Robert Louis Stevenson y la psicolog¨ªa moderna
Con su famosa novela de tema cient¨ªfico y trama polic¨ªaca, Robert Louis Stevenson se anticip¨® a las teor¨ªas psicoanal¨ªticas de Sigmund Freud

En el a?o 1886 apareci¨® la novela de Robert Louis Stevenson titulada?El extra?o caso del doctor Jekyll y el se?or Hyde. Cuando el escritor ingl¨¦s entreg¨® su historia a la estampa, Inglaterra estaba sumida en profundos cambios sociales. Los tradicionales valores victorianos formaban parte de un mundo antiguo que no terminaba de extinguirse.
La represi¨®n puritana segu¨ªa latiendo, aunque fuese de manera encubierta, frente a un liberalismo emergente que formaba parte del imaginario pol¨ªtico de una nueva clase social, la burgues¨ªa, que se hab¨ªa visto enriquecida por la Revoluci¨®n Industrial. De alguna manera, el relato de Stevenson anticip¨® los planteamientos del neur¨®logo vien¨¦s Sigmund Freud con respecto a la represi¨®n y a la satisfacci¨®n de los deseos del individuo y, por extensi¨®n, de los deseos de una sociedad donde el bien y el mal dejar¨¢n de ser asuntos b¨ªblicos, para convertirse en temas cient¨ªficos. Con el relato de Stevenson, el lado oscuro del ser humano llegaba m¨¢s all¨¢ de la mitolog¨ªa aplicada para servir a lo que, posteriormente, se bautiz¨® en t¨¦rminos freudianos como ¡°teor¨ªa de las pulsiones¡±, as¨ª como a los tres agentes de nuestra personalidad que se identifican con las tres categor¨ªas de la psique humana: el Ello, el Yo y el Supery¨®.
Seg¨²n Freud, el Ello se identifica con nuestro subconsciente, que es donde habitan nuestros instintos m¨¢s salvajes e irracionales; el Supery¨® representa el otro lado, es decir, el lado racional, mientras que el Yo se comporta como mediador entre la categor¨ªa del Ello y la categor¨ªa del Supery¨®. Debido a la estructura de organizaci¨®n del Yo y a la naturaleza de las tensiones contra las cuales todo sujeto desea protegerse, surgen las diferencias entre seres humanos. Uno de los mecanismos de defensa es ¡°la sublimaci¨®n¡±, medio positivo por el cual aliviamos tensiones, desviando agresividad hacia fines superiores, es decir, con actividades, ya sean, art¨ªsticas, intelectuales, cient¨ªficas o de labor social.

Esta teor¨ªa caus¨® mucho esc¨¢ndalo en la ¨¦poca, ya que, atendiendo a lo que dice, el oficio de cirujano es una sublimaci¨®n de la agresividad s¨¢dica. Con estas cosas, muchos cirujanos hubieran sido criminales si no llegan a ser cirujanos, pero, gracias al desempe?o de su oficio, han logrado canalizar la energ¨ªa sublimada de su sadismo.
Volviendo al relato de Stevenson relacionado con la teor¨ªa freudiana de las pulsiones, podemos establecer que el conflicto interior que mantienen dos personas opuestas, pero que habitan dentro de un mismo cuerpo, simboliza la lucha entre el bien y el mal, o lo que es lo mismo, el eterno dualismo por el cual la libido, pulsi¨®n de vida o Eros, se relaciona y retroalimenta con su pulsi¨®n de sentido opuesto, es decir, la pulsi¨®n de muerte o Th¨¢natos. De tal manera, Eros y Th¨¢natos ser¨¢n las fuerzas pares que condicionen la personalidad del ser humano, as¨ª como las estructuras sociales en las que el ser humano se desenvuelva.
Hay un trabajo que no sobra recomendar en torno a este asunto. Se trata del libro del profesor Sonu Shamdasani dedicado a Carl Jung (Atalanta) y donde se cuenta, de manera did¨¢ctica, la historia de las principales escuelas de la psicolog¨ªa moderna, originadas tiempo despu¨¦s de que Robert Louis Stevenson diese a la imprenta su relato anticipativo que aqu¨ª nos ocupa; la historia del doctor Henry Jekyll, un cient¨ªfico que transforma su personalidad por completo con ayuda de p¨®cimas y brebajes. Con el relato de Stevenson, el bien y el mal se mostraron como un asunto que ten¨ªa m¨¢s de ciencia que de religi¨®n, tomando el pulso al mundo nuevo que emerg¨ªa por aquel entonces, mientras el mundo viejo iba quedando cada vez m¨¢s atr¨¢s, arrollado con fuerza por la m¨¢quina de vapor que hab¨ªa tra¨ªdo el impulso de una clase de naturaleza ociosa, la burgues¨ªa, con tiempo libre suficiente, no s¨®lo para leer, sino tambi¨¦n para curiosear en la vida del pr¨®jimo y en su conducta.
El hacha de piedra es una secci¨®n donde Montero Glez, con voluntad de prosa, ejerce su asedio particular a la realidad cient¨ªfica para manifestar que ciencia y arte son formas complementarias de conocimiento.
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