Apenas da leche o lana, no se deja pastorear, as¨ª es esta raza de oveja en peligro de extinci¨®n
Su lana es lisa y barata, da la cantidad de leche justa para criar a los ?corderos y apenas engorda. Es una raza ¨²nica en el mundo pero solo quedan 444 ejemplares
Los 444 ¨²nicos ejemplares de la raza churra lebrijana hace mucho que dejaron de importar. Su lana es lisa y barata, da la cantidad de leche justa para criar a los ?corderos y apenas engorda como para suscitar el inter¨¦s de los mataderos. No sirve. Y est¨¢ en peligro de extinci¨®n. En la Sierra Norte de Sevilla, lejos de la marisma del Guadalquivir donde se forj¨® esta especie, sobrevive la ¨²nica caba?a de la raza churra lebrijana del mundo. Entre alcornoques y encinas, estas 422 hembras y 22 machos de car¨¢cter especialmente bronco campan sin obedecer las ¨®rdenes de su pastor. Jos¨¦ Manuel suma a?os de experiencia, aunque solo cuatro con esta raza que da muchos quebraderos de cabeza. ¡°Hay que tratarlas con modales distintos¡±, asegura, ¡°por las buenas se consigue con ellas m¨¢s que por las malas¡±.
La churra lebrijana es una oveja de car¨¢cter dif¨ªcil, reh¨²ye el contacto con los humanos. Ni siquiera cri¨¢ndose a biber¨®n es sociable. Al abrirles el redil, saltan y corren dispers¨¢ndose por la dehesa en busca del verde. Hace tiempo que desistieron de que un perro las guardase, las volv¨ªa m¨¢s irascibles. A diferencia de las churras castellanas, que s¨ª resultan rentables ¡ªson, sobre todo, grandes productoras de leche¡ª, las marisme?as tienen la cabeza cubierta de lana, rasgo que las distingue del resto de ganado ovino y que da car¨¢cter y personalidad a la raza. Algunas tienen el flequillo te?ido de azul, otras de rosa, subrayando m¨¢s cierto rollo punki. Mantienen fija la mirada, sospechando de cualquier humano.
Pese a su notable capacidad de adaptaci¨®n, solo han conseguido sobrevivir en las 394 hect¨¢reas de la finca Monte San Antonio de la Dipu?taci¨®n de Sevilla, en Cazalla de la Sierra. Dos d¨¦cadas despu¨¦s, pese a enfermedades catastr¨®ficas y a su baja fertilidad, el reba?o oscila t¨ªmidamente en torno a 350 ejemplares. ¡°El siguiente paso es crear otros n¨²cleos con ganaderos interesados en su conservaci¨®n para evitar que un incendio o un virus incontrolable pueda acabar con la raza¡±, explica Antonio Siles, veterinario de la Dipu?taci¨®n.
A lo largo de estos 25 a?os ha habido infructuosos intentos de devolver la especie a su h¨¢bitat natural, la marisma de Lebrija (Sevilla), donde en la actualidad no hay censado ning¨²n ejemplar. Nadie sabe cu¨¢ndo desaparecieron de all¨ª. Ahora su futuro pasa por la creaci¨®n de una asociaci¨®n de ganaderos que elabore el libro geneal¨®gico de la raza, mediante el cual se pueda acceder a ayudas de conservaci¨®n de la Uni¨®n Europea. ¡°Ser¨ªa una pena que se extinguiera¡±, defiende el veterinario, ¡°no sabemos si pudiera ser ¨²til a generaciones venideras. Si hemos salvado al lince, por qu¨¦ no a la churra lebrijana¡±.
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