¡°No me gusta que me llamen mujer matem¨¢tica. Soy una persona matem¨¢tica que resulta ser mujer¡±
La primera ganadora del 'Nobel' de matem¨¢ticas reconoce su deuda con la lucha feminista
El domingo pasado, cuando sal¨ªa de la iglesia, la matem¨¢tica estadounidense Karen Uhlenbeck vio que ten¨ªa un mensaje de texto en su m¨®vil: ¡°?Puedes aceptar una llamada telef¨®nica desde Noruega, por favor?¡±. Uhlenbeck, nacida en Cleveland hace 76 a?os, acababa de ganar el Premio Abel, dotado con unos 600.000 euros y considerado el Nobel de las matem¨¢ticas. Tras 19 hombres, la Academia de Ciencias y Letras de Noruega resolv¨ªa por primera vez conceder el galard¨®n a una mujer. ¡°Todav¨ªa estoy abrumada y sorprendida¡±, explica la profesora visitante del Instituto de Estudios Avanzados de Princeton.
Uhlenbeck ha revolucionado la ciencia en la encrucijada entre la f¨ªsica y las matem¨¢ticas. Sus ideas vanguardistas se han aplicado en campos como la teor¨ªa de cuerdas y la geometr¨ªa del espacio-tiempo. Y todo lo ha logrado en un mundo, el de las matem¨¢ticas, ¡°maravilloso y divertido¡±, pero que estuvo pr¨¢cticamente vetado a las mujeres hasta que lleg¨® ella. Cuando comenz¨® a buscar trabajo hace medio siglo, le espetaron que nadie contrataba a chicas matem¨¢ticas, porque deb¨ªan estar en casa y tener beb¨¦s. Uhlenbeck, tambi¨¦n profesora em¨¦rita de la Universidad de Texas en Austin, responde por tel¨¦fono desde Princeton a las preguntas de EL PA?S.
Pregunta. Su colega Charles Fefferman suele decir que las matem¨¢ticas son una partida de ajedrez contra el diablo: te aplasta una y otra vez hasta que aprendes sus trucos y le ganas. ?Qu¨¦ son las matem¨¢ticas para usted?
Respuesta. Las matem¨¢ticas son un precioso esfuerzo humano con ideas maravillosas. Es un lenguaje asombroso. Yo he disfrutado de verdad ser matem¨¢tica. Y estoy muy contenta de que las matem¨¢ticas que he hecho hayan acabado siendo ¨²tiles.
P. Usted se enter¨® de que hab¨ªa ganado el Premio Abel al salir de la iglesia el domingo por la ma?ana. ?Es usted religiosa?
R. No soy lo que cualquier persona llamar¨ªa religiosa. Voy a una iglesia unitaria universalista, que es una iglesia que cree en la justicia social y en el desarrollo personal. Creo que es muy ¨²til ir all¨ª y hablar con personas preocupadas por el planeta y que pasan mucho tiempo intentando hacer el bien.
"No me gusta que me llamen mujer matem¨¢tica. Soy una persona matem¨¢tica que resulta ser una mujer"
P. Las matem¨¢ticas y la religi¨®n no parecen amigos obvios.
R. La religi¨®n es una parte muy importante de la humanidad. Yo no creo necesariamente en Dios, pero s¨ª creo que la gente tiene un lugar para la religi¨®n dentro de su alma. No hay un conflicto directo entre pensar esto y reconocer la belleza de las matem¨¢ticas.
P. Usted sabe que mucha gente la ve como una mujer matem¨¢tica, no solo como una matem¨¢tica a secas. ?Est¨¢ cansada de esto?
R. De hecho, no me gusta que me llamen "mujer matem¨¢tica". Soy una persona matem¨¢tica que resulta ser una mujer. Nunca me he sentido a gusto siendo la mujer matem¨¢tica. Creo que le pasa a todas las cient¨ªficas. No quieren ser vistas como la mujer o la negra o la estadounidense. Quieren ser valoradas por lo que hacen, por su propio trabajo.
P. ?Es duro ser un modelo a seguir?
R. S¨ª, es duro ser un modelo a seguir. Siempre digo que lo importante de los modelos es mostrar que las personas pueden triunfar incluso con todos sus fallos y errores. Hay que mostrar que no somos perfectos. Hay que inspirar a las mujeres j¨®venes y que se den cuenta de que pueden conseguir lo que se propongan, aunque no sean perfectas.
P. Usted estuvo en la Universidad de Berkeley entre 1969 y 1971, en plena Guerra de Vietnam. Era la ¨¦poca de la segunda ola del feminismo en EE UU. Ahora estamos en la cuarta ola. ?C¨®mo ve esta evoluci¨®n?
"Las grandes diferencias entre hombres y mujeres se deben a factores socioecon¨®micos"
R. Creo que est¨¢ siendo maravillosa para las mujeres. Tras la Segunda Guerra Mundial, las d¨¦cadas de 1950 y 1960 fueron una ¨¦poca en la que se intentaba disuadir a las mujeres de hacer cualquier cosa. La primera ola del feminismo consigui¨® que las mujeres obtuvieran el derecho a votar, a comienzos del siglo XX. Y yo creo que el libro La m¨ªstica de la feminidad, de Betty Friedan, fue el que realmente empez¨® el movimiento [en 1963] para que se permitiera a las mujeres hacer cosas fuera de su casa. En aquella ¨¦poca yo no quer¨ªa pensar en el hecho de que se daba por supuesto que las mujeres no deb¨ªan hacer matem¨¢ticas. Yo no quer¨ªa pensar en el problema pol¨ªtico, solo quer¨ªa hacer matem¨¢ticas. Pero, en retrospectiva, le debo mucho a este movimiento.
P. ?Qu¨¦ le dir¨ªa a las personas que piensan que los cerebros de hombres y mujeres son muy diferentes y por eso hay m¨¢s hombres en el mundo de las matem¨¢ticas?
R. No creo que nadie pueda diferenciar las matem¨¢ticas hechas por hombres de las matem¨¢ticas hechas por mujeres. Y, sea cual sea la verdad, los hombres siempre han tenido ventajas. Las grandes diferencias entre hombres y mujeres se deben a factores socioecon¨®micos.
P. Usted fue a clases de surf a los 40 a?os. Una mujer de 40 a?os sobre una tabla de surf no es la t¨ªpica imagen de un matem¨¢tico.
R. He hecho muchas cosas en mi vida [se r¨ªe]. Estoy muy orgullosa de haber terminado una Century Ride, que son rutas de 100 millas [unos 160 kil¨®metros] en bicicleta en un solo d¨ªa.
P. Muchas mujeres con talento deciden abandonar las matem¨¢ticas. ?Por qu¨¦?
R. Hay muchas razones: presiones personales, presiones econ¨®micas, no estar a gusto con el tipo de trabajo que hacen... En realidad, tambi¨¦n bastantes hombres abandonan las matem¨¢ticas. Muchas mujeres que no tienen una c¨¢tedra o un puesto apetecible trabajan dando clases de matem¨¢ticas, en estad¨ªstica u otras cosas. Las mujeres abandonan las matem¨¢ticas menos de lo que se dice. Lo que ocurre a menudo es que no tienen un trabajo apetecible y entonces dejan las matem¨¢ticas, que no es exactamente lo mismo.
"El tipo de matem¨¢ticas que yo hago es muy salvaje"
P. Todo el mundo piensa en las matem¨¢ticas como algo ordenado y minucioso. Usted, sin embargo, dice que no le gusta la organizaci¨®n.
R. Es cierto. El tipo de matem¨¢ticas que yo hago es muy salvaje. Es muy diferente a otros campos. El famoso matem¨¢tico sueco Lennart Carleson dijo una vez que el an¨¢lisis lineal es como un jard¨ªn y el an¨¢lisis no lineal es como la jungla. Y yo hago an¨¢lisis no lineal. No puedes sentarte, empezar un problema y llegar al final. Tienes que intentar 25 maneras diferentes de abordar el problema y quiz¨¢ llegues a alg¨²n sitio. Pero es una b¨²squeda apasionante.
P. Ha dicho que gracias a sus estudiantes se ha dado cuenta de que las teor¨ªas de ense?anza no tienen sentido.
R. Las personas piensan de manera muy diferente. Todos mis estudiantes han pensado de manera diferente unos de otros. Y mi experiencia dando clase a estudiantes universitarios es que hay una tremenda variabilidad en c¨®mo piensan. Hay muchas teor¨ªas de ense?anza, pero normalmente solo tienen en cuenta una manera de pensar, cuando hay muchas.
P. Sus padres valoraban la actividad intelectual, pero cre¨ªan que ganar dinero era m¨¢s importante, seg¨²n cont¨® usted en el libro Traves¨ªas de mujeres en ciencia e ingenier¨ªa: no hay constantes universales (Temple University Press, 1997). El Premio Abel est¨¢ dotado con m¨¢s de 600.000 euros. Sus padres estar¨ªan orgullosos en ambas facetas.
R. Mis padres salieron de la universidad en 1932, en lo peor de la Gran Depresi¨®n. Estaban muy preocupados por que sus hijos ganasen dinero. Lo entiendo. Y s¨ª, supongo que estar¨ªan orgullosos.
Sin felicitaci¨®n de Donald Trump
Karen Uhlenbeck cuenta que ha recibido una tonelada de felicitaciones. ?Le ha llamado el presidente Donald Trump para darle la enhorabuena por ser la primera mujer que gana el llamado Nobel de matem¨¢ticas? ¡°No, aunque tengo much¨ªsimos e-mails sin abrir. Mi n¨²mero de tel¨¦fono es m¨¢s secreto¡±, se?ala.
La hoy cient¨ªfica se crio en una comunidad rural en el norte del Estado de Nueva Jersey. Su madre, artista, y su padre, ingeniero, eran del Partido Dem¨®crata y acud¨ªan a una iglesia unitaria, un movimiento religioso liberal que, por ejemplo, acoge a las personas LGTB con los brazos abiertos. Los vecinos de la familia, en general, eran del Partido Republicano y cat¨®licos o protestantes. En aquel ambiente singular, cree Uhlenbeck, aprendi¨® a pensar de manera diferente.
¡°Trump no parece llevarse muy bien con la ciencia. Me preocupa mucho que no escuche lo que dicen los cient¨ªficos sobre lo que est¨¢ ocurriendo en el mundo. Pero reconozco que se ha seguido apoyando a la ciencia incluso durante esta administraci¨®n¡±, apunta la matem¨¢tica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.