?Para qu¨¦ sirve hoy la rep¨²blica?
Me desmoraliza que el l¨ªder de un partido de izquierda como Pablo Iglesias fomente problemas ficticios en vez de intentar resolver problemas reales.
No soy mon¨¢rquico. De hecho, no conozco a nadie con dos dedos de frente que lo sea, sobre todo si por monarqu¨ªa se entiende lo que se entendi¨® durante siglos. Pero no creo que la rep¨²blica sea la soluci¨®n a ninguno de nuestros problemas, y sospecho que Pablo Iglesias tampoco lo cree, aunque escriba art¨ªculos como ?Para qu¨¦ sirve hoy la monarqu¨ªa? (El Pa¨ªs, 22-11-2018), donde sostiene que nuestra democracia ser¨ªa mejor si fuese una rep¨²blica, con el ¨²nico argumento de que entonces se acceder¨ªa a la jefatura del Estado ¡°por elecciones y no por fecundaci¨®n¡±. ?En qu¨¦ se fundan mis sospechas?
En los a?os treinta, la ¨²ltima vez que se plante¨® seriamente en Espa?a el dilema entre monarqu¨ªa y rep¨²blica, monarqu¨ªa significaba dictadura y rep¨²blica significaba democracia. Hoy eso no ocurre, porque nuestra monarqu¨ªa es democr¨¢tica, es decir, una monarqu¨ªa basada en los principios republicanos y por tanto heredera en la pr¨¢ctica de la ¨²ltima democracia de nuestro pa¨ªs, la II Rep¨²blica: por eso el Rey deber¨ªa vindicar m¨¢s a menudo la herencia republicana (como hizo cuando homenaje¨® a los combatientes republicanos de La Nueve, aut¨¦nticos h¨¦roes de guerra que, integrados en la columna Leclerc, liberaron en 1944 el Par¨ªs ocupado por los nazis). ?Ser¨ªa mejor nuestra democracia si, en vez de una monarqu¨ªa, fuera una rep¨²blica? ?Lo ser¨ªan la democracia noruega, danesa, sueca o brit¨¢nica, que tambi¨¦n son monarqu¨ªas y, a la vez, algunas de las mejores democracias del mundo? Nadie lo cree, y por eso en dichos pa¨ªses el dilema entre monarqu¨ªa y rep¨²blica es irrelevante. En realidad, se trata de un falso dilema, y plantearlo equivale a ocultar los problemas reales del pa¨ªs tras un problema irreal: puro postureo de izquierdismo guay, a la larga letal para la izquierda. Porque lo que Iglesias deber¨ªa explicar no es para qu¨¦ sirve la monarqu¨ªa, sino para qu¨¦ servir¨ªa cambiarla por una rep¨²blica (aparte de para desatar una crisis pol¨ªtica de primer orden: cambiar la monarqu¨ªa significa cambiar de Constituci¨®n, ya que la monarqu¨ªa es la clave de b¨®veda de la de 1978, y empezar de nuevo, recayendo en la espiral de rupturas que ha sido el peor error de la pol¨ªtica espa?ola en los dos ¨²ltimos siglos): ?trocar sin m¨¢s la monarqu¨ªa por una rep¨²blica servir¨ªa para convertir Espa?a en un pa¨ªs m¨¢s libre, m¨¢s justo, m¨¢s igualitario y m¨¢s pr¨®spero? A menos que convirtamos la rep¨²blica en una soluci¨®n m¨¢gica, sentimental y embustera, como el Brexit, la respuesta no puede ser s¨ª. El verdadero dilema en Espa?a no es rep¨²blica o monarqu¨ªa, sino mejor o peor democracia, y la calidad de una democracia, hoy, no depende de si es una monarqu¨ªa o una rep¨²blica. Y esto lo sabe Iglesias, cuyo art¨ªculo est¨¢ por lo dem¨¢s plagado de medias verdades, que son las peores mentiras porque tienen el sabor de la verdad. Iglesias dice que, en la Transici¨®n, los h¨¦roes del antifranquismo se sintieron traicionados por sus l¨ªderes, que aceptaron la monarqu¨ªa; pero no dice que algunos de esos l¨ªderes eran h¨¦roes del antifranquismo. Iglesias dice que la actuaci¨®n del Rey el 23 de febrero de 1981 tuvo luces y sombras, y es verdad ¡ªsobre todo antes del 23¡ª, pero no dice que la actuaci¨®n de la clase pol¨ªtica casi s¨®lo tuvo sombras, ni que aquel d¨ªa el buen pueblo espa?ol se encerr¨® en su casa a esperar que alguien le sacara las casta?as del fuego (y ese alguien fue el Rey). Iglesias dice que Juan Carlos I gan¨® prestigio el 23 de febrero de 1981 y Felipe VI lo perdi¨® el 3 de octubre de 2017, y es verdad, pero no dice que casi s¨®lo lo perdi¨® entre quienes apoyaban a un Gobierno catal¨¢n que derog¨® de facto el Estatut, viol¨® la Constituci¨®n y coloc¨® Catalu?a al borde del enfrentamiento civil (todo ello, por cierto, con la complicidad del propio Iglesias); no lo perdi¨®, en cambio, entre quienes apoy¨¢bamos la legalidad democr¨¢tica, como la apoyaban los republicanos de 1936.
Todo esto lo sabe muy bien Iglesias. ?Por qu¨¦ entonces escribe lo que escribe? No lo s¨¦. Lo que s¨ª s¨¦ es que, como votante de izquierda, me desmoraliza que el l¨ªder de un partido de izquierda fomente problemas ficticios en vez de intentar resolver problemas reales.
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