¡®Los Boxtrolls¡¯| La magia del ¡®unboxing¡¯ con los ni?os o c¨®mo no parar de ver a alguien abriendo una caja
Para bien o para mal, estos v¨ªdeos caseros mantendr¨¢n a tu cr¨ªo retenido ante la pantalla
Cuando era peque?o, mis padres no quisieron comprarme nunca una consola (aunque me dejaban jugar mucho con el 286; Eso s¨ª, las aventuras gr¨¢ficas no eran lo mismo que los cartuchos de Megadrive y Supernintendo) y acab¨¦ yendo muchas tarde a casa de mis amigos a jugar con la suya.
Bueno, jugar jugar, lo que se conoce t¨¦cnicamente como jugar, no era. Hab¨ªa trampa. Porque, a menos que el amigo tuviera dos mandos o el juego fuera para dos jugadores, te tocaba esperar a que ¨¦l primero se pasara el videojuego entero para ense?arte c¨®mo funcionaba.
O sea, b¨¢sicamente qued¨¢bamos varios para ir a ver jugar a otros. Ya entonces me pareci¨® una cosa un tanto absurda pero no ten¨ªamos mucha m¨¢s variedad de distracci¨®n.
D¨¦cadas despu¨¦s, nuestros hijos pasan por lo mismo, pero m¨¢s refinado y en 1080p, gracias a Youtube.
Le llaman unboxing, y b¨¢sicamente, es un video de alguien abriendo la caja de un juguete y despu¨¦s jugando con ¨¦l.
?Y esto les fascina!
?Por qu¨¦ un ni?o querr¨ªa ver videos caseros cuando tiene a su disposici¨®n millones de horas de dibujos animados creativos y divertidos? Pues por el mismo motivo que millones de adultos ven realities llenos de lerdos en vez de disfrutar de la gran edad de oro de la ficci¨®n televisiva. Porque ¡°parece m¨¢s de verdad¡±.
Este fen¨®meno s¨®lo lo descubres si tienes hijos o mucho tiempo libre. Con Youtube y su algoritmo mutante y perverso acabas llegando sin querer a anuncios muy curiosos y a estos videos de unboxing. Y entonces los ni?os se enganchan y cuesta volver atr¨¢s. Muchos de nuestros ni?os se han criado viendo canales y plataformas sin anuncios, y cuando se topan con uno, flipan.
Los unboxing son un perverso h¨ªbrido entre la publicidad y el documental familiar, entre el ¡°vamos a diseccionar la rana para ver qu¨¦ tiene dentro¡± y el ¡°pero qu¨¦ rana m¨¢s chula, necesitas obligar a tu familia a que te compre muchas¡±.
En estos videos, salen las manos abriendo y jugando (vaya, como en los programas de cocina, donde ve¨ªas c¨®mo preparaban el plato y se te hac¨ªa la boca agua), y a veces ya directamente un cr¨ªo jugando, haciendo ¨¦l mismo los sonidos y disfrutando mucho.
Gracias al ¨¦xito mundial de estos videos, algunos de estos ni?os abridores y jugadores se han convertido en celebridades y sus padres (?explotadores vendidos a las marcas o difusores del entusiasmo de su prole?) ganan un pastizal monetizando estas reproducciones.
Despu¨¦s de 120 a?os de historia cinematogr¨¢fica estamos volviendo a los or¨ªgenes de M¨¦li¨¨s: im¨¢genes artesanas y rupestres que nos fascinan.
?Convertir¨¢ esto a nuestros peque?os televidentes en jugadores pasivos o precisamente desarrollar¨¢ su capacidad l¨²dica al darles ideas de c¨®mo pueden otros ni?os?
El tiempo nos dar¨¢ la respuesta, pero mientras, los que acompa?amos a nuestros hijos mientras ven la tele tambi¨¦n agradecemos un poco de variedad despu¨¦s de tragarnos por s¨¦ptima vez el mismo cap¨ªtulo de Patrulla Canina.
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