Con estos cambios sencillos en la decoraci¨®n de tu casa mejorar¨¢s tu relaci¨®n de pareja
Peque?os cambios que hacen m¨¢s f¨¢cil la convivencia, seg¨²n los que m¨¢s saben de esto
Empezar a convivir bajo el mismo techo con su pareja es el sue?o de muchas personas que mantienen una relaci¨®n, pero cuidado, porque puede convertirse en su peor pesadilla. No estamos hablando de las trampas de la rutina, del combo sof¨¢ y manta ni de la desaparici¨®n del factor sorpresa. Nos referimos a cosas mucho m¨¢s mundanas como pelearse por qu¨¦ objetos se cuelgan de las paredes, c¨®mo se organizan los cajones de la c¨®moda o por el reparto de baldas en el cuarto de ba?o, y otras en las que ni siquiera caemos, pero est¨¢n dinamitando nuestra relaci¨®n, como una distribuci¨®n poco inteligente de los espacios. Hemos consultado con varios expertos en decoraci¨®n e interiorismo sobre c¨®mo lograr que vuestra casa en com¨²n sea de verdad un nidito de amor (perd¨®n por la cursiler¨ªa) y no la trampa mortal que conduce a una r¨¢pida separaci¨®n.
Pero, ?es esto un t¨®pico forjado por pel¨ªculas y teleseries o realmente influye la organizaci¨®n del hogar en una relaci¨®n sentimental? "S¨ª, ocurre as¨ª", responde Patricia J. D¨ªaz, psic¨®loga experta en terapia sexual y de parejas. "Es importante que exista una divisi¨®n del espacio, un lugar para desarrollar nuestras aficiones, tener un ¨¢rea ¨ªntima para nosotros. A m¨¢s metros cuadrados, m¨¢s satisfacci¨®n".
Hacen falta tres espacios diferenciados
El disponer de un espacio propio se vuelve una necesidad perentoria si uno de los dos miembros de la pareja ¡ªo ambos¡ª trabaja en casa. "Como dec¨ªa Virginia Woolf en Una habitaci¨®n propia, si te dedicas al artisteo hay que tener un espacio en el que poder tenerlo todo como t¨² quieras y que al sentarse uno en el sal¨®n no se clave un pincel o un Plastidecor", sentencia Abraham Men¨¦ndez, dise?ador conocido para el mundo como Abe the ape. Esto ¨²ltimo no es solo v¨¢lido para el artisteo sino para todas las profesiones que se desarrollen como freelance o para aquellos que tienen que alargar la jornada laboral ech¨¢ndole horas tambi¨¦n en su hogar, una realidad desafortunada pero cada vez m¨¢s habitual.
El problema viene cuando nos trasladamos a nuestro mundo real en el que los pisos son cada vez m¨¢s peque?os; esa es la queja m¨¢s habitual relacionada con el sector inmobiliario. "He visto aglutinamientos en los que una familia de tres miembros tiene que convivir en una casa con una ¨²nica habitaci¨®n o una pareja en una casa en la que no hay dormitorio", reconoce Patricia. "Pero no es solo una cuesti¨®n de metros: los espacios di¨¢fanos amplios en los que no hay separaciones tambi¨¦n pueden llevar a conflictos". En ese sentido, los lofts o estudios sin paredes en los que sal¨®n, cocina y dormitorio est¨¢n fusionados pueden ser el origen de problemas, por lo que hay que intentar dividir las zonas dentro de lo posible, mediante muebles u objetos ¡ªbiombos, estanter¨ªas, incluso plantas¡ª que creen ambientes diferenciados.
Cuando hablamos de varios ambientes, hay un n¨²mero concreto al que los psic¨®logos se refieren: "En una relaci¨®n de pareja hay tres personas: cada uno de los miembros y la relaci¨®n en s¨ª. Si eso lo trasladamos al universo de la casa, tambi¨¦n deber¨ªan ser tres: un lugar para cada uno y otro para el di¨¢logo, la intimidad", explica Patricia. "Y que generen una intimidad real; no solo un sof¨¢ frente a la tele o al ordenador: un ¨¢mbito para dialogar y cuidarnos como pareja".
C¨®mo negociar lo de ese cuadro horrible que le encanta
Una vez delimitados los espacios, surge otro motivo habitual de tensi¨®n: c¨®mo decorar el hogar. "Lo importante es no agobiarse con la casa y en vez de quererlo tener ya todo hecho y perfecto, dejar que fluya, dejar que se vaya haciendo poco a poco. Comprar cosas buscando en mercadillos o cuando te vas de vacaciones, sobre todo que sea un proyecto conjunto, que sea una cosa que ilusione y no una cosa que estrese", sugiere el interiorista y dise?ador Guille Garc¨ªa-Hoz.
?Y cuando existe disparidad de criterios est¨¦ticos? Abraham es tajante: "No hay que ceder nada. Cero. Yo soy un nazi para este tema. Si algo me gusta se pone, si no, no se pone. Gracias a Dios tengo la suerte de tener una mujer a la que todo le parece bien y con la que comparto gustos y aficiones". En esto concuerda Patricia: "Puede haber uno que imponga sus criterios est¨¦ticos porque al otro le d¨¦ igual. Si uno cede para satisfacer a su pareja, esa cesi¨®n tiene que ser porque le parece bien, pero tienen que existir otros aspectos en los que imponga su criterio. Por ejemplo, si a uno de los dos le importa m¨¢s lo est¨¦tico y al otro lo tecnol¨®gico, que se repartan las cosas y que cada uno adec¨²e la casa en funci¨®n de sus gustos e inquietudes".
C¨®mo tratar los dos lugares m¨¢s sensibles: el dormitorio y el ba?o
Dentro de la casa, hay dos espacios especialmente sensibles en lo que a vida en pareja se refiere: el dormitorio y el ba?o. Para mejorar la relaci¨®n de pareja en el dormitorio, Abraham brinda un consejo pr¨¢ctico: "Tener una cama grande. Ya si uno de los dos ronca como si no hubiese un ma?ana (como es mi caso) pasar a mayores y tener una segunda cama como plan B pues, entre que la parte que no ronca no puede dormir y la que s¨ª es recriminada cada dos por tres, puedes pasarte la noche en vela".
Sobre la importancia de guardar una buena higiene del sue?o incide tambi¨¦n Patricia: "Lo ideal es que el dormitorio sea un sitio para dormir y descansar. No hay que comer ni trabajar en la cama para no asociarla a actividades que se realizan cuando se est¨¢ despierto, sino al relax, la calma. En cambio, la sexualidad puede estar en cualquier lugar de la casa, no solo en la cama, que tambi¨¦n, pero no debe estar relegada al dormitorio para evitar caer en rutinas".
La otra piedra de toque es la duda sobre si compartir o no el ba?o: "Cada pareja es un mundo y si se tiene la posibilidad de tener un ba?o para uno mismo much¨ªsimo mejor porque tienes m¨¢s intimidad, pero no creo que deba suponer un problema compartir ba?o con nadie", opina Guille. Abraham aboga tambi¨¦n por que cada uno, si es posible, tenga un ba?o propio: "Ver c¨®mo se caen tropecientos botecitos de s¨¦rum y cremas hidratantes cada vez que coges la pasta de dientes no es bueno para calmar los nervios". Patricia resume: "Es cuesti¨®n de gustos y posibilidades. Compartir las rutinas de autocuidado ¡ªno todas¡ª puede convertir el ba?o en un espacio de encuentro y cuidado mutuo".
Antes de limpiar, ?qu¨¦ es "limpio" para ti?
Ya montada, dividida y decorada la casa ¡ªoh, sorpresa¡ª, resulta que el hogar se ensucia y desordena, y hay que dedicarle tiempo a su mantenimiento. La limpieza es uno de los motivos de discusi¨®n m¨¢s habituales entre parejas. "En terapia intentamos sobre todo hacerles entender que mi propio criterio no es el v¨¢lido solo por ser el m¨ªo", explica Patricia. "Utilizamos la frase: 'Joderme adecuadamente para que el otro est¨¦ bien'. La clave para convivir en un hogar feliz no es tanto tener un apartamento bien organizado y ordenado como tener la misma concepci¨®n del orden".
Si una vez trabajados todos estos aspectos, haber cedido, negociado e intentado llegar a buen puerto se concluye que la convivencia es imposible, tampoco hay que vivirlo como un fracaso. "Hay tantas maneras de relacionarse en pareja como parejas en el mundo", concluye Guille. "Hay gente que funciona fenomenal viviendo cada uno por su cuenta y hay gente que comparte hasta el cepillo de dientes. No creo que haya ni deba haber reglas".
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