Concurso de demagogos
La carta de L¨®pez Obrador es muy desafortunada, como lo es el tono de algunos exabruptos en contra
Los problemas con la historia comienzan cuando se trata de utilizar el pasado para manipular el presente y no para explicarlo. Y eso es lo que est¨¢ ocurriendo con la pol¨¦mica que se ha organizado en torno a la carta que el presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador ha enviado al rey Felipe VI para que pida disculpas por la conquista de M¨¦xico hace 500 a?os. Es evidente que, desde los tiempos de Alba de Am¨¦rica, ha cambiado mucho la sensibilidad hacia la conquista, aunque a tenor de las declaraciones de dirigentes del Partido Popular a veces no lo parezca, como cuando Pablo Casado dijo que la llegada de los espa?oles a Am¨¦rica es el momento m¨¢s brillante de la historia de la humanidad.
Como no pod¨ªa ser de otra forma, el sufrimiento de los pueblos ind¨ªgenas, cuando no su exterminio, y la brutalidad de los imperios coloniales ocupan un lugar cada vez m¨¢s importante en la lectura que se hace de la conquista desde el continente americano. No es nada nuevo porque arranc¨® con Bartolom¨¦ de las Casas y el relato de Bernal D¨ªaz del Castillo: es un debate tan antiguo como la llegada de los espa?oles. Desde este lado, en los ¨²ltimos tiempos se est¨¢ tratando de blanquear la leyenda negra, como si lo mejor que les hubiese podido pasar a los habitantes del nuevo continente fuese la llegada redentora y civilizadora de los conquistadores.
Resulta muy sensato enfocar la conquista desde el punto de vista de los que la sufrieron, pero eso no justifica condicionar las buenas relaciones de Espa?a con M¨¦xico a que se pida perd¨®n por algo que ocurri¨® hace 500 a?os, cuando b¨¢sicamente ni Espa?a ni M¨¦xico exist¨ªan como los entendemos en la actualidad.
Por el otro lado, tambi¨¦n es razonable argumentar que la leyenda negra espa?ola es sobre todo una construcci¨®n de sus enemigos hist¨®ricos, pero eso tampoco quiere decir que lo que hicieron los espa?oles en Am¨¦rica o en Flandes no fuese una salvajada. Es un problema de perspectiva: todas las conquistas de todos los pa¨ªses fueron brutales y provocaron un sufrimiento imposible de medir a los que las padecieron. Los siglos XVI y XVII fueron especialmente devastadores, seguramente los peores que haya conocido la humanidad.
Sacar el "y t¨² m¨¢s" cuando se habla de historia siempre lleva a callejones sin salida argumentales de los que resulta muy dif¨ªcil salir. ?Fueron peores los padecimientos de los indios de las grandes llanuras norteamericanas a manos de los anglosajones? ?Las matanzas de indios en Per¨²? ?Los asesinatos en masa de los abor¨ªgenes australianos? ?Las masacres de cat¨®licos y protestantes durante las guerras de religi¨®n en Europa? ?El tr¨¢fico de esclavos? Se trata de padecimientos irreparables, sobre los que se deber¨ªa debatir, investigar, ense?ar, escribir... pero nunca convertirlos en materia de demagogia pol¨ªtica. La carta de L¨®pez Obrador es, por decirlo sin cargar las tintas, muy desafortunada, como tambi¨¦n lo es el tono de algunos exabruptos en contra. La historia pertenece al pasado. Y lo ¨²ltimo que necesita el pasado es un concurso de demagogos.
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