No nacen suficientes chinos
Aunque sea el pa¨ªs m¨¢s poblado del mundo, el peligro que acecha al gigante asi¨¢tico est¨¢ en la ca¨ªda de la natalidad y el envejecimiento. Algunos expertos aseguran que eso provocar¨¢ el fin del milagro econ¨®mico chino
China conjura im¨¢genes de superpoblaci¨®n, de muchedumbres interminables. Sin embargo, el abismo demogr¨¢fico al que se acerca tiene poco que ver con sus 1.400 millones de habitantes. El problema al que se va a tener que enfrentar no es de exceso, sino de escasez. Porque en el gigante asi¨¢tico no nacen suficientes chinos. No es broma. El a?o pasado se registraron 15,23 millones de nacimientos.
Supone una reducci¨®n de dos millones sobre el dato del a?o anterior y la segunda cifra m¨¢s baja desde la creaci¨®n de la Rep¨²blica Popular, en 1949. Solo en 1961 ¡ªmomento culminante de la gran hambruna provocada por las fat¨ªdicas pol¨ªticas econ¨®micas y agr¨ªcolas de Mao Zedong¡ª se registraron menos nacimientos. Ahora, sin embargo, las razones de que la natalidad haya ca¨ªdo por debajo de la tasa de reemplazo ¡ªlos 2,1 hijos por mujer que se consideran el m¨ªnimo para evitar que la poblaci¨®n se reduzca¡ª son muy diferentes.
¡°Yo no quiero tener hijos. Ahora, seguro que no. Y puede que en el futuro tampoco¡±. Tong Yifei se expresa con rotundidad. Tiene 26 a?os, reside en Shangh¨¢i, y acaba de concluir un m¨¢ster en comercio internacional. ¡°La mayor¨ªa de mis amigas tampoco quiere ser madre, por lo menos hasta bien entrada la treintena¡±, a?ade. ¡°En primer lugar, porque queremos disfrutar de nuestra vida mientras somos j¨®venes, no ser esclavas del trabajo y de la familia; en segundo lugar, porque es muy caro mantener a un hijo y proporcionarle una buena educaci¨®n; y, finalmente, porque para nosotras eso supone renunciar en parte a nuestro desarrollo profesional¡±, explica.
Hu Yen s¨ª que ha tra¨ªdo dos criaturas al mundo. De hecho, la m¨¢s peque?a, que este a?o cumplir¨¢ siete, fue protagonista de una de las historias que Planeta Futuro cont¨® en el especial Mis primeros mil d¨ªas y lleg¨® con una multa debajo del brazo. Porque, cuando Hu dio a luz, la pol¨ªtica del hijo ¨²nico estaba a¨²n en vigor y el Gobierno penalizaba a quienes tuviesen dos descendientes en la mayor¨ªa de casos. Aunque Hu asegura que no se arrepiente de su decisi¨®n, reconoce que ahora no seguir¨ªa los mismos pasos. Y eso que, si hubiese retrasado el segundo nacimiento, no tendr¨ªa que pagar ninguna multa.
La Asociaci¨®n China de la Seguridad Social estima que, en 2035, la poblaci¨®n de m¨¢s de 60 a?os pasar¨¢ de los 240 millones actuales a 400 millones
¡°La China de hoy no es como la de nuestros abuelos. Entonces, las mujeres se dedicaban a la casa y ten¨ªan muchos hijos porque hac¨ªa falta mano de obra en el campo y porque muchos mor¨ªan. Era tambi¨¦n una pol¨ªtica que se propiciaba desde el Gobierno, y daba igual si luego no hab¨ªa con qu¨¦ alimentarlos o d¨®nde educarlos¡±, cuenta esta empresaria treinta?era, residente en la localidad de Liyang, en la provincia oriental de Jiangsu. ¡°Pero, ahora, los padres competimos para ofrecer lo mejor a nuestros hijos. Queremos que sean los primeros de la clase para que tengan ¨¦xito en un mundo tan competitivo. Eso requiere mucho esfuerzo, tanto personal como econ¨®mico. Demasiado¡±, sentencia Hu.
La actitud de Hu y de Tong es cada vez m¨¢s habitual entre la poblaci¨®n china, sobre todo la urbana. El acceso de la mujer al mundo laboral y el desarrollo econ¨®mico que ha desembocado la erradicaci¨®n casi total de la pobreza y en la explosi¨®n de una vibrante clase media han provocado que el inter¨¦s por convertirse en padres y madres haya ca¨ªdo en picado. Y, adem¨¢s, lo ha hecho de forma inversamente proporcional a la esperanza de vida, que en los ¨²ltimos ocho a?os ha pasado de los 74,83 a?os a 76,5.
As¨ª, la Asociaci¨®n China de la Seguridad Social estima que, en 2035, la poblaci¨®n de m¨¢s de 60 a?os pasar¨¢ de los 240 millones actuales a 400 millones. Teniendo en cuenta que la poblaci¨®n en edad de trabajar tambi¨¦n es cada vez menor, la tasa de dependencia ¡ªque mide el n¨²mero de ancianos que dependen de cada habitante en edad de trabajar¡ª puede terminar siendo insostenible. Actualmente ya se acerca al 0,15, una cifra muy superior a la de pa¨ªses con una renta per c¨¢pita similar, sobre todo en Am¨¦rica Latina o India, y podr¨ªa alcanzar el 0,4 en 2050. Eso quiere decir que habr¨¢ un pensionista por cada dos personas trabajando. Es un problema que tambi¨¦n afecta a Espa?a, pero que en China se da en una fase de desarrollo inferior.
James Liang fue el primer acad¨¦mico que se mostr¨® p¨²blicamente en contra de la pol¨ªtica del hijo ¨²nico. En 2012 escribi¨® China needs more babies [China necesita m¨¢s beb¨¦s], y el a?o pasado analiz¨® el impacto que la ca¨ªda de la natalidad tendr¨¢ en el desarrollo econ¨®mico de China en The demographics of innovation [La demograf¨ªa de la innovaci¨®n]. Sus conclusiones, censuradas durante a?os en China, no son halag¨¹e?as. De hecho, considera que la ¡°absurda¡± pol¨ªtica de natalidad vigente hasta 2016 ¡°se va a convertir en el tal¨®n de Aquiles de China¡±.
Liang sostiene que la ca¨ªda de la natalidad en China ¡ªque es actualmente de 0,8 en las ciudades y de 1,8 en las zonas rurales¡ª no ha hecho m¨¢s que comenzar. Este dem¨®grafo formado en China y en Stanford, que es tambi¨¦n uno de los fundadores de la mayor agencia de viajes online del gigante asi¨¢tico ¡ªCtrip¡ª, vaticina que, a partir de 2040, la poblaci¨®n china se reducir¨¢ en unos 10 millones de habitantes al a?o. ¡°Es una velocidad sin precedentes en la historia¡±, subraya. Liang sostiene que esta situaci¨®n, similar a la que vive la vecina Jap¨®n, acabar¨¢ con el milagro econ¨®mico de aquel drag¨®n dormido que sacudi¨® el mundo cuando despert¨®.
¡°Las razones de esta ca¨ªda de la natalidad son variadas, pero la mayor¨ªa no son particulares de China. Cuando la renta per c¨¢pita sobrepasa los 10.000 d¨®lares [una marca que ya le queda cerca a China], esa variable cae por debajo de la tasa de reemplazo¡±, explica Liang. La ¨²nica excepci¨®n se da en los pa¨ªses musulmanes, y el dem¨®grafo sostiene que eso se debe al hecho de que la mujer tiene niveles de formaci¨®n y un acceso al mundo laboral inferiores a los del resto. ¡°En China, las peculiaridades socioculturales, si acaso, van a provocar el efecto contrario: la ca¨ªda ser¨¢ m¨¢s pronunciada¡±, predice.
Liang sustenta esta predicci¨®n en varias razones. ¡°Los chinos dan a la formaci¨®n educativa m¨¢s importancia que los habitantes de otros pa¨ªses. Eso explica que los chinos sean los mejores estudiantes de la clase all¨ª donde emigran, y que China avance r¨¢pidamente en innovaci¨®n. Pero las extraescolares a las que los padres llevan a sus hijos son caras, y la inversi¨®n que hacen las familias es tan elevada que, l¨®gicamente, limita el n¨²mero de descendientes que se pueden permitir las parejas¡±, comenta. ¡°Luego est¨¢ el hecho de que la mujer china est¨¢ mejor formada y es m¨¢s independiente que en muchos otros pa¨ªses con un grado de desarrollo similar. Durante la era de Mao, la mayor¨ªa de las mujeres trabajaba y esta tendencia se ha acrecentado en la actualidad¡±.
En 2040 China tendr¨¢ una poblaci¨®n similar a la actual, pero 411 millones de personas de m¨¢s de 60 a?os, el doble que hoy
Finalmente, Liang se?ala que las mujeres bien formadas se casan menos y m¨¢s tarde. Eso, en un pa¨ªs como China, donde los hijos fuera del matrimonio todav¨ªa no tienen gran aceptaci¨®n social, tambi¨¦n es un lastre para la natalidad. ¡°Las mujeres sobrantes [como se conoce a quienes no han encontrado pareja al llegar a los 30] son cada vez m¨¢s habituales en las ciudades¡±, subraya el dem¨®grafo.
Long, que prefiere no revelar su nombre de pila, es una de estas mujeres sobrantes. En febrero cumplir¨¢ 32 a?os y est¨¢ soltera. ¡°Felizmente soltera y sin compromiso¡±, puntualiza esta editora de v¨ªdeo con una sonrisa mientras sorbe un caf¨¦ en un Starbucks de Shangh¨¢i. No obstante, reconoce que sus padres y sus abuelos la presionan constantemente para que encuentre pareja y forme una familia.
¡°Creen que debo hacerlo r¨¢pido, pero no piensan en mi bienestar, sino en el suyo. Los chinos tienen una mentalidad muy ego¨ªsta, solo se preocupan de qui¨¦nes les cuidar¨¢n cuando sean mayores¡±, critica Long. ¡°No entienden que yo prefiero crecer como profesional primero, y que eso ser¨¢ vital para que mi hijo, si lo tengo, reciba el cuidado que se merece¡±, apostilla. A pesar de eso, la joven se ha tenido que endeudar durante 15 a?os para construirles a sus padres y abuelos una casa en su localidad natal, en la provincia de Zhejiang.
A esta tendencia a formar una familia tarde o nunca, que se refleja en una ca¨ªda de 2,5 millones en el n¨²mero de matrimonios en el ¨²ltimo lustro ¡ªde 13 millones anuales a 10,5 millones en 2017¡ª, se suma otra estad¨ªstica que preocupa a las autoridades: la poblaci¨®n china cada vez se divorcia m¨¢s y lo hace cada vez m¨¢s joven. En 1978 se rompieron 285.000 matrimonios; en 2017 fueron 4,37 millones.
La suma de estos dos factores explica que nunca falten asistentes en los mercadillos de solteros que padres y abuelos montan en diferentes ciudades de todo el pa¨ªs. Sobre todo en parques como el de Hongkou, en Shangh¨¢i, donde muchos utilizan paraguas abiertos para colgar en ellos el curr¨ªculo de sus reto?os. Como si fuese un Tinder anal¨®gico y deslocalizado, llegan con la intenci¨®n de encontrarles pareja a sus hijos e hijas. Muchos imprimen la fotograf¨ªa y datos f¨ªsicos b¨¢sicos que vienen acompa?ados de los verdaderamente importantes: la formaci¨®n, el sueldo, o las propiedades de la familia. Aqu¨ª, las uniones sentimentales son un asunto pragm¨¢tico que recuerda a los matrimonios concertados de anta?o.
Nunca faltan asistentes en los mercadillos de solteros que padres y abuelos montan en diferentes ciudades de todo el pa¨ªs
¡°Mi hija trabaja demasiado y no saca tiempo para socializar. Me preocupa que pueda quedar soltera y que no se realice como mujer¡±, Chen, que acaricia la tercera edad, reconoce que teme que su hija no tenga hijos. ¡°Cuando se alcanza cierta edad, cada d¨ªa es m¨¢s dif¨ªcil¡±, comenta. En China no existe la expresi¨®n?se te pasa el arroz, pero la actitud de muchos es la misma de quienes la utilizan en Espa?a. Eso s¨ª, rara vez prosperan las uniones que se hacen en estos mercadillos de solteros. ¡°Nosotros los ponemos en contacto y, generalmente, suelen aceptar quedar para cenar o tomar algo. M¨¢s no podemos hacer¡±, sentencia Chen con una sonrisa que no esconde cierta decepci¨®n.
En su ¨²ltimo libro, Liang estima que en 2040 China tendr¨¢ una poblaci¨®n similar a la actual, pero 411 millones de personas de m¨¢s de 60 a?os, el doble que hoy. Sin embargo, el n¨²mero de quienes se encuentran entre los 20 y los 60 caer¨¢ de los 817 millones actuales a 696 millones. ¡°Esto tendr¨¢ consecuencias muy negativas tanto para la econom¨ªa como para la innovaci¨®n, como ha sucedido en Jap¨®n. Un problema a?adido es que China llegar¨¢ a ese punto con un grado de desarrollo inferior al de Jap¨®n¡±, apunta el dem¨®grafo. ¡°China superar¨¢ a Estados Unidos como primera potencia mundial antes de 2040, pero la p¨¦rdida de poblaci¨®n podr¨ªa hacerle perder el trono poco despu¨¦s ante el avance de India¡±, avanza. La conclusi¨®n de Liang en su ¨²ltimo libro es rotunda: ¡°Al final, puede que el siglo XXI no sea el de China, que lo perder¨¢ por las heridas demogr¨¢ficas que se ha infringido a s¨ª misma¡±.
Pek¨ªn tendr¨¢ que retrasar considerablemente la edad de jubilaci¨®n y destinar muchos m¨¢s recursos al cuidado de la tercera edad ¡ªni siquiera ahora cuenta con un sistema de seguridad social s¨®lido¡ª. Adem¨¢s, la juventud ver¨¢ lastradas sus perspectivas de futuro por el cuidado de los mayores, como le sucede a Long. Es, sin duda, algo que ya preocupa a Tong Yifei. ¡°Yo soy hija ¨²nica, como muchos de los nacidos en los ochenta y los noventa as¨ª que, muy posiblemente, me tocar¨¢ cuidar de mis padres y de mis abuelos, si es que viven. As¨ª, ?c¨®mo voy a tener hijos?¡±, se pregunta.
Liang considera que la eliminaci¨®n de la restricci¨®n a la natalidad ha llegado tarde, pero anima a las Autoridades a tomar medidas que habr¨ªan sido impensables hace unos a?os para fomentar la natalidad. Algunas provincias ya est¨¢n proporcionando m¨¢s desgravaciones fiscales para padres e incluso conceden cheques-beb¨¦, y algunos acad¨¦micos han ido m¨¢s all¨¢ a la hora de proponer un impuesto especial que grave exclusivamente a quienes no tienen hijos para pagar las subvenciones de quienes s¨ª procrean. Al fin y al cabo, sostienen, esos ¨²ltimos ser¨¢n los que permitan que las pensiones se paguen en el futuro y el esfuerzo debe ser compartido.
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