del a?o¡± y acaba de protagonizar la portada del n¨²mero de enero de la edici¨®n mexicana de la revista Vogue. Hasta ah¨ª, todo dentro de la l¨®gica de la industria del espect¨¢culo. Lo revolucionario viene con el detalle de que Aparicio es una mexicana de origen mixteco, y sus rasgos ind¨ªgenas han levantado tanto orgullo como odio.

¡°Fea¡±. ¡°Prieta¡±. ¡°Naca¡±. Este tipo de adjetivos racistas y clasistas aparecen con frecuencia en las redes sociales cuando se habla de la figura de Aparicio (Oaxaca, 1993). En una sociedad con una identidad tan compleja y rica como la mexicana, los rasgos cauc¨¢sicos de una minor¨ªa de la poblaci¨®n todav¨ªa siguen siendo los que dominan en los medios, la publicidad y ¨Cpor supuesto¨C las estructuras de poder. Los ¡°g¨¹eros¡± (de piel clara) son una minor¨ªa en las estad¨ªsticas, pero su peso social es grande. Desde dentro de M¨¦xico se denuncia una y otra vez esta situaci¨®n y se pide que las instituciones reflejen la pluralidad social del pa¨ªs.?

Lo revolucionario viene con el detalle de que Yalitza es una mexicana de origen mixteco, y sus rasgos ind¨ªgenas han levantado tanto odio como orgullo

Estudios del Instituto Nacional de Estad¨ªstica en M¨¦xico o campa?as de organizaciones no gubernamentales denuncian que cuanto m¨¢s oscuro y m¨¢s asociado a rasgos ind¨ªgenas es el mexicano, menos oportunidades se le brindan y menos probabilidades tiene de prosperar econ¨®mica y socialmente, am¨¦n de ser percibido como feo o poco deseable en algo tan primario como la concepci¨®n de la belleza.

Algunos lamentan tambi¨¦n que el trabajo de Aparicio haya sido valorado positivamente porque su papel de empleada dom¨¦stica entra dentro del patr¨®n mental de lo que para mucha gente puede realizar una ind¨ªgena mixteca. La cosa cambia, arguyen, cuando esa misma mujer aparece en la edici¨®n estadounidense de Vanity Fair vestida de Dior o en la portada Vogue M¨¦xico luciendo un vestido de Gucci.

No es la portada de una revista de cine: es Vogue, la revista de estilo de vida y moda m¨¢s influyente del mundo. El mensaje que est¨¢ transmitiendo esa portada es que la belleza ind¨ªgena es tan v¨¢lida y tan digna de figurar en la biblia de la moda como cualquier otra, racializada o no. Que no hay solo una forma de ser hermoso y que lo que de forma tradicional hemos identificado con lo bello ¨Cunos rasgos muy concretos, generalmente de origen europeo¨C puede ser desmontado.

En un mundo que se llena la boca con consignas por ¡°la belleza real¡±, el ¡°empoderamiento femenino¡± y la libertad de la mujer para ser bella, mostrar su cuerpo o desnudarse ¨Csobre todo si es hermosa en un modo can¨®nico¨C, algo tan sencillo como poner a una joven mixteca de Oaxaca en la portada de una revista resulta un grito de rebeld¨ªa inspirador.

Tambi¨¦n cuando Beverly Johnson se convirti¨® en la primera mujer afroamericana en aparecer en una portada de Vogue en 1974 llovieron los insultos tanto a ella como a la publicaci¨®n. El n¨²mero se convirti¨® en un icono inmediato y hoy es objeto de coleccionismo. Despu¨¦s de ella, muchas otras modelos negras han presidido la revista.

En los v¨ªdeos asociados a la entrevista de Vogue, la misma Aparicio hace referencia a su piel y a su origen: ¡°Se est¨¢n rompiendo estereotipos de que solo personas con un cierto perfil pueden aspirar a estar en una pel¨ªcula o en una portada de revista. Que est¨¦n conociendo estas otras caras de M¨¦xico me hace sentir feliz y orgullosa de mis ra¨ªces¡±. Su carrera como actriz solo acaba de empezar, pero ya podemos decir que Yalitza ha hecho historia.