Santiago Beruete: ¡°S¨®crates, Plat¨®n y Arist¨®teles se drogaban. Dijeron cosas muy sensatas y aut¨¦nticas memeces¡±
Es antrop¨®logo y fil¨®sofo, pero ante todo profesor. Un divulgador cuyos estudios sobre las conexiones entre la utop¨ªa y los estilos en jardiner¨ªa le han llevado a esbozar una original teor¨ªa en torno a la b¨²squeda de la felicidad. Su objeto de estudio m¨¢s reciente es la parad¨®jica relaci¨®n que mantenemos con la naturaleza, a la que encumbramos y destrozamos sin medida. Provocar la curiosidad es su leitmotiv
EL ANTROP?LOGO y fil¨®sofo Santiago Beruete (Pamplona, 58 a?os) lleva a?os ense?ando a pensar a adolescentes en un instituto de Ibiza. Tambi¨¦n escribe libros dif¨ªcilmente clasificables que relacionan la filosof¨ªa y los jardines (Jardinosof¨ªa) o reflejan la paradoja de idolatrar y destrozar la naturaleza que caracteriza a nuestra sociedad (Verdolatr¨ªa), ambos en Turner. En esta entrevista, realizada en Madrid, explica cu¨¢nto ha aprendido de las contradicciones de la naturaleza: ¡°No podemos crecer sin cortar las ra¨ªces. Una persona debe permanecer hasta cierto punto inadaptada para mantenerse sana: escudarse en el grupo para no hacerse cargo de uno mismo es la peor traici¨®n que uno puede cometer contra s¨ª mismo¡±.
Veneramos la naturaleza, pero estamos en guerra con ella. Entendemos que el crecimiento no puede ser ?ilimitado, pero no renunciamos a las comodidades. Somos naturaleza, pero tambi¨¦n su peor amenaza.
?Ella gana siempre? S¨ª. Es una de las pocas cosas que tengo claras. El planeta es 99% biomasa forestal y 0,3% biomasa animal. Ah¨ª est¨¢ incluida toda la humanidad. Si llevamos el planeta a un colapso ambiental, ?qui¨¦n sobrevivir¨¢?
Los humanos necesitamos arraigar y desarraigarnos a la vez. ?Podemos tener una relaci¨®n con la naturaleza que no sea parad¨®jica? El relato fundacional de nuestra civilizaci¨®n son dos personas expulsadas de un para¨ªso natural. Luego empieza la revoluci¨®n agraria, el gran avance que cada vez se tiene m¨¢s claro que se produjo porque se hab¨ªa acabado todo lo dem¨¢s, porque depredaron las otras fuentes de sustento. Es la historia de nuestra especie: somos depredadores.
La autosuficiencia se considera un atributo de sabios. En Oriente y en Occidente. Lo dice Plat¨®n: sabio es el que menos necesita.
¡°Hay que vivir sin demasiado temor pero sin esperanza. Las expectativas son el germen de nuestro malestar. Vivir decepcionado no est¨¢ mal¡±
Usted decidi¨® en determinado momento no hacer m¨¢s que lo que produce gozo. ?Tiene ese nivel de satisfacci¨®n en todos los ¨¢mbitos? ¡°Ninguna relaci¨®n que dure lo suficiente escapa a la decepci¨®n¡±. La decepci¨®n est¨¢ en la vida. O la vives, o te pierdes algo. Hay que vivir sin demasiado temor pero sin esperanza porque las expectativas son el germen de nuestro malestar. Vivir decepcionado no est¨¢ mal, ?por qu¨¦ tenemos que vivir entusiasmados? El entusiasmo colectivo me pone de los nervios.
?La clave de la vida es la dosis? Y el mantenimiento. Plantar un jard¨ªn es f¨¢cil, mantenerlo exige constancia.
En Verdolatr¨ªa reta al lector: ¡°La categor¨ªa moral e intelectual de una persona puede medirse por cu¨¢nta verdad es capaz de soportar¡±. Si esa frase da miedo, urge preguntarse por qu¨¦. Desarrollamos las mentiras para seguir creyendo en la realidad. De adolescente, un profesor me ayud¨® a soportar verdades que me costaba admitir. Me dijo que todo mi dolor ser¨ªa un ant¨ªdoto para crisis en el futuro.
?Por qu¨¦ se mete en el berenjenal del autoconocimiento? La escritura tiene que ser valiente. A mis alumnos [de segundo de bachillerato] les hablo de Ant¨ªstenes, un disc¨ªpulo de S¨®crates. Siendo anciano le preguntaron qu¨¦ hab¨ªa aprendido de la filosof¨ªa y respondi¨® que a hablar consigo mismo. Con¨®cete a ti mismo. La sabidur¨ªa empieza ah¨ª. Pero hoy el di¨¢logo, con uno mismo y con los otros, es cada vez m¨¢s dif¨ªcil.
?Consigue que hablen los chavales? Algunos est¨¢n con un pie en la delincuencia y busco que se paren a pensar. Uno debe tratar de saber qui¨¦n quiere ser.
?C¨®mo lleg¨® a dar clase a un instituto de Ibiza con alumnos dif¨ªciles? Hasta que saqu¨¦ la plaza como profesor de filosof¨ªa hab¨ªa vendido zapatos. Pero al verme funcionario con 26 a?os, ped¨ª la excedencia. En Ibiza ten¨ªa tiempo para escribir. Hab¨ªa una peque?a comunidad de escritores: Vicente Valero o Toni Mar¨ª. Los ve¨ªa, pero¡ yo no casaba con ese mundo.
Beruete cuenta que gracias a ese grupo conoci¨® a su primera mujer, 20 a?os mayor que ¨¦l y dise?adora de jardines. Construyeron una casa desde la que se ve¨ªa Formentera. ¡°Cuando estuvo terminada, baj¨¦ de esa atalaya a la tierra. Fue ah¨ª cuando aprend¨ª a soltar¡±.
?C¨®mo aprendi¨® a soltar? Richard Louv, el autor de Los ¨²ltimos ni?os en el bosque, dice que toda persona con sensibilidad medioambiental ha tenido en alg¨²n momento de su infancia una epifan¨ªa.
?Cu¨¢l fue la suya? Vengo de una familia desestructurada. Mi padre fue un desclasado. Al casarse con mi madre, de origen humilde, su familia lo apart¨®. Ellos pensaron que su amor podr¨ªa con todo, pero mi madre enferm¨®. Tengo seis a?os¡ Durante tres a?os, mis hermanos y yo pasamos todo el d¨ªa en el jard¨ªn. Mi madre nos mira desde detr¨¢s del cristal. Ten¨ªa c¨¢ncer y sufr¨ªa alucinaciones. Cuando muri¨®, a mi padre le pudo el dolor y tapi¨® la casa. Nos envi¨® a cada hijo con un amigo. Le sobr¨¢bamos. Nos acogi¨® mi abuela, pero a los 16 a?os viv¨ªamos solos y yo cuidaba de mis hermanos. No tuve estabilidad emocional hasta muy mayor. Mi infancia me hizo incr¨¦dulo. He sido una persona desconfiada del discurso oficial, pero con gran necesidad de aceptaci¨®n.
?C¨®mo hacer que un adolescente pegado a una pantalla se interese por la filosof¨ªa? Trato de mostrar lo que he aprendido, que es a estar tranquilo. Les digo que, hagan lo que hagan, la filosof¨ªa va con ellos.
?Por qu¨¦ tiene alumnos conflictivos? En las ¨²ltimas d¨¦cadas, Ibiza ha sufrido una transformaci¨®n social salvaje. El monocultivo tur¨ªstico la ha convertido en una econom¨ªa volcada en la ostentaci¨®n. Cada vez hay m¨¢s personas rotas. Las cifras lo explican. Este a?o han entrado 108 ni?os a primero de bachillerato. Solo se espera que pasen 20 a segundo. A m¨ª me toca explicar a las hijas y a muchas madres que hay otros objetivos en la vida m¨¢s all¨¢ de ser bailarina de la discoteca ?Ushuaia. La tentaci¨®n del dinero f¨¢cil y la vanidad es muy grande. Ves a alumnas convertirse en acompa?antes de famosos. Combatir eso es muy dif¨ªcil.
Hace a?os que Ibiza dej¨® de ser el para¨ªso de los hip?pies. Hace lustros que consiste en un experimento del capitalismo m¨¢s salvaje. Eso para m¨ª la hace atractiva, pero muchos amigos consideran que estoy loco.
En Verdolatr¨ªa ataca algunas terapias que relacionan cuerpo y alma, y hace una loa a la horticultura como terapia educativa. Estoy en contra de aquello que promete lo que no puede dar. Pero cualquier aprendizaje depende tanto del profesor como del alumno. Ibiza es tambi¨¦n un escaparate de las terapias espirituales m¨¢s peregrinas. Una de mis profesoras de yoga es antigua alumna m¨ªa. Yo los pon¨ªa firmes desde las ideas y ella me pone ahora firme desde el control del cuerpo. El mando cambia, el objetivo es el mismo.
?La b¨²squeda del conocimiento conduce a un jard¨ªn o parte de ¨¦l? El jard¨ªn est¨¢ al principio y al final. El budismo lo dice: quien cuida un jard¨ªn est¨¢ cuid¨¢ndose ¨¦l.
?Qu¨¦ hacemos con el sabio de biblioteca? Hay que replantarlo para replantearlo. Yo he sido durante a?os un rat¨®n de biblioteca. Y he visto m¨¢s saliendo.
?El conocimiento conduce siempre a la buena vida? Creo que la bondad es un atributo de la inteligencia. Vivimos en una sociedad que asocia bondad a falta de car¨¢cter. Pero las mejores personas son sabias. Howard Gardner, estudioso de las inteligencias m¨²ltiples, dice que nadie llega a ser excelente en un campo profesional sin ser bueno.
Hay personas excelentemente da?inas¡ A la excelencia solo se llega con mucho esfuerzo. Y ese esfuerzo requiere un viaje hacia dentro. Conocerse, conectar con uno mismo. Esto es una reformulaci¨®n de la teor¨ªa de Abraham Masslow sobre la autorrealizaci¨®n. ?l dice que una persona que se realiza se vuelve altruista, generosa, y por eso puede prescindir de muchas cosas. El otro d¨ªa hablaba con un crack de los videojuegos. Es multimillonario, pero a sus hijos no les deja los juegos que fabrica. Si no puedes decirle a tu hijo a qu¨¦ te dedicas o inculcarle amor por algo que haces¡, igual no est¨¢s en tu mejor opci¨®n como persona.
?Qu¨¦ es la buena vida? No hay receta universal. No hay felicidad de garraf¨®n. Cada uno tiene que desarrollar su propia f¨®rmula. Para m¨ª tiene que ver con un viaje hacia dentro. Con reconocer qui¨¦n es uno.
?Se puede alcanzar sin dolor? ?Qu¨¦ entendemos por dolor? La jardiner¨ªa tiene mucho de dolor grato. Pero creo que la tormenta interna es un peaje que hay que pagar. Verte a la intemperie, estar desasistido y cuestionarte enteramente es un aprendizaje que solo puede hacer uno mismo. Hablo de quedarte sin cobijo ante tus mentiras, tus justificaciones, todo aquello que te ayuda a vivir.
?La mayor¨ªa de las personas nos autoenga?amos? Cuestionarse de veras es un camino sin vuelta atr¨¢s. Una vez uno abandona sus seguridades y no se miente, ya no puede actuar de otra manera. La distorsi¨®n entre nuestros autoenga?os y la realidad causa mucho dolor. La mayor¨ªa de las personas escuchan solo lo que quieren o¨ªr. Buscan refuerzo, no duda. A lo que yo me dedico es a romper esa coraza en los chavales.
?No ver la realidad es una decisi¨®n personal o un mal global? Los males comienzan cuando dejamos de pensar para creer en las ideas. Estamos m¨¢s dispuestos a creer en la verdad que a buscarla. Yo estoy en una fase en la que lo que me interesa es buscarla. La verdad es siempre algo personal. Eso desactiva la maldad impl¨ªcita en todas las creencias colectivas. En clase aprendemos a atrevernos a mirar la realidad.
?Qu¨¦ alienta nuestra ceguera? Casi todo lo que nos rodea. Tenemos muy poca tolerancia a la incertidumbre y una asombrosa tolerancia a la mentira. Hemos metabolizado ese enga?o consentido. Los chavales est¨¢n acostumbrados a enga?arse y a pensar que las mentiras que uno se cuenta a s¨ª mismo son verdad.
?El reencuentro con uno mismo, la reconexi¨®n vital, se da mejor en un paisaje natural? Creo que s¨ª, y lo digo tras criticar las terapias alternativas. La raz¨®n es que las plantas son tan extra?as y tan familiares que no hemos desarrollado prejuicios intelectuales. Son un ser vivo y nos exigen cuidado: si no las riegas o te pasas de agua, las matas. Pero tienen mucha resistencia y por eso nos permiten un di¨¢logo menos exigente. De las plantas viene todo lo que necesitamos y ninguna amenaza.
¡°Trato de mostrar lo que he aprendido, que es a estar tranquilo. A mis alumnos les digo que, hagan lo que hagan, la filosof¨ªa va con ellos¡±
?S¨®crates, Plat¨®n y Arist¨®teles se drogaban? Est¨¢ documentado. Nos cuesta entenderlo porque los hemos sacralizado. Pero cuesta disociar su lucidez del consumo de cornezuelo y otras plantas. Forma parte de la tradici¨®n cultural de todos los pueblos. Dijeron cosas muy sensatas y aut¨¦nticas memeces.
?Cu¨¢ntas frases esculpidas en el m¨¢rmol de la historia son idioteces firmadas por los grandes hombres? ¡°El infierno son los otros¡± (Sartre), ¡°La malignidad hace m¨¢s interesante la existencia¡± (Kierkegaard), ¡°Un hombre puede ser feliz con cualquier mujer mientras no la ame¡± (Wilde)¡
?Defiende el uso de las drogas? La dosis es lo que convierte una droga en veneno o en cura.
?Las ha usado? Probado. Y no todas. S¨¦ lo destructivas que pueden ser. Mi hermana fue yonqui. Tengo amigos heroin¨®manos muertos.
Aun as¨ª, ?defiende la droga como una experiencia vital que no deber¨ªamos perdernos? Es complicado decirlo, pero es una experiencia espiritual. No hablo as¨ª con los chavales del instituto, pero tengo una opini¨®n personal a pesar de vivir en la capital mundial de las drogas. A Ibiza llegan vuelos de Berl¨ªn y Londres llenos de gente dispuesta a bailar una especie de danza tribal. Yo iba. Nadie lo dice porque vivimos instalados en la mentira, pero la droga es la industria local. Ese mundo no se entiende sin un consumo masivo de droga. Esa experiencia de salir de la propia corporalidad es la experiencia fundacional de la religi¨®n. El ¨¦xtasis, la droga m¨¢s consumida en Ibiza, no se llama as¨ª por casualidad: describe la salida de la propia piel. Las fiestas que mueven m¨¢s dinero tienen nombres como Afterlife, Dystopia¡ De todo eso hemos hablado en clase. Todo lo que te saca de tu l¨ªmite tiene algo de espiritual.
?Qu¨¦ nos falta como sociedad? Individualmente, paciencia, constancia, tenacidad y esperanza.
?Qu¨¦ le ha costado m¨¢s conseguir? Yo era extraordinariamente impaciente. Y viv¨ªa en una insatisfacci¨®n permanente. Hoy creo que esto es lo que hay, y con lo que hay, hay que hacer magia.
?El mal de nuestro siglo es la insatisfacci¨®n? Tenemos expectativas que no se pueden cumplir porque el propio mundo est¨¢ organizado para que no se cumplan. Eso genera ansiedad. Nos lleva a ser individualistas. Nos convierte en consumidores. El contacto con la naturaleza rompe ese ciclo porque tiene otro ritmo. Mucho de lo que consideramos avances pasa por romper ese ritmo de la naturaleza: llevar agua donde no la hay, construir sobre el agua. Que queramos imponer nuestro criterio al de la naturaleza nos define. Hoy, o nos cargamos la naturaleza, o la idealizamos.
?Siempre ha tenido plantas? En un momento que estuve muy mal, me encerr¨¦ en mi casa y la llen¨¦ de plantas. Llegu¨¦ a tener cientos. Nunca dej¨¦ de cuidarlas. Creo que era una proyecci¨®n de mi selva mental.
El mercado mundial de flores de Aalsmeer, al sur de ?msterdam, que retrata en Verdolatr¨ªa, da pavor. ?Regalamos flores como gesto de cari?o y ocultan desde explotaci¨®n infantil hasta monocultivos que est¨¢n terminando con la diversidad de la flora. Es un modelo perverso.
?Qu¨¦ hacer? Las aut¨®ctonas son el camino. Exigimos respeto por la biodiversidad y entre nosotros tendemos hacia la m¨¢s absoluta homogeneizaci¨®n. Francis Bacon dec¨ªa que la ¨²nica manera de domar la naturaleza es obedeci¨¦ndola. Es as¨ª: quien cultiva la naturaleza se deja cultivar.
¡°He visto mucha riqueza y grandes vac¨ªos emocionales. El camino de acumular no tiene fin y no lleva a ninguna parte: solo a desconectar de la realidad y de ti mismo¡±
¡°Acumulamos y acumulamos para llegar al vac¨ªo¡±. Es el mal de nuestra ¨¦poca. Ense?amos a los chicos a esforzarse para alcanzar cierto estatus y una buena vida, y ?cu¨¢l es nuestra idea de una buena vida? Un jard¨ªn hace lo contrario: va soltando y soltando. He visto mucha riqueza acumulada y grandes vac¨ªos emocionales. El camino de acumular no tiene fin y no lleva a ninguna parte: solo a desconectar de la realidad y de ti mismo. Los ricos tienen el gran privilegio de poder mentirse m¨¢s que los dem¨¢s sin que nadie les contradiga las mentiras. El jard¨ªn ense?a otra v¨ªa porque, si le das demasiado, lo matas.?
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