Karl Lagerfeld, el hombre que cambi¨® la historia de la moda contempor¨¢nea
El dise?ador tom¨® las riendas de una 'maison' en decadencia y la convirti¨® en la marca m¨¢s conocida del mundo
En una era donde hasta los papas y los reyes abdican, solo Karl Lagerfeld parec¨ªa interpretar su puesto como un compromiso vitalicio. El dise?ador germano? ha muerto con las botas puestas, ultimando los detalles de las dos colecciones que estaba a punto de presentar. La primera, para Fendi -marca de la que era responsable desde 1965-, se mostrar¨¢ sobre la pasarela este jueves en Mil¨¢n; y la segunda, para Chanel -de cuya direcci¨®n creativa se hizo cargo en 1983-, el pr¨®ximo 5 de marzo en Paris. Porque si hab¨ªa un hombre en la moda que lo hac¨ªa todo, ese era Lagerfeld. El alem¨¢n dise?¨® para Balmain, Jean Patou y Chlo¨¦ y fund¨® su propia ense?a hace 45 a?os. Fotografiaba sus propias campa?as, firm¨® innumerables libros y protagoniz¨® no pocos ducumentales que ayudaron a construir su leyenda.
Con ¨¦l se va, el ¨²ltimo (o pen¨²ltimo) de una especie. Un hombre irrepetible que cambi¨® la historia de la moda contempor¨¢nea y, por qu¨¦ no decirlo, la historia contempor¨¢nea a secas. Dotado de tanto talento creativo como marketiano, tom¨® las riendas de una maison en decadencia que sobreviv¨ªa gracias a las ventas de sus perfumes y la convirti¨® en la marca m¨¢s conocida del mundo: Chanel. Invent¨® un modelo de negocio global y superventas sobre el que se cimentaron las bases de la industria del lujo actual. Y el m¨¢s complicado todav¨ªa: trascendi¨® todas las ¨¦pocas.
En 1955 entr¨® a formar parte del equipo de Pierre Balmain y la historia de c¨®mo consigui¨® este primer trabajo -y que el mismo narr¨® en el documental Karl Lagerfeld se dibuja- revela el secreto de un ¨¦xito sin fecha de caducidad. "?ramos cuatro en el taller y yo hac¨ªa el trabajo de todos. Ellos se iban a sus casas y yo segu¨ªa trabajando. A los seis meses se dieron cuenta de que no hac¨ªan nada, los echaron y me nombraron jefe".
Desde entonces hasta hoy, no solo no ha parado de trabajar ni un solo d¨ªa sino que nunca ha dejado de ser relevante, que es otra forma de decir que nunca ha dejado de estar de moda. Aunque sus trajes de chaqueta para Chanel se convirtieron en el s¨ªmbolo de estatus definitivo en los noventa , sus dise?os no est¨¢n ligados o definen una ¨¦poca concreta. Todas las ¨¦pocas son la suya. Y eso le convierte en una figura ¨²nica en la historia de la moda.
Sucederle se antoja as¨ª una misi¨®n tit¨¢nica. Y las apuestas ya est¨¢n abiertas. De momento, Virginie Viard, directora del estudio de creaci¨®n de Chanel, se mantiene al frente de la maison a la espera de nuevas noticias.
El propio Karl bromeaba sobre su propio legado al frente de la firma en un corto de 2015 donde manten¨ªa una imaginaria conversaci¨®n con la fundadora de la casa de costura. En ¨¦l, la francesa le reprochaba que su ¨²nico m¨¦rito hab¨ªa sido copiar lo que ella hab¨ªa inventado tantos a?os antes: el jersey de rayas, el traje de tweed, las camelias. Muchos, en los ¨²ltimos a?os, hab¨ªan esgrimido la misma cr¨ªtica hacia el dise?ador alem¨¢n. Y ¨¦l lo sab¨ªa. En el v¨ªdeo, Coco Chanel le preguntaba ¡°?Qu¨¦ crees que est¨¢s haciendo?¡± Y ¨¦l respond¨ªa: ¡°Mantenerte viva¡±. Una facturaci¨®n de m¨¢s de 8.000 millones de euros anuales demuestra hasta qu¨¦ punto Lagerfeld obr¨® el milagro de la resurrecci¨®n. Tambi¨¦n acalla a aquellos que insinuan que el Kaiser se estaba quedando obsoleto.
Porque el dise?ador alem¨¢n nunca fue un hombre que dejase indiferente a nadie. No era su intenci¨®n. Ni por su aspecto, ni por su discurso. Perdi¨® 42 kilos para poder embutirse en los ajustados dise?os que Hedi Slimane ide¨® para Dior, dibujaba sus bocetos con sombras de ojos de Shu Uemura y Chanel (por supuesto) y defend¨ªa que no hab¨ªa ning¨²n problema en que sus modelos fuese delgad¨ªsimas: "Solo el 1% de la poblaci¨®n tiene problemas de anorexia, mientras el 25% de las mujeres adultas sufre sobrepeso". Admirado, reverenciado, temido, denostado, ridiculizado. Irrepetible. Y ahora imbuido del halo casi m¨ªstico que envuelve a los que se han convertido en leyenda. A ver qui¨¦n es el valiente que se atreve a sucederle. El reto que afronta Viard es casi tan grande como reemplazar a la mism¨ªsima Coco. Para afrontarlo hace falta alguien de naturaleza espartana, por no decir casi kamikaze.
Antes incluso de que est¨¦ instalada su capilla ardiente, la pregunta resuena abrumadora y acuciante en los mentideros de la moda: ?Ser¨¢ la desconocida Viard la sustituta definitiva o solo una dise?adora de transici¨®n? La cuesti¨®n de la sucesi¨®n de Lagerfeld lleva a?os sobre la mesa, pero se dispar¨® el pasado enero cuando, tras su ¨²ltimo desfile, el dise?ador no sali¨® a saludar a sus invitados. En las quinielas siempre hubo m¨¢s deseo que realida. Un optimista sector apostaba por Phoebe Philo, exdirectora creativa de C¨¦line. El argumento: Si Coco Chanel cambi¨® la forma en la que la mujer vest¨ªa en los a?os veinte y treinta, Philo lo ha hecho ahora. Pero solo los propietarios de la firma tienen la respuesta a la pregunta que se hace hoy todo el mundo.
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