El misterio rodea a He Jiankui
El cient¨ªfico que modific¨® el ADN de varios beb¨¦s sigue desaparecido de la esfera p¨²blica. Los detalles sobre la investigaci¨®n y su experimento son exiguos
Han pasado aproximadamente tres meses desde que el cient¨ªfico chino He Jiankui anunci¨® el nacimiento de los dos primeros beb¨¦s gen¨¦ticamente modificados de la historia de la humanidad. El experimento conmocion¨® al mundo y provoc¨® una ola generalizada de condena por parte de una comunidad cient¨ªfica internacional, ¨¢vida de respuestas sobre lo ocurrido. China ha canalizado esta indignaci¨®n en forma de una investigaci¨®n que podr¨ªa acarrear consecuencias penales para el pol¨¦mico genetista, pero no ha resuelto pr¨¢cticamente ninguna de las numerosas inc¨®gnitas que rodean el caso.
He dej¨® at¨®nitos a cient¨ªficos de dentro y fuera de China al anunciar, a finales de noviembre, que hab¨ªa modificado la informaci¨®n gen¨¦tica de dos embriones mediante la t¨¦cnica CRISPR para supuestamente hacerlos m¨¢s resistentes al virus del sida. Estos dos embriones hab¨ªan sido implantados en el ¨²tero de la madre y el resultado era el nacimiento de dos gemelas, Lulu y Nana, ¡°en perfecto estado de salud¡±. Otro embarazo de iguales caracter¨ªsticas est¨¢ en camino sin que la ciencia haya probado que este procedimiento no genera mutaciones secundarias que causen a los beb¨¦s un da?o mayor al que supuestamente evita el cambio gen¨¦tico buscado.
Despu¨¦s de que las autoridades chinas confirmaran que las proclamas de He son ciertas, la lista de inc¨®gnitas es larga: ?Cu¨¢l es el estado de salud de las gemelas actualmente? ?El segundo embarazo sigue en curso? ?C¨®mo es posible que He lograra saltarse todos los controles vigentes en la legislaci¨®n china al respecto? ?De d¨®nde proced¨ªa la financiaci¨®n para el experimento?
En sus pesquisas preliminares, China ha tachado a He de un lobo solitario que hizo lo que hizo con el fin de ¡°perseguir la fama y la riqueza personal¡±. Los fondos usados eran del propio genetista y ¡°se salt¨® de forma deliberada cualquier tipo de supervisi¨®n¡±, dice la versi¨®n oficial. Sin embargo, seg¨²n documentos obtenidos por el medio Statnews, es posible que He usara fondos otorgados directa o indirectamente por el Estado chino para su investigaci¨®n, si bien no est¨¢ claro que los organismos envueltos ¨Cel Ministerio de Ciencia y Tecnolog¨ªa, el gobierno municipal de la ciudad de Shenzhen y la Universidad en la que He trabajaba- supieran en qu¨¦ se invert¨ªan. El caso est¨¢ en manos del Ministerio de Seguridad P¨²blica, que no ha dado informaci¨®n alguna sobre el asunto.
Hay otras preguntas a?adidas derivadas del hecho de que el suceso ha ocurrido en China. He no ha aparecido p¨²blicamente desde el 28 de noviembre, cuando compareci¨® en un congreso en Hong Kong ¡°orgulloso¡± de su supuesto logro. El New York Times le identific¨® semanas despu¨¦s en el balc¨®n de un apartamento en la residencia del campus de su universidad, una vivienda vigilada por una media docena de agentes de paisano. La explicaci¨®n oficial es que esa particular escolta sirve para su protecci¨®n tras la pol¨¦mica generada, pero no est¨¢ claro si tiene la libertad de movimientos limitada mientras se desarrolla la investigaci¨®n.
El profesor de la Universidad de Stanford William Hurlbut asegur¨® haber hablado con He en varias ocasiones, a trav¨¦s de correo electr¨®nico, tras su desaparici¨®n de la esfera p¨²blica. Su colega chino le neg¨® que estuviera retenido en contra de su voluntad y sostuvo que por el momento vive en la residencia de la Universidad ¡°sobre la base de un acuerdo entre las dos partes¡± (He fue despedido del centro formalmente en enero, cuando se publicaron los resultados preliminares de las investigaciones). Hurlbut ¡°no percibi¨® ninguna ansiedad¡± en las palabras escritas por He.
En China es habitual que los sospechosos de delitos -especialmente si se trata de casos medi¨¢ticos- desaparezcan o est¨¦n sometidos a un arresto domiciliario incluso antes de que se les imputen formalmente los cargos. Ha ocurrido con pol¨ªticos acusados de corrupci¨®n o con estrellas de cine sospechosas de haber cometido fraude fiscal. Los medios de comunicaci¨®n han dejado de informar del asunto e incluso la propia comunidad cient¨ªfica local es reacia a hablar del tema. ¡°Las autoridades le controlan [a He Jiankui] y las discusiones sobre el caso no est¨¢n permitidas¡±, asegura Yang Hui, investigador del Instituto de Ciencias Biol¨®gicas de Shangh¨¢i y que dirige un equipo que trabaja con la tecnolog¨ªa CRISPR. ¡°La gran mayor¨ªa estamos en contra de lo que He ha hecho, pero a¨²n as¨ª es cierto que el ambiente est¨¢ algo enrarecido. Hay incluso cierto miedo a hablar abiertamente del caso¡±, explica otra investigadora del ramo, en este caso de un laboratorio en Pek¨ªn, que prefiere que su nombre no se publique.
La Comisi¨®n Nacional de Salud de China, entretanto, prepara una modificaci¨®n de la ley para agravar los castigos de los que se salten los protocoles en materia de investigaci¨®n biom¨¦dica ¡°de alto riesgo¡±. Dado a conocer esta semana, el borrador de la normativa subraya que, en los casos m¨¢s graves de incumplimiento, ¡°se revocar¨¢ la licencia de los equipos y su participaci¨®n en investigaci¨®n cl¨ªnica de nuevas tecnolog¨ªas biom¨¦dicas de por vida¡± e incluso contempla castigos penales. En el desglose de estas pr¨¢cticas de alto riesgo est¨¢, en el primer ep¨ªgrafe, la tecnolog¨ªa de edici¨®n gen¨¦tica. ¡°Es bueno que haya m¨¢s supervisi¨®n, especialmente para garantizar que cualquier investigaci¨®n en este campo pase por el examen estricto de un comit¨¦ de ¨¦tica¡±, defiende Yang.
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