Nuestro lugar en el mundo
El autor critica que Espa?a contin¨²e con una "cooperaci¨®n raqu¨ªtica" que, ni por sus fondos ni por sus propuestas, est¨¢ a la altura de los desaf¨ªos a los que se enfrenta la humanidad
El Gobierno de Espa?a quiere ocupar un lugar en el mundo. El pasado mes de septiembre, Pedro S¨¢nchez hizo su primera intervenci¨®n en la Asamblea General de Naciones Unidas. Un momento de proyecci¨®n internacional que aprovech¨® para reafirmar su compromiso con el multilateralismo, ¡°la b¨²squeda de la justicia, el respeto a la dignidad humana, la igualdad, los derechos humanos, la paz y la seguridad global¡±. Cuatro meses despu¨¦s, el eco de sus palabras ha perdido lustre y ese pretendido lugar en el mundo parece haberse empeque?ecido. Los Presupuestos Generales del Estado (PGE 2019) presentados por el presidente dan cuenta de un compromiso relativo con los valores defendidos en la ONU.
La proyecci¨®n de Espa?a en el mundo camina de la mano del Ministerio de Asuntos Exteriores, UE y Cooperaci¨®n (Maeuc). Tres patas esenciales para fortalecer la contribuci¨®n de nuestro pa¨ªs en el abordaje de los problemas globales. Ninguna m¨¢s que la otra, sino complementarias. Una de ellas, sin embargo, se encuentra profundamente debilitada desde hace tiempo. En los PGE 2019, la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), vuelve a quedar relegada a un segundo plano, a pesar de ser, tal como reconoce el propio ministerio, ¡°una de las principales obligaciones del Estado dentro de su acci¨®n exterior¡±.
Datos y consecuencias
El aumento de un 13,3% en la AOD de la Administraci¨®n Central con respecto al a?o anterior es insuficiente, y lo es por varias razones. En primer lugar, porque con esa escasa subida el Ejecutivo se queda muy lejos del compromiso asumido por todos los partidos, incluido el PSOE a finales del pasado a?o, para alcanzar el 0,4% al final de la legislatura. En segundo lugar, porque la subida sit¨²a la cooperaci¨®n en un 0,23% de la Renta Nacional Bruta, lo que mantiene a Espa?a a la cola de la Europa de los 15, solo por delante de Grecia. Y, en tercer lugar, porque, aun ejecut¨¢ndose todo lo presupuestado, solo alcanzar¨ªamos el 60% de los recursos que hab¨ªa antes de la crisis. ?De verdad se puede ocupar un lugar en el mundo en estas condiciones?
Las palabras deben ir acompa?adas de los hechos. Poco puede hacerse si no tenemos fondos para ello y los que hay no est¨¢n bien orientados
Si ahondamos en la parte cualitativa de los Presupuestos, la fotograf¨ªa tiene matices preocupantes. Los PGE 2019 apuestan por el liderazgo internacional, pero se olvidan de consolidar las piezas clave para este. Veamos por qu¨¦. La Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n Internacional para el Desarrollo, que es la pieza que contribuye directamente a la disminuci¨®n de las desigualdades y la pobreza, apenas aumenta sus fondos en 40 millones. La ayuda Humanitaria, crucial en los tiempos que corren, solo recibe 17,4 millones m¨¢s. En contraste, el Fonprode ¡ªfondo de baja ejecuci¨®n y generador de deuda¡ª incrementa su dotaci¨®n en 50 millones. Es decir, se fortalece un fondo que genera deuda a los pa¨ªses, mientras se relega la recuperaci¨®n del sistema de cooperaci¨®n y las partidas que tienen mayor impacto en la mejora de la vida de millones de personas en todo el mundo.
La herencia del periodo Rajoy
El an¨¢lisis de los datos demuestra que el Gobierno ha mantenido una de las caracter¨ªsticas de la cooperaci¨®n en tiempos de Rajoy: el debilitamiento del Maeuc que, a pesar de ser el organismo responsable de esta pol¨ªtica, gestiona apenas el 26% de los recursos. ?Por qu¨¦ se produce esta anomal¨ªa? Principalmente porque el 46% de los fondos se destinan a contribuciones obligatorias a la UE y a organismos multiliaterales, adscritas al Ministerio de Hacienda y al de Econom¨ªa. Una situaci¨®n, cuanto menos, llamativa: Econom¨ªa y Hacienda gestionando casi la mitad de los fondos de cooperaci¨®n. Mientras tanto, las instituciones m¨¢s relevantes en esta materia contin¨²an notablemente debilitadas.
Otra de las caracter¨ªsticas que se mantienen, es el estancamiento de las subvenciones que reciben las organizaciones de la sociedad civil. Con un recorte acumulado de m¨¢s del 65% y sin que su partida haya aumentado, los fondos presupuestados se sit¨²an en m¨ªnimos hist¨®ricos. Es importante recordar que tras los recortes los proyectos de las organizaciones de desarrollo se financian casi exclusivamente con lo recaudado a trav¨¦s de la casilla de fines sociales en la declaraci¨®n de la renta. Es incomprensible que el Gobierno pretenda ser un l¨ªder internacional que apueste por la Agenda 2030 de la ONU sin contar con la sociedad civil organizada.
Por una pol¨ªtica de cooperaci¨®n coherente
Dec¨ªa el ministro Borrell que ¡°los desaf¨ªos globales requieren respuestas globales¡±. No podemos estar m¨¢s de acuerdo. Vivimos en un mundo en el que la crisis medioambiental alcanza un punto de no retorno; en el que m¨¢s de 65 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares; en el que la desigualdad, especialmente la de g¨¦nero, aumenta en todos los rincones del planeta; y en el que los discursos de odio campan a sus anchas. Por eso, las palabras deben ir acompa?adas de los hechos. Poco puede hacerse si no tenemos fondos para ello y los que hay no est¨¢n bien orientados.
Se hacen esfuerzos, nos dicen. El compromiso se mantiene, repiten. Pero seguimos con una cooperaci¨®n raqu¨ªtica que, ni por sus fondos ni por sus propuestas, est¨¢ a la altura de los desaf¨ªos que enfrentamos como humanidad. No hay tiempo que perder; si no es ahora, ?cu¨¢ndo? Urge una cooperaci¨®n que vaya de la mano de pol¨ªticas econ¨®micas, comerciales, medioambientales¡ para que juntas contribuyan a mejorar la vida de millones de personas en todo el mundo. No hacerlo significar¨¢ lanzar balones fuera ante una realidad de la que, como afirm¨® S¨¢nchez en la ONU, todos los pa¨ªses somos responsables.
Andr¨¦s R. Amayuelas es presidente de la Coordinadora de Organizaciones de Cooperaci¨®n para el Desarrollo.
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