Entrepatios: dando la vuelta al cuento de los tres cerditos
Esta cooperativa ofrece una contestaci¨®n a la especulaci¨®n inmobiliaria y el cambio clim¨¢tico con una soluci¨®n comunitaria al problema de la vivienda
Cualquiera a quien preguntemos se sabe el cuento de los tres cerditos. De ¨¦l aprendimos que la madera es peor que el ladrillo. Por no nombrar la paja. Que el lobo es malo, y bastante tonto, y que es importante aplicarse mucho individualmente, para conseguir algo propio donde defenderse de las amenazas de fuera.
En estos d¨ªas, en Madrid, se est¨¢ construyendo una casa de madera. Es una casa que desobedece a esos patrones heredados del cuento popular. Pretende salvar a sus habitantes no de los lobos, sino de los peligros de la fiebre del ladrillo. Y no es una soluci¨®n basada en el esfuerzo individual, que resuelva una situaci¨®n particular. Es el resultado del empe?o colectivo de mucha gente durante muchos a?os, con ¨¢nimo de ofrecer una soluci¨®n comunitaria a un problema social urgente: la necesidad de un techo donde resguardarse.
El edificio de Madrid albergar¨¢ las diecisiete viviendas de la promoci¨®n de Las Carolinas, en Usera, la primera de la cooperativa de derecho de uso Entrepatios. Habr¨¢ m¨¢s, porque ya hay suelo comprado en Villa de Vallecas (Entrepatios-Vallekas) y otras dos promociones que buscan solar. Esta cooperativa, nacida legalmente en 2011, se estaba so?ando desde much¨ªsimo antes. Varios de sus integrantes apoyaban al inicio de siglo distintos colectivos preocupados por el acceso a la vivienda digna (alquiler social para j¨®venes, derecho de uso, etc).
Entrepatios pretende, a su escala, luchar contra la especulaci¨®n, demostrando que otra forma de acceder a la vivienda es posible tambi¨¦n en la ciudad. Se ha demostrado ya en entornos rurales, con experiencias muy consolidadas y de m¨¢s de diez a?os de trayectoria, como Cal Cases, un proyecto de construcci¨®n en paja.
En los ¨²ltimos diez a?os, el alquiler ha subido en todo el pa¨ªs nada menos que el 46%
Frenar la especulaci¨®n urban¨ªstica: el derecho de uso
Este primer edificio se levanta en un momento en el que, seg¨²n numerosos estudios, se vive una burbuja del alquiler y se augura una nueva burbuja del ladrillo. Los tiempos de venta de la vivienda est¨¢n cayendo, lo que supone que de nuevo es el vendedor quien escoge, sobre todo aquellos con m¨¢s capacidad de especulaci¨®n.
Entrepatios se basa en el derecho de uso: es la cooperativa la propietaria del edificio y las viviendas, y las personas socias pagan una cuota por el derecho de uso de los hogares, de car¨¢cter vitalicio, si as¨ª lo desean. Participan en la gesti¨®n de los espacios y en la toma de decisiones, de forma autogestionada.
La subida es especialmente rese?able en las grandes ciudades. En Madrid, por ejemplo, el precio de la vivienda subi¨® m¨¢s de un 8% el a?o pasado. En los ¨²ltimos diez a?os, el alquiler ha subido en todo el pa¨ªs nada menos que el 46%. En esta coyuntura, Entrepatios adapta a la capital el modelo acceso a la vivienda, conocido como modelo Andel, que tiene peso en otras partes de Europa y en algunos lugares de Am¨¦rica Latina. Es un modelo que impide la especulaci¨®n, tanto con el ladrillo como con los alquileres, porque no es propiedad privada individual, ni es un alquiler temporal, sujeto a fallidos decretos-ley de alquiler. Entrepatios se basa en el derecho de uso: es la cooperativa la propietaria del edificio y las viviendas, y las personas socias pagan una cuota por el derecho de uso de los hogares, de car¨¢cter vitalicio, si as¨ª lo desean. Participan en la gesti¨®n de los espacios y en la toma de decisiones, de forma autogestionada.
El derecho de uso forma parte de la coherencia econ¨®mica que busca la cooperativa. Se plantea que la cuota sea lo m¨¢s asequible posible, una vez que se haya amortizado el cr¨¦dito bancario, solicitado a dos entidades de banca ¨¦tica. Uno de los retos es, precisamente, conseguir que se puedan sumar a cooperativas como esta personas con menos recursos. Para ello, se vuelve indispensable la implicaci¨®n de las administraciones p¨²blicas. El precio del suelo supone una cuarta parte del total del proyecto. Las distintas instancias deber¨ªan apoyar estas v¨ªas no especulativas cediendo el derecho de superficie de algunos terrenos, como ya est¨¢n haciendo el Ayuntamiento de Barcelona o el de Zaragoza.
La estructura es de madera
Al contrario de lo que afirma el cuento, la madera es mejor que el ladrillo en determinados aspectos.
Al contrario de lo que afirma el cuento, la madera es mejor que el ladrillo en determinados aspectos. No es el de Usera el ¨²nico proyecto que ha optado por ella. El primero de los edificios en derecho de uso construido en Barcelona, La Borda, tambi¨¦n tiene estructura de madera. La madera, en este panorama antiladrillazo, pudiera tener un valor simb¨®lico, pero, sobre todo, tiene una raz¨®n de ser ecol¨®gica y arquitect¨®nica. Conscientes de la crisis clim¨¢tica y de la p¨¦rdida de biodiversidad alarmantes, es com¨²n en este tipo de proyectos la apuesta por la sostenibilidad. Las ciudades tambi¨¦n deber¨ªan comprometerse con el respeto al entorno y el cuidado del medio. Es cuesti¨®n de supervivencia, adem¨¢s de ¨¦tica. Buscar medidas econ¨®micas o fiscales que apoyen que los materiales sean lo m¨¢s saludables para quienes habitan las casas, pero tambi¨¦n para el entorno natural, es un requisito indispensable para cualquier planteamiento urban¨ªstico no suicida. As¨ª mismo, son irrenunciables el ahorro energ¨¦tico y la generaci¨®n de energ¨ªa limpia o la reutilizaci¨®n del agua. Esa es la l¨ªnea que han planteado tanto el estudio arquitect¨®nico como la consultor¨ªa t¨¦cnica, quienes han dise?ado el edificio de Las Carolinas, en un proceso participativo intenso, exigente y bonito.
La madera, en este panorama antiladrillazo, pudiera tener un valor simb¨®lico, pero, sobre todo, tiene una raz¨®n de ser ecol¨®gica y arquitect¨®nica
Lugares de encuentro
Al contrario que los personajes del cuento, que trabajan individualmente y llegan apurados a pedir auxilio, en la cooperativa se cuidan mucho los encuentros, los tiempos de reflexi¨®n y a las personas que ser¨¢n vecinas. Se han dise?ado espacios comunes que se llenar¨¢n de vida. El aspecto social y colectivo es esencial para quienes forman Entrepatios, que quieren establecer v¨ªnculos s¨®lidos entre s¨ª. Compromiso y ayuda mutua. Recuperar los lazos de vecindad de los que carecen las ciudades. Se comparten las reflexiones, la comida, las risas y la vida. Se debaten en asambleas cuestiones pr¨¢cticas como la gesti¨®n de los espacios, el grupo de consumo agroecol¨®gico, la biblioteca compartida, la cocina comunitaria, o si se rotar¨¢ la limpieza. Y tambi¨¦n aspectos m¨¢s pol¨ªticos, como qu¨¦ incidencia se quiere hacer sobre las administraciones, c¨®mo apoyar la ley de la PAH, c¨®mo se va a plasmar el feminismo en la pr¨¢ctica diaria o cu¨¢l va a ser la presencia de Entrepatios en el tejido social de Usera. Porque el edificio quiere tener una puerta abierta al barrio, para que los vecinos, y los lobos, no tengan que entrar por la chimenea.
Berta Iglesias Varela es profesora de secundaria en un instituto p¨²blico en Madrid. Licenciada en filolog¨ªa hisp¨¢nica y en sociolog¨ªa, es socia cooperativista de Entrepatios y miembro de Ecologistas en Acci¨®n.
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