Corazones blancos
La mayor¨ªa de los hombres han sido y son decentes. Ahora bien, es indudable que la ideolog¨ªa machista engorda las estad¨ªsticas de los varones
EN SU FASCINANTE libro Inc¨®gnito, el neurocient¨ªfico David Eagleman dice: ¡°Si cree que los genes tienen poca importancia en c¨®mo se comporta la gente, considere este hecho asombroso: si es portador de una serie concreta de genes, la probabilidad de que cometa un delito violento aumenta en un 882%¡±. Luego detalla las estad¨ªsticas anuales de Estados Unidos: Agresi¨®n con da?os f¨ªsicos graves: portadores de esos genes, 3.419.000; no portadores, 455.000. Homicidio: portadores, 14.196; no portadores, 1.468. Robo a mano armada: portadores, 2.051.000; no portadores, 157.000. Agresi¨®n sexual: portadores, 442.000; no portadores, 10.000 (esta diferencia es la m¨¢s abultada). Eagleman contin¨²a dando datos escalofriantes sobre la influencia de esa dotaci¨®n gen¨¦tica (como, por ejemplo, que el 98,4% de los presos que est¨¢n en el corredor de la muerte la posee) y al cabo revela de qu¨¦ genes est¨¢ hablando: ¡°Se resumen en el cromosoma Y. Si es usted portador, lo llamamos var¨®n¡±.
Hace un par de semanas colgu¨¦ en mi Facebook un cartel que alguien me hab¨ªa mandado. El texto dec¨ªa: ¡°Si hay un ni?o de 14 a?os borracho en medio de cinco mujeres borrachas no va a ser violado. Fin del comunicado¡±. Se refer¨ªa a un horrible caso que acaba de suceder en Miramar, Argentina: cinco hombres violaron a una ni?a de 14 a?os que al parecer estaba ebria, dato que hizo que algunos culpabilizaran a la chica. Pues bien, en el hilo de esa entrada contestaron unos pocos hombres que se sintieron ofendidos, cosa que me parece pasmosa adem¨¢s de deprimente. Porque no comprendo que personas que seguro que son buena gente se sientan aludidos cuando hablamos de violadores y de una realidad num¨¦rica que, como bien explica Eagleman, es simplemente objetiva. ?Por qu¨¦ se creen obligados a defender a todos los varones (agresores incluidos) en vez de priorizar la defensa de las v¨ªctimas y de intentar preguntarse por qu¨¦ suceden estas atrocidades y qu¨¦ podemos hacer para evitarlas? Yo me lo pregunto todo el tiempo, y no s¨®lo respecto a los hombres, sino al ser humano en general. Toda esa crueldad (que tambi¨¦n es ejercida por mujeres, aunque sea un 882% menos habitual) ?c¨®mo podemos combatirla? Yo no me identifico en absoluto con la condesa B¨¢thory, que tortur¨® y asesin¨® a cientos de doncellas. ?Por qu¨¦ se dan por aludidos algunos hombres a los que supongo decentes cuando hablamos de monstruos y energ¨²menos?
Supongo que se trata de la ceguera del sexismo, de ese prejuicio milenario en el que nos han educado a todos, a nosotras tambi¨¦n, y que hace que algunos se sientan en peligro, cuando no lo est¨¢n, y personalmente atacados, cuando nadie los se?ala. Y es el machismo lo que les hace desbarrar y ofrecer argumentos absurdos, como decir que mueren violentamente m¨¢s hombres que mujeres (s¨ª, por supuesto, a manos de otros hombres, confirmando lo que dice Eagleman) e incluso mentir indecentemente y dar datos falsos sobre denuncias de g¨¦nero o asesinatos de ni?os, por ejemplo.
Es obvio, y eso recalca Eagleman tambi¨¦n, que tener una gen¨¦tica con mayor predisposici¨®n a la violencia no te hace necesariamente un criminal. La inmensa mayor¨ªa de los hombres han sido y son decentes, emp¨¢ticos, respetuosos: ni que decir tiene que hay y ha habido hombres maravillosos. Ahora bien, creo que es indudable que la ideolog¨ªa machista engorda las estad¨ªsticas de los varones, sobre todo en lo que respecta a las agresiones contra las mujeres. Esa es una buena noticia, porque podemos cambiar las cosas por medio de la educaci¨®n. Y la otra buena noticia es que el cambio ya est¨¢ en marcha. En el hilo de mi Facebook hubo m¨¢s hombres a favor del cartel que varones suspicaces. El mundo se est¨¢ llenando de hombres de coraz¨®n blanco que saben que estamos en la misma trinchera, compa?eros en la b¨²squeda de una sociedad mejor. No deber¨ªa darles las gracias, porque agradecer a un hombre que pelee por un mundo m¨¢s justo (el antisexismo nos ata?e a todos) es como agradecer a tu pareja que ponga la lavadora, pero se las doy, porque a¨²n me emocionan demasiado. A esa legi¨®n de hombres inteligentes y sensibles es a la que nos estamos dirigiendo las mujeres. Amigo, hermano, amante, muestra tu coraz¨®n blanco y lucha conmigo.?
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